Hay una entrada sobre la que he pensado muchas veces, redactándola de uno u otro modo, escogiendo las palabras...y al final nunca encuentro el momento, porque sé que me va a quedar triste. Pero en el fondo me apetece escribirla, así que creo que hoy es el día. Y me he decidido al visitar un blog nuevo para mí, en todo caso al final os remito a él.
Muchas veces menciono a mi madre. Me gusta hablar de ella, tenerla presente. Teníamos una relación muy intensa. Los que la conocieron saben que éramos uña y carne. Y yo, de algún modo, siempre supe que se iría pronto.
Mi madre era un ser tremendamente sensible, y vivió experiencias muy duras durante su vida. Una parte de ella era luchadora, con mucho carácter, divertida también y sobre todo cariñosa y amorosa con los suyos, pero otra iba acumulando decepciones y tristezas, y cuando veía esa parte de ella en sus ojos sabía que algún día le pasarían factura.
Cuando mis padres se jubilaron decidieron ir a vivir al sur. Les costó un poco tomar la decisión porque eso implicaba dejarme a mí aquí, pero como sabían que estaba bien acompañada (por Mr. X, que es un sol en mi vida), al final pusieron rumbo a su sueño. Cuando llevaban un año y algo allí mi madre empezó a tener dolores de espalda. Fue al médico, pero no encontraron nada. Los masajes del quiropráctico tampoco la aliviaban. Un día me dijo que se venía a Barcelona, a ver si su amigo osteópata la recomponía un poco. La mañana que llegó me llamó para comer juntas por la ciudad. A mí me iba muy justo para entrar a trabajar por la tarde y además había quedado con mi amiga E, así que me escabullí de la comida a pesar de que mi madre insistía. Al fin y al cabo nos íbamos a ver por la tarde en casa porque se instalaba con Mr. X y conmigo.
Por la noche en casa me explicó por qué quería venir en realidad a la ciudad. Como el dolor de espalda era muy fuerte y ella se olía algo, insistió en que le hicieran un TAC. Descubrieron un nódulo en el pulmón. Ese mediodía había querido comer conmigo para explicármelo tranquilamente. Me supo tan mal no haber dedicado ese momento para nosotras...
Fue a un especialista y le recomendó operarse cuanto antes para conocer la naturaleza del nódulo, aunque era bastante evidente que se trataba de un cáncer.
Como todas las familias que se enfrentan a una enfermedad complicada, decidimos luchar e ir a por todas. Y esos meses junto a mi madre fueron excepcionales en muchos sentidos. Aprendí a reír en la adversidad, a amar como nunca, a cuidarla como me cuidó ella de niña...Y de alguna manera, aprendí a aceptar que quizás las cosas no irían bien. Era algo subconsciente, pero poco a poco iba madurando en mi interior el conocimiento de que ese bache no íbamos a superarlo. No entraré a explicar todo el proceso, sería muy largo, y no pretendo en este post hablar de eso. Operaron a mi madre, eliminaron el tumor y efectivamente se confirmó el cáncer. Al cabo de un tiempo empezó la quimioterapia, pero algo no iba bien. Descubrieron que tenía una infección en el pulmón secundaria a la cirugía, una infección hospitalaria. Estuvo ingresada varias semanas con antibiótico intravenoso, pero no lograban controlarlo. Sólo quedaba la opción de volver a operar para eliminar la porción de pulmón infectada. El cirujano tenía cierto reparo, pensaba que era una operación de riesgo, pero mi madre seguía con dolor, cada día la tos era más y más insoportable, y al final cedió.
La operaron una tarde de julio. Por la mañana mi padre y yo estuvimos con ella en el hospital. Al margen del dolor y la tos, medio controlados con la medicación, ella se encontraba bien. Charlamos toda la mañana. Papá se fue a hacer un recado y yo volví a sacar el tema que me preocupaba, que Mr. X no deseaba más hijos. Mi madre me decía que tomase la decisión que el corazón me dijese... A la hora de comer fui a casa, y volví a llamarla. Ella se emocionó, estaba leyendo un libro de Stephen King en el que un niño le pedía a su muñeco las cosas que deseaba, y ella, imitando al niño, deseó que yo la llamase. Hablamos un ratito y me dijo que colgaba porque tenía que ir al lavabo, que me llamaba en dos minutos.
Pasaron los dos minutos y no llamaba, así que lo hice yo. Me cogió el teléfono mi padre y me explicó que ya se la habían llevado al quirófano. Me fui a trabajar tratando de alejar los fantasmas de mi mente.
A las ocho y pico me llamó mi padre, yo estaba en la estación de autobús, esperando el 22 para ir al hospital. Al oír su voz lo supe de inmediato. Él me dijo: "Vente, los médicos quieren hablar contigo". Y yo le pregunté: "¿Qué ha pasado?". Y contestó: "Lo peor". No sé como contuve las lágrimas en el trayecto. Me recuerdo temblando, sé la ropa que llevaba, puedo evocar el olor de esa tarde de verano, aún siento las palpitaciones en mi corazón... Lo sabía, siempre había sabido que me dejaría pronto. En el hospital el cirujano y las anestesistas dijeron que su corazón se había parado, que no habían podido hacer nada. Incluso me dijeron que ella había ido llorando al quirófano porque sabía que no iba a despertar. Me hundí, se me rasgó el alma, sentí un dolor tan físico como insoportable. Luego llegaron las llamadas, organizar el funeral, descubrir que a pesar de todo sigues teniendo hambre, que no te vas a morir detrás de ella...
Durante unos días me sentí fuera de mi cuerpo como si tuviese otra piel. Notaba que había perdido el miedo a todo, porque mi temor más profundo se había hecho realidad.
Mr. X, los niños y yo acompañamos a mi padre a su casa del sur, coincidía con las vacaciones. Me tiré quince días haciendo puzzles, yo que nunca había hecho ninguno. Me servía para mantenerme ocupada y concentrada en algo.
Volvimos a casa y empecé a notar cómo la vida fluía otra vez. Compré unos libros de Elizabeth Kübler Ross sobre la muerte, los leí junto a otros más, y fui sintiéndome cada vez más cerca de mi madre otra vez. Maduré mis ideas sobre la muerte. Entendí lo que había aprendido durante los nueve meses que mamá estuvo enferma en mi casa. Y algo más se transformó en mi vida, ya lo conté aquí. Mr. X decidió que tuviésemos un hijo. En ese momento sentí que, de alguna forma, la marcha de mi madre había servido para poder dar la bienvenida a mi hijo. Su regalo más hermoso.
Mi madre me dijo que me llamaría en dos minutos. A veces las promesas cuestan un poquito de cumplir, y esos minutos se van a alargar algo en el tiempo, pero sé que al final, volveremos a hablar.
PS: El blog del que hablaba al principio es el de Opiniones incorrectas. El post que dedicó hace unos días a su padre me ha emocionado muchísimo, y de ahí ha surgido el mío.
Perder a un ser tan querido siempre es horroroso, horrible y cuesta tanto reponerse.
ResponderEliminarLo siento mucho, yo perdí a mi padre y sé lo duro que resulta escribir este post.
Besitos
Gracias Suu, es difícil pasar por esto, pero todo en la vida nos hace evolucionar. Siento la pérdida de tu padre...
EliminarUn abrazo.
Mo iba leyendo y me ha dado mucho sentimiento....mucha angustia....y tristeza de pensar que algún día todos hemos de pasar por ello, no lo puedo ni imaginar...... me ha encantado lo de "su regalo más hermoso" así es.....
ResponderEliminarAix, corazón, sabía que me quedaría triste...Pero creo que hubo muchas buenas en el proceso, a pesar de todo. Besitos guapa.
EliminarEstoy sin palabras... Me ha llegado al corazón tú historia, cada palabra...
ResponderEliminarLo siento muchísimo Mo... Pero ella se fue para traerte a Peque...
Un besazo enorme!
Eso creo yo, que me dio la oportunidad de tener a mi hijo, y a él siempre le digo que su abuela es su ángel de la guarda. Un besito!
EliminarQue entrada mas dura y a la vez tierna.
ResponderEliminarYo tambien perdi a mi padre por el cancer. Ojala tardeis mucho en encontraros, pero cuando lo hagais, parezca que han pasado.. esos dos minutos.
Un beso.
Gracias Annie, y siento que perdieras a tu padre...Un besote enorme.
EliminarUff Mo, es tannn duro... Sólo el que pasó por algo así lo comprende. Se siente mucha impotencia, mucha rabia. Estas cosas siempre les pasan a los demás, nunca a uno y cuesta tanto asimilarlas...
ResponderEliminarMe ha encantado conocerte y no sabes lo que te agradezco que hayas compartido tu historia.
Mil besos :)
Gracias guapetona, me ha gustado mucho conocerte, ya lo sabes. Un besote!
EliminarLo siento muchísimo. Tiene que ser durísimo pasar por esto y eres muy valiente al contarlo y expresar todos esos sentimientos. Me ha encantado la frase de "aprender a reir en la adversidad, amar como nunca..." Porque es cierto que hasta de los momentos más duros, aprendemos algo.
ResponderEliminarTienes a peque que de alguna manera, ella lo envió. Y allá donde esté, seguro que está esperando para devolverte esa llamada.
Un abrazo apretao!!
Así lo he vivido yo, de lo peor, salen cosas buenas. Y cuando veo a Peque la veo a ella. Me ha encantado tu abrazo, ;) Muas!
EliminarJo Mo...me has emocionado tanto...es una preciosidad lo que has escrito. Donde quiera que esté, seguro que tu mamá se siente profundamente orgullosa de la hija y del nieto que tiene.
ResponderEliminarUn abrazo grande...
Gracias por tus palabras, me gusta pensar que mi madre ve a su nieto de alguna manera...Besitos.
EliminarHay pérdidas que nunca se superan.
ResponderEliminarY hay llamadas, o expresiones, cuando antes de levantar el teléfono, o antes de que digan una palabra ya sabes lo que ha pasado...
Un abrazo muy fuerte.
Sí, hay cosas que ya se saben. Creo que mi madre me acompaña a donde voy, no hay día que no le dedique veinte pensamientos. Muchos abrazos preciosa.
EliminarJo amor, m'he emocionat molt. T'estimo.
ResponderEliminarA.
Aix, cor meu, quina il.lusió que hagis comentat...Jo també t'estimo, ja ho saps...
EliminarImagino lo que te ha costado escribir ésta entrada, porque yo lloré un río cuando me tocó a mi. Y estoy segura de que también te ha venido muy bien, porque recordar a los que no están es también un homenaje que merecen. Estoy segura de que esa conversación se producirá, y tendrá mucho que alabarte.
ResponderEliminarBesos!
Sí me ha costado, pero también me lo pedía el cuerpo. Me gusta recordar, me encanta tenerla presente. Muchos besos sister.
EliminarUf, nena... ¿Qué te digo? Un besote.
ResponderEliminarYa lo has dicho todo guapetona, ;) Besitos.
EliminarAquí estoy llorando a moco tendido, por ti, por tu madre y por mi misma y la mia, porque nos queremos tanto pero tenemos una relación tan difícil que se que el día que me falte me arrepentiré de todo y ya no habrá marcha atrás. Enhorabuena por haber tenido esa relación maravillosa con ella y por haber sido valiente y escribir sobre esos momentos tan duros.
ResponderEliminarUn beso grande desde el fondo de mi alma
Aix, corazón, qué difíciles son a menudo las relaciones...Yo creo que hay que hacer lo que el corazón te dice, y si a veces debes distanciarte de tu madre, será por algo...Muchos besos y gracias por tus palabras.
EliminarAy Mo, cuantísimo lo siento, que triste todo! Ya sabes que a mi me cuesta lidiar con la idea del envejecimiento, la enfermedad y no quiero ni pensar en la muerte de ninguno de los míos. Pero es verdad que todos tendremos que pasar por esa situación, sineto que haya sido demasiado pronto.
ResponderEliminarGracias corazón, hubiese preferido poder disfrutar de su compañía mucho tiempo, pero su marcha, dentro del dolor, me aportó muchas cosas. Muchos besitos.
EliminarTuvo que ser durisimo, me ha impresionado muchísimo leerlo, gracias por compartirlo. Cada persona somos diferentes e independientes pero tu pequeño tiene mucho de tu madre, su regalo mas especial. Un besito, espero dártelo mañana...
ResponderEliminarMe ha encantado poder darte un besito en persona y conocer a tu preciosa familia. Un abrazo grande!
EliminarHas escrito una entrada preciosa, se me han puesto los pelos de punta... hace poco mas de un año mi madre pasó por una operación a vida o muerte, y tuvimos la suerte de que saliera todo bien... pero aun no se me ha quitado el miedo de encima... y ahora al leerte... me podia haber pasado lo mismo con mi madre... Siento mucho lo que le ocurrio, seguro que escribiendo esta entrada te sientes mejor...
ResponderEliminarSí, sienta bien vaciarse emocionalmente de vez en cuando...Un besote.
EliminarUna entrada dura y preciosa
ResponderEliminarMuchas gracias guapa, un beso.
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