martes, 13 de septiembre de 2016

Ya no tan Peque


Peque empieza primaria este curso. Lo de llamarle así voy a tener que reconsiderarlo en vistas de su exponencial crecimiento y de lo poco que falta para que me supere en tamaño.

El otro día me quejaba del estirón que estaba pegando y me soltó: “no tengo la culpa mami, es el cuerpo que me sube”.

Le sube el cuerpo y la bilirrubina, porque anda medio enamoriscao de cuanta niña-chica-mujer le llame la atención. Y yo feliz de que me lo cuente, a ver si mantengo el estatus de confidente cuando entre en la pubertad (que visto lo visto está al caer).

Lo cierto es que este año he notado un cambio. Cada vez hace más cosas sin mi ayuda, su cabeza se plantea cuestiones complejas y se da cuenta del mundo que le rodea y de cómo interacciona con él. Yo vivo la transición de ser madre de un niño pequeño a ser madre de un preadolescente. Que le queda, ya lo sé, pero muchísimo menos del tiempo que ha pasado desde que vi el positivo en el test de orina. Evolucionar como hijo es difícil, pero como progenitor tiene tela. Los cambios son sutiles pero irreversibles, y a veces me tengo que dar una colleja mental para no caer en automatismos muy de madre que me llevarían a darle una cucharada de comida, a ponerle la camiseta o a abrirle un tetra brick. Ahora para eso solo necesita que esté a su lado y le diga que puede hacerlo solo. Ayer en el parque escaló por primera vez la barra de metal hasta arriba y vino corriendo a decirme: “¿Lo has visto? ¡Nunca lo había conseguido! Pero he pensado que yo podía y… ¡hale, he podido!”.

Aún me quedan muchos pasos que dar a su lado, pero comienzo a notar esa fisura dolorosa y necesaria entre él y yo. Y no puedo evitar acordarme del poema de Kahlil Gibran sobre nuestros hijos:


“Tus hijos no son tus hijos

Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.

No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.

Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,

Pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,

Porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti

porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados (…).

Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea hacia la felicidad”.







14 comentarios:

  1. pero, en el fondo, siempre será Peque <3

    ResponderEliminar
  2. Da penita y nostalgia, porque el tiempo pasa rápido,pero toda etapa tiene cosas buenas. Lo importante es verlos crecer y poder compartirlo con ellos. Un beso

    ResponderEliminar
  3. Volando, pasa el tiempo. Es una frase hecha, pero con ellos nace repetirla.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que al mutar en madre se convierte en tu frase de cabecera. Inevitable que no te venga a la cabeza mil veces al año!
      Muas!

      Eliminar
  4. Haces bien en anticiparte y prepararte para lo que viene. Mi niña mayor ha cumplido 13 este verano y uffffff.... demasié pa'l body.
    Yo estoy hecha para ser madre de bebés y niños pequeños, pero lo de ahora creo que claramente se me da mal y me ha pillado de sopetón.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Juego con ventaja por haber visto crecer a los niños de Mr. X durante estos años. Por eso ya me lo veo encima!!
      Y no creo que se te vaya a dar mal, es cuestión de adaptarse, que no es nada fácil.
      Ánimos y besotes!

      Eliminar
  5. Sí, siempre será tu Peque, pero que nostalgia y que ganas de seguir acompañándolos en su camino, en todo ese maravilloso futuro. Y que lindo Gibral, ha sido un re encuentro estupendo.

    Abrazos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una mezcla extraña. Nostalgia y ganas, como bien dices. :)
      Me encanta Gibran!
      Muas!

      Eliminar
  6. Es que tiene que ser muy fuerte eso de ver cómo tus bebés ya no son bebés. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  7. A mi me da pena que el tiempo pase tan rápido y que crezcan a un ritmo desorbitado... pero como decía mi abuela, es ley de vida.
    No conocía ese poema y me ha encantado, gracias por ponerlo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de que te haya gustado! Y sí, es ley de vida. :)
      Un besote!

      Eliminar