Hace un mes aprendí una lección maternal de las buenas: no anticiparás un evento molón a tu churumbel jamás de los jamases. Todo empezó cuando tuve la peregrina idea de preguntarle a Peque qué quería que le regalásemos por su cumpleaños. Desde entonces he estado sometida a una tortura china incesante consistente en preguntarme cada cinco minutos cuándo es su aniversario...
La primera vez le contesté que faltaban cuatro semanas. Error, porque si apenas domina el concepto "día", el de "semana" es poco menos que física cuántica. Todo optimista me enseñó tres deditos y me dijo:
-"Vale, este (primer dedito) cole, este (segundo dedito) cole, y este (tercer dedito), mi cumple, ¿noooo?" (léase la pregunta final acompañada de una cara de tremenda ilusión con ojitos gatunos).
Ni que decir tiene que cuando insinué que era algo más que eso se pilló un berrinche en pleno autobús.
Sigamos. Ahora que estamos más cerca del acontecimiento y podemos contar los días con las manos, le están entrando las prisas. El problema es que el tío se pasa lo de los ritmos circadianos por el forro. Su medida de tiempo se basa en sus períodos de sueño. Por ejemplo, los lunes lo va a buscar al cole su abuela -al mediodía y por la tarde-, y los martes Mr. X. Pues él, a las tres de la tarde del lunes de camino al cole, pregunta quien le vendrá a buscar "cuando se despierte". Poco le importa que por la tarde vaya su abuela, no distingue mañanas y tardes, sólo lo que está separado por un sano lapso de sueño. Ergo, su pregunta se refiere al día siguiente. De este modo las siestas nos complican la existencia a base de bien (que por cierto, de siestas ya más bien pocas...).
Pero lo peor es su pregunta estrella:
-"Mami, hoy es mañana, ¿verdad?".
Hay que jorobarse. Dentro de poco se me planta en el existencialismo. Y yo le digo que hoy es el mañana de ayer y el ayer de mañana. Vamos, que mucho no le aclaro al pobre. Sólo intento decirle que se deje de contar los segundos y disfrute del ahora, que es de lo que se trata. Pero eso es harto difícil de entender cuando esperas con toda tu alma que llegue tu regalo de cumpleaños.
PS: No es casual que el título del post coincida con una peli del año pasado. No es casual y además os la recomiendo muy mucho.