lunes, 21 de noviembre de 2016

Qué verde era mi Cambridge


Hace unas semanas mi amiga E nos invitó al primer cumpleaños de su primogénito, que resulta ser mi ahijado. Ganas de asistir no nos faltaban, pero había un pequeño inconveniente: unos 1500 km de distancia, más o menos (hace unos cuantos años que mi amiga cambió el sol de California por la llovizna de Cambridge).

Lo de viajar nos pirra, e Inglaterra estaba en mi wishlist de peregrinajes desde hacía tiempo, pero nunca encontrábamos la oportunidad, hasta que E me llamó. Después de consultar parámetros varios, decidimos ir al cumple (¡yuhuuuu!). Y yo empecé a hiperventilar, porque mi pasión por los viajes es directamente proporcional al yuyu que me da coger un avión.

Cambridge nos ha enamorado. Y eso que hacía un frío de tres pares de cojones. Un frío húmedo gracias al chirimiri casi continuo y al río que recorre la ciudad, el río Cam (de ahí lo de su nombre). A pesar de eso, por lo que nos dijo E, es una de las ciudades con más horas de sol de todo el país, y lo cierto es que un día soleado sí tuvimos.

Para llegar a Cambridge lo ideal es aterrizar en London Stansted y coger allí un tren que en media horita te deja en la ciudad. Lo único pesado es pasar la frontera (por llegar un sábado nos chupamos como cuarenta minutos de cola interminable –con un niño que ha dormido cuatro horas y que está entre agotado y excitado, puede ser un lindo calvario-). Dicho esto, la señora que estaba en la aduana fue muy simpática y se marcó unas palabritas en castellano a Peque que le sacaron una sonrisa (en general hemos dado con unos brittish muy agradables).

Cosas de Cambridge…

-Vale mucho la pena ver por dentro los famosos Colleges. Las visitas son gratuitas en algunos y de pago en otros, pero la espectacularidad de los edificios bien lo merece (y la universidad de Cambridge es la más antigua de habla inglesa después de Oxford -desde 1200 y algo, toma ya-). Nosotros fuimos a St John’s y a Gonville and Caius. Para la próxima no nos perderemos King’s College, pero desde St John’s se puede ver un puente monérrimo imitación del de los suspiros de Venecia.

                                                                 


Una curiosidad. Según me explicó E, la hierba (verde a más no poder y tupida como ella sola), sólo puede ser pisada por un estudiante de Cambridge, así que nada de selfies en medio del verdor. Forbidden!



-Puedes darte un paseo por el río Cam en batea (punting, le llaman, y durante tus vueltas por el centro te avasallarán con el tema y hay que regatear el precio; nosotros conseguimos un garbeo por veinte libras). Desde la batea se pueden atisbar todos los colleges y mientras tanto el gondolero te explica anécdotas varias (de las cuales sólo pillé la mitad o menos porque mi inglés británico está por pulir).





-En Cambridge no hay palomas, hay cuervos (y patos, y algún cisne), por todas partes. A Mr. X y a mí nos llamó mucho la atención, deformación profesional. Y también muchas bicis. Ojo al cruzar una calle, hay que mirar para todos los lados antes de aventurarse o te juegas el tipo.

       


-La comida, ay la comida. Bueno, los ingleses no son precisamente famosos por sus artes culinarios, pero hemos de decir que comimos muy bien. Nuestra amiga E nos llevó el primer día a tomar un brunch a una cadena de restaurantes, y estaba riquísimo. Eso sí, lo típico es tomarlo con té y por ahí no pasé. Mr. X le dio a una pinta de Guinness, y yo, que no soporto la cerveza que no sea helada y llena de gas, me tiré a la Corona. En otros sitios fui aún peor y bebí Estrella. Sí señor, Estrella everywhere. Hay que ser guiri…




Para la cena nos recomendaron un pub que estaba cerca de nuestro hotel. Un pub tailandés. Ese concepto me produjo un poco de cruce de cables, porque mi idea de un pub era un tugurio oscuro lleno de hombres de mediana edad en la barra dándole a las ale, pero no, también sirven comidas. Atención al funcionamiento, porque es curioso. Cuando llegas lo primero es pedir la bebida en la barra, y te la llevas a la mesa. Después pides la comida, pagas, y los camareros te la sirven cuando está lista. Después de mi experiencia en USA -donde me llevó mi tiempo descubrir que la propina es obligatoria y cerca del veinte por ciento de la factura- le pregunté a E sobre la conveniencia de dejar o no propina. En general no es necesario, y en los pubs hasta se lo pueden tomar mal.

El domingo comimos en The Eagle, otro pub de renombre. Al parecer Watson y Creek siempre iban allí a tomar algo, y según te vende el local, en uno de sus rincones se inspiraron y descifraron la estructura del ADN (o DNA en english). La mesa que frecuentaban tiene la plaquita correspondiente. Anécdotas aparte, es un pub enorme y las mesas van muy buscadas. Te toca entrar, investigar, y plantarte delante de la que veas con opciones hasta que se vacía. Es la guerra. Pero vale la pena por catar un sunday roast o unas salchichas con puré de patatas (ligero, ligero).

-Durante nuestros paseos descubrimos que el dulce típico de Cambridge es el fudge, una especie de caramelo con todos los azúcares posibles que elaboran en una enorme mesa de mármol dándole forma hasta que se solidifica. No soy muy de dulces, pero el de chocolate negro y ron está que se sale.

-Las tonalidades de las hojas otoñales se comieron varios megas de mi tarjeta de memoria. Qué colores...

                                   



Peque lo ha vivido como toda una aventura y decía “hello” y “good bye” con un acento de lo más británico. Me da que vamos a tener que repetir. Todo sea por su formación académica...


                                 





20 comentarios:

  1. Yo muero con las guarradas que comen y ya lo de comer con té... ¡NO!

    Qué guay el viaje, el sitio es precioso y si encima os lo pasasteis genial, ¡qué más se puede pedir!

    Un beso enorme

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    1. A mí me mola mucho el té... pero jamás para comer! :)
      Muchas gracias hermosa!
      Muas!

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  2. Ooohhhh!! Yo estuve hace años... y me has recordado un montón de rincones.¡que ganitas de volver!

    ^^

    ^^

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  3. Me alegro de que hayáis disfrutado del viaje!! He flipado con los colores de las hojas...
    Veo que no soy la única a la que le cuesta entender a los británicos. Una que tiene el oído hecho a los yankis de repente me vienen con tanto engolamiento y yo no entiendo ni papa. Jajaja. Un besote!!!

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    1. A mí me pasa lo mismo, aprendí inglés en EEUU y los británicos tienen un acento que se me resisteeeeee! :)
      Muas!

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  4. ¡Qué chulada de viaje!, me encanta. Los colores de las hojas son para fliparlo mucho, eh?.
    Un beso

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  5. Cambridge...! Buff parece que fue en otra vida, pero allí pasé dos años hace ya... demasiado!
    Si es precioso en otoño, no te lo pierdas en primavera, cuando todo florece, es realmente maravilloso!
    Como curiosidad te diré, que después de pagar religiosamente las entradas a todos los Collegue cada vez que venía alguien a visitarme, un buen amigo inglés, me invitó al Trinity donde el estudiaba, y cuando fui a pagar la entrada me dijo, para que?, tu crees que conocen a todos los estudiantes y todos los familiares de estudiantes?. Ponen la entrada para los turistas. Nunca más volví a pagar! y nunca tuve problemas... y mira que los ingleses son...

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    1. No sé si ahora será diferente, pero a mi amiga (que trabajó en un College) le pidieron una tarjeta identificativa para poder entrar gratis! Y de hecho con ella podían entrar dos personas más sin pagar.
      Dos años! Una barbaridad de tiempo! Te lo debes conocer al dedillo. :)
      Muas!

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  6. ohhhh, nunca he estado! después de romper mi resistencia a UK y ya que me he hecho asidua a Londres creo que estoy lista para dar el paso y conocer el resto de ciudades tan fantásticas y antiguas!

    Creo que volverás más de una vez! (a pesar del acento que yo hasta ahora no lo pillo xD)

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    1. Pues nos tenemos que cambiar los cromos porque a mí me falta Londres, jejejejeje...
      Te encantará, tiene un aire Harry Potter total! :)
      Y sí, lo del acento es duro, habrá que practicar!!
      Muas!

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  7. Que pasada, Mo! Anda que no aprende uno cada vez que sale...viajar es lo más.
    Me alegro que lo hayais disfrutado, di que si, Estrella y Corona ¡buenas elecciones! jajaja.
    Por cierto, esa foto del pub tailandés y su funcionamiento me ha traído grandes recuerdos ¿os recargaban más si queríais? a nosotros sí, y tambien mientras comías hacían espectáculos típicos muy chulos.

    Lo dicho a practicar english...jajaj.

    Besos.

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    1. Pues en el pub no recargamos, así que ni idea... y no vimos ningún espectáculo, a ver si la próxima vez cae uno!! :)
      Let's practice! XD
      Besotes!

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  8. Cambridge es superbonito, yo fui con 13 años y me impresionó tanto que aún me acuerdo.
    Me parto con que no te tomaras el brunch con té jajajaja a mí de adolescente tampoco me iba el té y me tomaba el bruch con agua o coca cola XD Ahora ya soy adicta al té...

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    1. A mí me encanta el té! Para desayunar, después de comer, entre horas... pero con la comida jamás! XD
      Muas!

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  9. Ohh qué envidia!! Estuve en Cambridge hace ya unos añitos y la verdad es que el lugar tiene muchísimo encanto. Tengo una foto en el mathemathical bridge que me chifla!!

    Qué suerte tiene tu amiga E de vivir allí ;)

    Y tú también, así tienes la excusa perfecta para volver!

    Feliz día!

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    1. Ese puente era una pasada!
      Y sí, tenemos suerte de tener a E allí, jejejeje...
      Besotes!

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