Traducción: la noche del loro.
Significado: no poder disfrutar de tu bien merecido descanso nocturno por causas de lo más dispares, entre ellas, ser madre.
9:45 de la noche. Acompaño a Peque a la cama. Mi primera intención es levantarme después de que él se quede sobado para barrer, fregar, tender una lavadora, mirar cuatro cosas del ordenador y atacar mi calendario de adviento. No exagero, palabrita que todo eso tenía yo en mente.
Significado: no poder disfrutar de tu bien merecido descanso nocturno por causas de lo más dispares, entre ellas, ser madre.
9:45 de la noche. Acompaño a Peque a la cama. Mi primera intención es levantarme después de que él se quede sobado para barrer, fregar, tender una lavadora, mirar cuatro cosas del ordenador y atacar mi calendario de adviento. No exagero, palabrita que todo eso tenía yo en mente.
9:55 de la noche. Peque y la menda roncamos acompasados en una sinfonía a pierna suelta.
00:15 de la madrugada. Noto movimientos de anguila a mi vera. Mal asunto. Cuando Peque se retuerce de esa manera es que algo le ronda. Como no se desvela trato de volver a los brazos de Morfeo. Estoy casi llegando a mi mundo onírico particular cuando noto que Peque se pone de rodillas y solloza. Ay. Le pregunto si tiene sed y gimotea que no. Pruebo con el pipí, tampoco. Investigo si le duele algo y bingo, pupa en la tripa. Lo sabía. Sabía que no era bueno que se metiese entre pecho y espalda medio bote de pepinillos en vinagre durante la cena. Lo tranquilizo y le hago un sana-sana mientras noto como el sueño me encandila con su dulce canto de sirena... Peque se calma y se duerme.
00:30-1:30 de la madrugada. Patadas varias por el consabido movimiento de anguila. Peque mete a menudo sus pies bajo mi culo. Parece que mi trasero funciona de radiador humano a las mil maravillas. Pero dormir con dos protuberancias saltarinas ahí abajo no facilita mi misión: dormir. Cada vez que estoy a punto de caer frita, patadita. Estas pataditas no me encandilan tanto como las que recibía del mismo individuo cuando habitaba en mi útero. Será porque el crío mide casi metro diez.
2:00 de la madrugada. Peque se vuelve a incorporar gimiendo. Le toco las manos y noto un sudor frío. ¡Alerta máxima materna! ¡Se avecina un vómito! Le pregunto si quiere vomitar y me dice que nota una cosa rara en el cuello y pone cara de asco. ¡Los pepinillos! ¡Mi colcha recién lavada! Me lo llevo en volandas al WC y lo pongo de rodillas para que expulse el material a un contenedor más adecuado que mi catre. Pero no sale nada. Falsa alarma. Me dice que si tiene ganas ya me avisará. Ja. Me pillo una toalla y para relajarlo cojo un pelín de colonia para pasársela por la frente. Le pregunto si se siente mejor y berrea cerrando un ojo. Menuda puntería, le he echado colonia en la córnea. Suspendida en Técnicas Básicas de Apaciguamiento Infantil. Vaya crack. Una vez se volatiliza el alcohol del lucero de mi niño, volvemos a la cama.
2:30 de la madrugada. De nuevo Peque se arrodilla. Rápida como el rayo paso del sueño a la vigilia en cerocoma y coloco la toalla de Buzz Lightyear de receptáculo para el vómito. Peque abre los ojos como platos, me mira y me dice: "¿Pero qué estás haciendo?". Su asombro lo dice todo, aquí no hay vómito ni hay ná. Me da la risa floja y se la contagio a Peque, que empieza a reír carcajada limpia y acaba en llanto antológico. Nueva sesión de mimos para relajarnos ambos dos.
3:00-4:00 de la madrugada. Pataditas varias. Pieses en el culo.
4:00-7:00 de la mañana. Estoy tan sobada que no me entero de nada.
7:00 de la mañana. Suena el despertador para ir a la piscina. ¿Qué hago? ¿Voy? ¿No voy? ¿Duermo un poco más? Mientras lo pienso me doy cuenta que estoy del todo despierta y con dolor de huesos. La piscina gana.
Veremos qué pasa esta noche...
00:15 de la madrugada. Noto movimientos de anguila a mi vera. Mal asunto. Cuando Peque se retuerce de esa manera es que algo le ronda. Como no se desvela trato de volver a los brazos de Morfeo. Estoy casi llegando a mi mundo onírico particular cuando noto que Peque se pone de rodillas y solloza. Ay. Le pregunto si tiene sed y gimotea que no. Pruebo con el pipí, tampoco. Investigo si le duele algo y bingo, pupa en la tripa. Lo sabía. Sabía que no era bueno que se metiese entre pecho y espalda medio bote de pepinillos en vinagre durante la cena. Lo tranquilizo y le hago un sana-sana mientras noto como el sueño me encandila con su dulce canto de sirena... Peque se calma y se duerme.
00:30-1:30 de la madrugada. Patadas varias por el consabido movimiento de anguila. Peque mete a menudo sus pies bajo mi culo. Parece que mi trasero funciona de radiador humano a las mil maravillas. Pero dormir con dos protuberancias saltarinas ahí abajo no facilita mi misión: dormir. Cada vez que estoy a punto de caer frita, patadita. Estas pataditas no me encandilan tanto como las que recibía del mismo individuo cuando habitaba en mi útero. Será porque el crío mide casi metro diez.
2:00 de la madrugada. Peque se vuelve a incorporar gimiendo. Le toco las manos y noto un sudor frío. ¡Alerta máxima materna! ¡Se avecina un vómito! Le pregunto si quiere vomitar y me dice que nota una cosa rara en el cuello y pone cara de asco. ¡Los pepinillos! ¡Mi colcha recién lavada! Me lo llevo en volandas al WC y lo pongo de rodillas para que expulse el material a un contenedor más adecuado que mi catre. Pero no sale nada. Falsa alarma. Me dice que si tiene ganas ya me avisará. Ja. Me pillo una toalla y para relajarlo cojo un pelín de colonia para pasársela por la frente. Le pregunto si se siente mejor y berrea cerrando un ojo. Menuda puntería, le he echado colonia en la córnea. Suspendida en Técnicas Básicas de Apaciguamiento Infantil. Vaya crack. Una vez se volatiliza el alcohol del lucero de mi niño, volvemos a la cama.
2:30 de la madrugada. De nuevo Peque se arrodilla. Rápida como el rayo paso del sueño a la vigilia en cerocoma y coloco la toalla de Buzz Lightyear de receptáculo para el vómito. Peque abre los ojos como platos, me mira y me dice: "¿Pero qué estás haciendo?". Su asombro lo dice todo, aquí no hay vómito ni hay ná. Me da la risa floja y se la contagio a Peque, que empieza a reír carcajada limpia y acaba en llanto antológico. Nueva sesión de mimos para relajarnos ambos dos.
3:00-4:00 de la madrugada. Pataditas varias. Pieses en el culo.
4:00-7:00 de la mañana. Estoy tan sobada que no me entero de nada.
7:00 de la mañana. Suena el despertador para ir a la piscina. ¿Qué hago? ¿Voy? ¿No voy? ¿Duermo un poco más? Mientras lo pienso me doy cuenta que estoy del todo despierta y con dolor de huesos. La piscina gana.
Veremos qué pasa esta noche...
Nosotros estamos inmersos en la semana del loro: desde el sábado con virus gastrointestinales. Y esta vez me ha tocado. Grrrrr... descanso... descanso... lo voy a invocar como un mantra a ver si pudiera descansar un par de horas! Snip!
ResponderEliminarBesitos y que vuestro día acabe mejorando!
Ostras, una semanita así desmonta a cualquiera!! Muchos ánimos!!!
EliminarMuas!
Espero que tengas siesta... Un beso y suerte.
ResponderEliminarNo ha podido ser porque nos hemos llevado a Peque al médico, pero ya tenemos diagnóstico, otitis! (por la mañana le supuraba el oído)
EliminarBesotes!
Y me quejo yo de mis noches????, retiro todas mis quejas sobre el sueño de una embarazada en el último mes. Lo tuyo es mucho peor nena, vaya show.
ResponderEliminarSeguro que han sido los pepinillos y esta noche dormís bien!.
Un beso
Jajajajajaja! Lo ves, si no hay como echar un vistazo a tu alrededor para consolarte... XD
EliminarRea una otitis! Pero ya se encuentra divino.
Muas!
La nit del lloro - traducción: Noche Toledana!! Como la que tuve yo el sábado por una muela que le está saliendo, más incubación de faringitis (que me temo que tiene y confirmará el médico esta tarde) ... y anoche de nuevo noche toledana de congestión, tos, fiebre...
ResponderEliminarGages del oficio de madre, supongo... hoy en la oficina estoy dando cabezazos a diestro y siniestro!
Espero que Peque se haya recuperado ya y que tú (bueno los dos) puedas descansar!!!!!
Besoso
Tienes razón, noche toledana!
EliminarVeo que somos unas cuantas las mamis sufridoras esta semana... A ver si mejora la cosa!
Peque está estupendo, yo de momento no me quejo, jejejeje...
Besotes!
Lo reconozco, me he reído mucho, tienes una gracia especial.
ResponderEliminarLo mejor la cara del Peque ¿Pero qué haces?
Quedas excusada del calendario por causas mayores. Jajajaja!
Animo, esta noche será mejor!
Ains, qué maja eres Parrulina!
EliminarMe ha hecho una gracia cuando me miraba flipando!!
A ver si esta noche hay suerte, aunque igual me quedo refrita otra vez... XD
Muas!
aaay!! Cómo te entiendo. Que agotamiento y sueño crónico que pasamos las madres. Pobre Peque también con su dolor de barriga. Menos mal que tiene una madre increíble que le cuida tan bien. Esper que ya se le haya pasado
ResponderEliminarSí, ya se le ha pasado! Todo era un catarro con otitis incluida...
EliminarBesotes guapetona!
Madre mía!! Que al final no fueron los pepinillos!! Pues sí que le tenía que doler al pobre...
EliminarMe alegro de que ya esté totalmente recuperado
Pues sí que duele, sí... bien que lo sé yo!!! (he pasado unas cuantas...)
EliminarPor suerte le drenó solito y por eso ayer ya estaba feliz y contento. :)
Muas!
Pobres... menuda noche pasásteis. Y sobre todo, pobre Peque, que acabó con colonia en el ojo aún por encima jejeje ;)
ResponderEliminarBesos!!
Jajajajajajaja! Pobrecico mío, va su madre y lo acaba de estropiciar, si es que... XD
EliminarMuas!
Qué arte tienes contando las cosas !! Lo siento, pero ha sido muy divertido!!
ResponderEliminarEspero que esta noche durmáis mejor. Por si acaso.... nada de pepinillos!!
Muaks
Jajajaja! De hecho, mientras pasaba la noche iba pensando: "esto va pal blog". Así es más entretenido, jejejeje...
EliminarPepinillos forbidden, aunque no causen la otitis que tiene el pobre!
Besotes!
Qué paciencia! Recién estoy descubriendo yo eso de estar despierta por ser mamá... jejeje.
ResponderEliminarEso sí, a mí me hubiera ganado la cama... No hubiera sido capaz de ir a la piscina! Eres mi heroína!
Bueno, tu etapa es bastante más chunga, que de bebotes es un continuo, jejejeje...
EliminarLa piscina me ha ido de lujo, todos los huesos en su sitio! Bien!
Muas!
ResponderEliminarJajajaja!!, me encantan tus cronicas :D
Así estamos nosotros también, con cuatro añazos que tiene ya mi dragón seguimos con "noches de loro" día sí, día también y no necesitamos dolores de tripas, ni llantos ni nada, salen así, espontáneamente, por puro entrenamiento... tienes suerte de tener esa opción piscina por las mañana (quien la pillara), yo me conformo con una ducha para despejarme antes de enfrentarme a una clase llena de gente que me quiere fresca y lúcida, hay días que hasta se me traba la lengua, entonces me disculpo, les explico mi síndrome crónico de maternidad, se enternecen y continuamos, por que hay que hacerlo... ;)
Un besazo
Yo no me puedo quejar, desde los tres años Peque duerme del tirón (y yo a su lado, jejejeje...), pero de vez en cuando toca...
EliminarLo de la piscina me va genial. Cuesta madrugar para meterte en agua fría, pero luego se agradece un montón!!
Dar clases es muy exigente, menos mal que los enterneces, jajajajaja!
Besotes!
Vamos, que esta noche descansaste :D
ResponderEliminarBesis de fresi
27+3
Pozi!! Pero hoy me he resarcido... Y la casa sigue sin barrer, jajajajaja!
EliminarMuas!
Mo , contado así , me he partido de risa . Pero dándole la vuelta y viéndolo desde una perspectiva de madre que lo ha pasao tooo , es duro . Cuando por fin , logra una quedarse dormida, ya sea una patada o movimientos varios , o el vómito que no llega y estás esperando como cosa buena para no tener que lavar toda la ropa de cama ,te despiertan.¿Y Cómo lo llevamos las madres? ....con humor y como se puede. ¡Mira que echarle la culpa a los inocentes pepinillos!.
ResponderEliminar¡Yo también me puedo zampar medio bote o entero!
Humor ante todo!!!!
EliminarYa me vale, yo pensando en pepinillos y tenía una otitis de caballo... Cero en pediatría, jajajajaja!
Besotes!
yo con jet lag ando contenta también, la parte buena es que me estoy poniendo al día de blogs y tal, creo que llevo 36 horas leyendo xD
ResponderEliminarJodeeer! Así estás comentado un porrón de posts! Hay que sacarle partido al insomnio!! XD
EliminarMuas!
No puedo parar de reír! Para ver la cara del niño cuando le pones la toalla para vomitar... debió pensar: mi madre no está fina jajajajajaj
ResponderEliminarJajajajaja! Así fue, esa era la cara!!! XD
EliminarBesotes!
Ainss.... como me he reido con lo de la toalla. Nosotros en casa cojemos la tina o barreño con la que saco la ropa de la lavadora y la tengo a mano. Luego se limpia bien y santas pascuas. A mí de pequeña me encantaba eso de poner los pies debajo del culo de mis progenitores... aún me gusta pero en casa no se dejan... lo hacen conmigo. Si es que....
ResponderEliminarPeque no es de vomitar mucho, por eso no hemos depurado el sistema, jajajajaja!
EliminarA mí me mola calentarme los pies en Mr. X, un clásico... XD
Muas!
Ay, esas malas noches, uffff. Y a qué se debía al final esa intranquilidad?.
ResponderEliminarBesotes!!!.
Otitis!!! Pero por suerte ya está curada... :)
EliminarBesotes!
Bua, qué mal!!!, menos mal que ya pasó.
EliminarRequeteBesotes!!!.
Sí, jajajajaja!
EliminarMuuuas!
Contándolo eres genial, lo de la colonia me ha dejado... pobre Peque jajaja y la cara que te pondría al verte con la toalla, qué pensaría jajajaja! Besotes, madre mía la de tiempo que no te escribía, eso por leerte desde el teléfono (que desde ahí no escribo comentarios, me mata el teclado);) Besicos.
ResponderEliminarEres una crack, Montse. Lo lees una vez y vuelves para comentar!!!! Te voy a tener que hacer un monumento, jejejeje...
EliminarMillones de gracias!
Besotes!