miércoles, 14 de septiembre de 2016

De jabalíes y tejones


La casa de verano de la familia de Mr. X está en medio de un parque natural. Eso implica estar en contacto con su fauna y con su flora. La flora este año se notaba seca por la falta de lluvia, daba penita pasear y ver el bosque tirando a mustio. La fauna, en cambio, ha vivido una auténtica explosión. En julio el gorjeo de los pájaros te despertaba quisieras o no a eso de las seis de la mañana. Al parecer andaban todos locos por procrear y con cantos de cortejo a toda mecha. Parece bucólico, pero raya en lo psicodélico el griterío que se monta. Como una pandilla de angry birds en plena rave matinal.

También hemos constatado que el sector invertebrado estaba pletórico. Mariposas, libélulas, coleópteros… Mr. X quiso agarrar un escarabajo resultón para enseñárselo a Peque y le arreó un mordisco en el dedo que ríete tú de lo que te hace un hámster cabreado…

Igualmente hemos podido ver animalejos que hacía años que no aparecían (luciérnagas –¡la primera que contemplo en mi vida!-, insectos palo, mantis religiosas…).

Si los insectos brotaban por doquier, los mamíferos no se han quedado atrás. Un buen día llegó por el camino un conejo hecho fosfatina (estaba hasta las cejas de parásitos y con una más que probable encefalitozoonosis). Lo pusimos en un cercado para poder medicarlo y cuidarlo, peeero… me ahorraré la parte gore en que mi perra decidió darse un festín de foie.

Nuestra habitación está en la planta baja y da a un avellano que en agosto nos regala su fruto sabrosón. Es habitual ver a algún miembro de la familia acosar al pobre árbol a media mañana para un piscolabis antes de la comida. Lo que pasa es que a los jabalíes también les parece un manjar de dioses y de madrugada suelen hociquear el suelo en busca del tesoro. Curiosamente, hacen un ruido al que nos hemos acostumbrado y no nos rompe el sueño. Una noche, sin embargo, Mr. X y yo nos despertamos al mismo tiempo. Era crujido inconfundible de bicho masticando, pero no el de siempre. Nos asomamos a la ventana y oh, sorpresa, aquello no era un jabalí. Y no estaba al otro lado de la valla, sino al ladito mismo de nuestra habitación. Al principio pensamos que era una marmota, pero al girarse y verle la cabeza con sus inconfundibles francas blancas, constatamos que era un tejón. Desde que mi suegra era niña no se veía uno cerca de la casa, por lo que al día siguiente toda la familia se emocionó con el acontecimiento y decidimos ponerle al animal una ración extra de avellanas para poder observarlo en grupo. Pasamos la noche en guardia esperando su aparición, pero no hubo éxito.

La noche siguiente, al irnos a la cama yo me puse a ver una peli en el ordenador (El Gran Hotel Budapest, ¡me encantó!). A pesar de llevar los auriculares puestos, cuando hacía diez minutos que todo el mundo estaba en sus alcobas, oí un “crec” inimitable. Mr. X y yo saltamos a la ventana y allí estaba el bicho. Mandé una alarma vía whatsapp al chat familiar y todos abandonaron sus aposentos en una carrera silenciosa para otear desde el lavabo y nuestra habitación al tejón. Después de la cuarta noche el “crec” ya no levantaba a nadie de su cama, pero era agradable sentir su ruidosa compañía.

Una tarde de la semana pasada me fui con Peque a la masía de al lado, que es de unos amigos, para hacer fotos de los cuadros de mi madre (me los guardan ellos y me he propuesto hacer una web con su obra, veremos si lo consigo). Para desplazarme de nuestra casa a la suya usamos un atajo por el bosque. Al volver a casa al atardecer nuestro amigo J se ofreció para llevarnos en coche. La distancia no es demasiada y me gusta el paseo, por lo que decliné el ofrecimiento y le dije que no nos costaba nada volver caminando. Él me comentó que había muchos jabalíes merodeando la zona a esa hora. A mí no suelen darme yuyu, andan medio domesticados por la comida que les ponen algunas personas… pero no dejan de ser animales salvajes. J nos advirtió que algún macho de la zona era imponente, y le dije que para evitar sustos iría por la carretera en vez de usar el atajo. Y para allí que nos íbamos mi churumbel y yo cuando Peque me gritó: “¡Mamá, un jabalí!”. La hueva, era el padre de todos los jabalíes del puto bosque. A veinte metros. Un pedazo de bicho más grande que un mamut, el muy verraco. Ipso facto me giré hacia J mientras ponía pies en polvorosa hacia el coche y le decía que me lo había repensado y que gracias por llevarnos.

Ahora, dormir en la ciudad sin tejones noctámbulos y pasear por el barrio sin puercos salvajes acechando, no es ni la mitad de divertido.

                   





18 comentarios:

  1. Vivir en el campo tiene sus puntos positivos y sus puntos negativos... pero bueno, poder ver animales en su hábitat natural, distinguirlos... eso es sin duda uno de los positivos ;)

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    1. Yo que he sido (y soy) más bien urbanita, creo que con la edad cada vez me tira más el campo. Y gustándonos los bichos como nos gustan, aún más. :)
      Besotes!

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  2. Pues, pese al susto, qué bien eso de estar tan en contacto con la fauna. En casa de mis tíos en California vi una zarigüeya en el jardín. Son un espanto pero igual fue emocionante, ya que nunca había visto una. Jajajaja. Besotes!!!

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    1. Qué guay!!! A mí es que me molan todos los bichos, ya tú sabes, jajajaja!
      Muas!

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  3. Tu perra está locaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    Muero jajaja

    Besos, flor

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  4. En mi pueblo también hay jabalíes. Un saludo.

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  5. jajajaja qué susto. vaya historia chula la del tejón :)
    (y sí, gran hotel budapest mola)

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    1. El tejón era muy majete!!
      Sí que mola! La estética, los colores, Ralph Fiennes brutal... Muy chula!
      Muas!

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  6. qué emoción lo del tejón! (rodolí! y aquí va otro, porque no me gustó lo del jabalí! xD)

    me ha dado risa el diagnóstico inmediato del pobre conejo ^^u

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    1. Qué arte tienes con el rodolí, Remorada, jajajaja!
      Lo del diagnóstico... Es lo que tiene ser del sector! XD
      Besotes!

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  7. yo me cagaría las patas a abajo uyy !! nunca he visto ninguno :)

    Quería seguirte en fb pero me da error el enlace de tu icono.

    Por cierto, tengo un sorteo activo por si te interesa.

    Un abrazo

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    1. He tenido un problema con Fb, lo expliqué en esta entrada en verano:
      http://blogueandodemipequeyotrascosas.blogspot.com.es/2016/07/de-facebook-y-la-escombroidosis.html
      Estoy pendiente de poder solucionarlo a final de mes o decidir quedarme sin esa red social. :)
      Gracias por avisar!
      Un beso!

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  8. Ya imagino lo entretenido y divertido que debe ser para vosotros estar entre tantos bichejos...con lo que os gustan...
    A mi Jirafita seguro que le molaría (como dice ella) estar en un sitio así, a mí no tanto, jajaja
    Que interesante lo de la web con las obras de tu madre, me encantaría poder verlas si es que decides compartirlas.
    Un beso

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    1. Segurísimo que le molaría!
      Cuando lo tenga listo intentaré recordar enviarte el link para que le eches un ojo. :)
      Besotes!

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