lunes, 3 de diciembre de 2012

Voyage, voyage


Tal y como avisaba en mi último post, estos días hemos estado disfrutando de un preciadísimo Kit-kat vacacional. Mr. X tenía que ir por trabajo a una de las Islas Afortunadas y Peque y yo pudimos acompañarlo en su gesta. Y no digo gesta porque sí. No. Lo digo porque este viaje nos ha deparado unas cuantas aventuras...

Para empezar, todo apuntaba a que Murphy nos iba a tocar los bemoles a base de bien. Nos levantamos el jueves con esa energía que da el saber que dentro de unas horas te librarás del abrigo y el jersey para solazarte en una terracita tomando algo en manga corta...Y la sonrisa nos duró exactamente diez minutos, el tiempo que tardó Peque en despertarse y demostrarnos con su abrazo matinal que tenía algo de fiebre...Pero bueno, eran sólo un par de décimas y se encontraba bien, así que incluimos en la maleta el consabido ibuprofeno infantil, alias Dalsy y seguimos adelante con el plan (acojonaditos, pero con la esperanza de no tener que cancelar el viaje). Por si acaso, le dimos una dosis antes de embarcar. El niño andaba entusiasmado con lo de subir al avión. Aunque esa emoción también tuvo una caducidad precoz. Cuando se dio cuenta de que tenía que permanecer sentado y atado con el cinturón durante el despegue la lió parda (desde aquí mis disculpas si algún viajero de ese vuelo da con este blog...). De todas formas fueron un par de estallidos relativamente cortos y luego cayó frito, así que la ida fue bastante soportable.

Al llegar a nuestro destino Peque no tenía fiebre pero se le notaba algo alicaído. De camino al hotel iba diciendo que le dolía la "panchita" y asumí que sería por el ibuprofeno (alguna vez le ha pasado), así que al llegar nos fuimos a una farmacia y nos hicimos con el primo hermano del ibuprofeno, osease, el paracetamol, que le sienta mejor si bien no le resulta tan eficaz. Una vez en el hotel subimos a la habitación y yo lo veía raruno...Tanto que se me encendió la alarma y lo llevé en volandas al lavabo, justo a tiempo para que se pusiese a vomitar enfrente del WC. Sí, enfrente.
Lo limpiamos todo y nos fuimos a dar un paseo y a cenar. Mientras tanto avisamos en recepción de que nuestro cuarto de baño apestaba a vómito olía un poquito mal, y se pasaron a darle un repaso. Durante esas horas Peque se reanimó, dijo que ya no estaba malito y se puso las botas en el buffet. Para eso siempre he sido muy feliciana, y le dejé comer lo que quiso y en cantidad que le vino en gana. Como la tertulia post-cena se alargaba demasiado, decidí dejar a Mr. X de palique con sus colegas y me llevé a Peque a la habitación. Cuando ya estábamos en pijama y en la cama, se irguió, me dijo que le dolía la barriga y entre eso y el torrente de vómito que me cubrió enterita no medió ni un cuarto de segundo...El pobre vació el depósito y se quedó tan a gusto, pero yo permanecí ahí quieta un poco en stand by preguntándome porqué le había dejado zamparse un helado XXL de chocolate que ahora estaba esparcido en forma de chapapote en la cama y mi pijama...Llamé al servicio de habitaciones y mientras venían a socorrerme limpié y cambié a Peque y retiré las sábanas para facilitar el curro a quien viniese a ayudarme. Me quité los pantalones y recibí a mi salvadora con un aspecto bastante precario (menos mal que era una mujer...). A todo esto Peque ya estaba roncando en su cama. La mujer que me cambió la ropa de cama era un encanto, le quitó importancia al sarao y se despidió con una sonrisa de lo más reconfortante. Yo me puse otro pijama, apagué la luz y de camino a la piltra, ¡clinc!, le di un toquecito a algo que resultó ser la botella de vino que nos había obsequiado el hotel...Visualicé el percal en mi mente antes de que oyese el estruendo que hizo la botella al romperse en mil millones de fragmentitos de cristal. Me quedé ahí a oscuras, petrificada y sabiéndome rodeada de un mar de vino y minas en forma de vidrio...Podría haber llamado a la camarera otra vez, pero se me caía la cara de vergüenza. Por otro lado, no tenía ni escoba ni mocho ni nada...así que pillé el papel higiénico (suerte que había de sobras) y con una paciencia infinita lo recogí todo mientas blasfemaba por lo bajini en todos los idiomas en los que sé blasfemar...

A la mañana siguiente Peque estaba fresco como una rosa. Había programada una excursión en dromedario y Mr. X no podía venir por el curro. Yo dudé bastante, porque me daba pánico que el niño se pusiese a vomitar desde lo alto del camélido, pero como lo veía tan bien, me animé. Cuando llegamos a las dunas que servirían de escenario a nuestra aventura, el jefe del tinglado nos dijo que nos pusiéramos en fila y que los cuidadores de los dromedarios nos seleccionarían por parejas para subirnos al bicho. Por lo visto la experiencia los ha dotado de un sistema infalible para calcular a ojímetro el peso de las personas y poner a individuos de masa similar a ambos lados de la montura. Cuando quedábamos pocos por ser elegidos -Peque y yo íbamos en pack- uno de los chicos dijo: "O la mujer y el niño o la señora...". Si yo llego a ser la señora me da un bajón...Raudos y veloces nos subimos a Daniel, nuestro dromedario. Peque estaba entre ilusionado y acojonado. Yo sólo acojonada. Mentalmente me iba repitiendo: "Por favor, que no se me escurra el niño...y que no me vomite...y que no comience a gritar como un poseso..porfa, porfa, porfa...". Y no, no hizo ninguna de esas cosas, aunque a veces se giraba y al ver el morro del dromedario que iba detrás nuestro y cómo me lamía el pelo a través del bozal soltaba: "¡Qué asco!". Fue divertido, aunque un poco largo para mi gusto (sobre todo por la tensión de mantener bien abrazado a Peque, que a ratos se quería bajar en pleno trayecto...). Al descender tenía los brazos agarrotados, pero nos sirvieron un té caliente en la jaima para guiris y me relajé al ver que habíamos sobrevivido con notable alto a la experiencia.

Al día siguiente, otra aventura, esta vez con Mr. X. Nos fuimos en barquito a buscar ballenas, delfines o similares. Peque sólo quería ver delfines, de lo demás pasaba soberanamente. Yo justamente ese día iba un poco resacosa de la cena del día anterior y no me sentía muy en forma para surcar los mares, pero una madre lo da todo por el divertimento de su estirpe. El trayecto duraba dos horas y nos avisaron de que podíamos mojarnos, pasar frío por el viento y quizás (sólo quizás) marearnos. De todas formas, avistar cetáceos estimula a cualquiera y obviamos los inconvenientes. Tras una hora de trayecto en el hermano gemelo marítimo del Dragon Khan ya no pensábamos lo mismo. Cada vez que veíamos algo que podía ser una ballena la embarcación viraba para seguir su rastro, con lo íbamos todo el rato de arriba a abajo, de un lado a otro...Nosotros tres aguantamos estoicamente (Peque incluso se durmió, qué tío...), pero las vomitonas no tardaron en llegar. Ahora a babor, ahora a estribor...Un festival de regurgitaciones por doquier. Yo ni miraba, porque aguantaba en el límite, y si llego a oler ni de lejos el contenido estomacal de mi vecino saco hasta la primera papilla. Y ver bichos…pocos, pero alguno vimos. Un par de rorcuales tropicales, aunque de refilón, y una tortuga. Yo con poco me conformo y viendo el lomo de una ballena me di por satisfecha, pero observando las jetas cetrinas de más de uno, creo que de haberlo sabido se ahorraban las dos horas de mareo...Como dijo nuestro guía, para muchos los cetáceos debían andar escondidos en el fondo de una bolsa de plástico...Peque no vio nada de nada, porque se durmió durante la parte más interesante, y se quedó un tanto frustrado, pero por suerte la actividad de la tarde compensó todo lo demás. Fuimos a un parque zoológico precioso y pudimos disfrutar de lo lindo con los delfines. ¡Incluso pudo tocar uno! Un sueño hecho realidad.

En lo social, Peque se hizo famosete entre los colegas de Mr. X. Más que nada porque siempre la estaba liando parda y porque aguantaba cada noche hasta las tantas en medio del sarao. Tanto que hasta me lo rebautizaron. Ahora se hace llamar "el incombustible Peque". Para que os hagáis una idea...

Ya se sabe que lo bueno pasa volando, y en un plis nos encontrábamos en el avión de vuelta a casa. Esta vez Peque fue el típico niño toca-cojones que te ameniza el vuelo con sus llantos y pataletas. A ratos se calmaba, claro, pero después volvía a la carga: "¡Me quiero bajaaaaaar!". Mr. X y yo nos las vimos y nos las deseamos para mantenerlo en relativa calma. Eso sí, en el taxi de vuelta a casa le pregunté: "Peque, ¿qué es lo que más te ha gustado de todo lo que hemos hecho?". Y sonriente me contestó: "¡El avión!". Este niño es un cachondo mental...

52 comentarios:

  1. Cuanta aventura!!! Las cosa empezó regulera, me has dado mucha pena cubierta de pota, pero luego todo ha mejorado mucho!! Que bien.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. ¡Yo también quiero montar en dromedario!
    Si Peque llega a potar desde lo alto del dromedario hubiera sido épico xDDD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Épico del todo, jajajajaja! Menos mal que me libré de eso!!
      Muas!

      Eliminar
  3. Jjaja ains Mo, desde luego que vaya racha de vomitonas!! Espero que al menos sí pudiéseis ir en manga corta!! jaja.

    Un beso y bienvenida de nuevo! Muass

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, tuvimos suerte y el tiempo acompañó! Qué lujazo de clima tienen en esas tierras!
      Besotes y bien hallada!

      Eliminar
  4. Que aventuras Mo¡ Lo importante es que has descansado unos días con la family.
    Un besote¡

    ResponderEliminar
  5. Jajaja, vaya viaje tan "temático", sólo os faltó rematarlo en una montaña rusa!!! Pero seguro que ha merecido la pena muchísimo, que unos días de escapadita en familia nunca vienen mal!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego que no, aunque haya sido por trabajo hemos podido romper con la rutina, cosa que se agradece...
      Muas!

      Eliminar
  6. Ay, pobrecita... lo regular que empezó el viaje... por la pota del nena... pero me alegro que mejorara!!!!!
    Que envidia!

    ResponderEliminar
  7. Pues ha sido un finde un poco "vomitivo" jaja
    Me alegro que al final peque se recuperara y que disfrutarais del viaje.
    Nosotros ibamos a montar en camello pero me dieron tanta lástima que nos fuimos.
    Pero me encantaria bañarme con un delfin!
    Un besote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando estuvimos con los dromedarios me pareció que los cuidaban bastante bien, pero es verdad que tiene su cara B...
      Los delfines eran preciosos, fue un rato genial, y la foto de Peque tocándolo lo dice todo :)
      Besotes!

      Eliminar
  8. jajajja te imagino en la habitación con la botella hecha añicos, lo que dices mUrphy haciendo de las suyas.
    En cuanto al barco, recuerdo que yo me tomé una biodramina, porque soy de fácil mareo, peor mi marido no, en el tercer giro se puso malísimo y pese a ir con el brazo escayolado no dudó en bañarse en las oscuras y frías aguas...jajajja, todavía recuerdo su cara de impresión y su brazo en alto para no majarse, un show.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La cara de algunos daba miedito, pobres, vaya mal rato...Uno se bajó farfullando: "Puto barco...", jajajajaja!
      Muas!

      Eliminar
  9. Que fin de semana más movido!!!. Creo que ninguna salida, sin sus problemillas..., sería tan perfecta jejeje. Menos mal que finalmente tu peque dejó de vomitar..., aunque me imagino lo nerviosa que debes haber estado en el avión, ante tal situación. Jajaja me parto con lo que le gustó más a tu Peque.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, que hayan algunas incidencias lo hace más memorable, jajaja!
      Peque está desarrollando una ironía digna de la familia donde se está criando...
      Besos!

      Eliminar
  10. ME he cansado de leerlo, sobretodo lo del barco, que previsora con llevar dos pijamas para ti!!! Veo que habéis sido la comidilla con el incombustible jaja, igualito que uno que yo me se. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, en realidad adapté una camiseta como segundo pijama, no pensaba yo que necesitase repuesto de eso...(para Peque sí me imaginé que haría falta, por suerte!).
      Besos!

      Eliminar
  11. Qué suerte! Aun a pesar de todas las vicisitudes (uaaaa, qué palabro!!!)
    Lo mejor es lo del final, qué gracioso el incombustible, nunca sabes por dónde van a salir!
    Un besillo guapa

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo de incombustibles les va genial a los pequeñajos, fue todo un acierto, jajajaja!
      Besotes!

      Eliminar
  12. ¡Me parto!
    Nosotros también hemos tenido vomitonas este finde, pero menos mal que la mía es de no comer...
    Qué gusto el poder irse a un lugar calentito unos días. El año pasado lo intentamos, nos fuimos a Lanzarote en Febrero pero... como tenemos el gafe, y en Lanzarote sólo llueve una semana al año ¿adivina qué semana tocó que diluviara?
    En fin, me alegro de que con todo, os lo pasarais tan bien. Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues vaya, se han sincronizado! Espero que ya se encuentre mejor tu niña...
      Sí que fue mala suerte lo de vuestro viaje...Nosotros nos hemos librado por los pelos, porque la semana anterior se la pasó lloviendo, buff...
      Muas!

      Eliminar
  13. Jajjaja siempreee me parto contigo, pero casi que hoy te has superado, la botella de vino!!!!! ahora hace mucha gracia pero te imagino y me da un algo!!! Y tu incombustible tiene que ser la caña, mi nano también aguanta hasta las mil y más. Jajaja lo que más le gustó el avión! Besazos gigantes y bienvenida

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y se me ha olvidado contar que me pasé los tres días paranoica poniéndome zapatillas para ir por la habitación (porque quedaban cristalitos) y al final me corté con uno dentro de la cama! Si es que...
      Besotes grandes!

      Eliminar
  14. el avión! jajjajjaj, qué cachondo el niño.
    Yo en eso tengo suerte porque peluchin está acostumbradito desde los 3 meses de vida,ya lleva unos cuantos vuelos. Sólo una vez tuvimos un viaje de unas 4 vomitonas porque pillo gastroenteritis,ufff qué vuelo.Menos mal que tb venía papi suchel sino me da algo.
    Al final pudisteis disfrutarlo un pokito para quitar el mal sabor de la vomitona de la cama...k asco daaa.

    besiñoss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jo, pues lo lleváis estupendamente! Yo creo que me voy a esperar otro añito por lo menos para repetir vuelo, jajajaja!
      Besos!

      Eliminar
  15. ¡¡Vaya viaje!! Pero bueno lo pasasteis bien y mejor vomitonas que fiebre y llantos, no?? Lo de los dromedarios mola pero a mí me mareó más eso que ir en barco... sobre todo cuando se ponen de pie y luego cuando se arrodillan para que bajes!!
    Un besote al incombustible peque!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo pasamos estupendamente! A mí el dromedario no me mareó, como mucho me destrocé los riñones con la barra trasera del asiento, jejeje...
      Besotes!

      Eliminar
  16. Un gran fin de semana ya que el peque solo estuvo malito el día que llegasteis y pudisteis disfrutar del paseo en camello y los delfines.

    Qué bien y que gracioso peque diciendo que lo más guay fuera el avión jajaja.

    Besitoss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de verte por aquí, guapetona!
      Este Peque es un caso, jejeje...
      Muas!

      Eliminar
  17. La camarera del hotel debió de pensar que le habían echado mal de ojo a la pobre. Me alegro de que lo pasárais tan bien. Peque mola un montón en todas las formas de transporte posible y en todos los entornos.
    Besos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por suerte la camarera tenía un carácter súper dulce, llego a ser yo y no respondo a la llamada, jajajaja...
      Peque es un bicho, eso es lo que es!
      Besotes!

      Eliminar
  18. Ai ya te veía llamando a recepción otra vez: srta... si mire que ahora la que la ha liado he sido yo! jajaja! si es que no hay dos sin tres, pero tu fuiste muuuy apañada con la ayuda del papel del wc!
    aixxx qué mal se pasa vomitando! suerte que no le duró todo el viaje, y que bien van unos días de fiestuqui!! genial que os lo pasarais tan bien.
    La ironía de peque me encanta, mola mucho!!!
    Besos guapa!! yo también quiero las Islas y no este fresco...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No tenía narices de volver a llamar a recepción...Debieron respirar tranquilos cuando nos fuimos, jajajaja!
      Un besote!
      PS: Yo quiero volver al calorcilloooo!

      Eliminar
  19. Madre mía!!! Pues sí que tuvistéis una de cal y otra de arena, menos mal que lo bueno fue muy bueno. A mí también me pasó lo de que me vomitara el niño en un hotel, ¡con el agravante que no era mi habitación sino la de mni suegra yq ue los niños y yo nos alojábamos en otro hotel y había ido a descansar un ratito al de mi suegra porque nos pillaba más cerca! Que vergüenza pasé! Pero también se portaron genial. Anda que tener miedo del camello después de tus aventuras en el zoo. ¡No te creo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, miedo yo al dromedario no le tenía, el que me daba pavor era Peque, jajajaja! Mira que si se llega a poner a vomitar estando ahí...arrrg!
      Besotes!

      Eliminar
  20. Uf!! El servicio de limpieza del hotel casi te odia.... Menuda marcha ha llevado el peque!!! Menos mal que al finla parece que el viaje ha sido mas positivo que negativo, me alegro por vosotros.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajaja! Debieron acabar hasta las narices de nosotros...Pero sí, al final ha sido un buen viaje! Gracias!
      Muas!

      Eliminar
  21. Canarias! que envidia! allí me iba yo volando en un vuelo migratorio!
    Que mal se pasa cuando ves que el peque está molestando a los viajeros, verdad?
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya te digo si se pasa mal!! No quiero ni pensar en un vuelo transoceánico, argggg! ;)
      Besotes!

      Eliminar
  22. Ay pobre!! Cuantos vómitos a tu alrededor!! Yo soy muy suceptible con ese tema y a la nada vomito también, tengo que trabajarlo!!! Lo de los delfines me encanta!!! Me alegro que al final lo pasarais genial. Besitos linda.

    ResponderEliminar
  23. Jajajajaja, clin!!! Jajajajajajaja. No me lo puedo creer!!! Las botellas de bienvenida son para bebérselas, jajajajaja.

    Así que lo que más le ha gustado es el avión, eh??? Jajajajajajaja!!!

    Me alegro que lo hayáis pasado bien incluso con las aventurillas.

    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La próxima vez me bebo la botella nada más llegar al hotel, jajajajaja!
      Besotes guapa!

      Eliminar
  24. jajajaja, lo siento, pero te imagino llamando a la de recepción por segunda vez y me muero de la risa. Menos mal que siempre tienes humor para todo.
    Un besazo, preciosa!

    ResponderEliminar
  25. Qué mal lo he pasado cuando he leído lo de los cristales, ufffff, Menudo viajecito, jajaja.

    Muchos Besotes!!!.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya te digo, para mí también fue lo peor!!!!
      Besotes!

      Eliminar
  26. Jajaja lo de tu peque es alucinante. Como siempre digo, aburrirnos no nos aburrimos eehh?? ;b
    Menuda experiencia han tenido en ese viaje y lo del hotel de infarto!
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego, el aburrimiento ha sido desterrado de mi vida sin ningún tipo de piedad, jajajaja!
      Muas!

      Eliminar