martes, 29 de mayo de 2012

Party time

Estos días ando más feliz que una perdiz. Estoy preparando el evento del año. Que digo del año, ¡del siglo! Bueno, no me paso porque sino me veo repitiendo esto cada trescientos sesenta y cinco días y una pierde credibilidad...Nada, que Peque cumple dos añitos la semana que viene y me hallo en la vorágine de celebrar una fiesta por todo lo alto. Porque además la haremos en la nueva casa de mi padre, de modo que será un festejo doble. Con los hombres de mi vida.

Mi padre se encarga de los aperitivos y del pastel, como no (para los que no lo sepáis, es pastelero, jejeje...). Yo ya tengo más o menos una lista de la gente que vendrá para hacerme una idea de la comida que debo comprar-barra-preparar y estoy buscando alguna tienda donde comprar guirnaldas y cosillas por el estilo. Los niños de Mr. X me han pedido una piñata, pero no me mola mucho la idea...Y tengo que ir a comprar el regalito, que será un bici, aunque aún no tengo claro por qué modelo decidirme.

Todo esto me ha hecho pensar en mis propios cumpleaños. La verdad es que desde el mismo momento en que abría los ojos por la mañana me sentía especial. De eso se encargaba mi madre con sus mil detalles durante todo el día. Además el teléfono sonaba sin parar anunciando una nueva felicitación (ahora con el Facebook y los mensajitos la cosa ha cambiado sustancialmente...), y si la fiesta la hacíamos un día distinto, el día del cumple nos íbamos a cenar los tres fuera, casi siempre a un chino que a mí me pirraba.

Y las fiestas...eran estupendas. Yo tenía la curiosa costumbre de invitar a mis amiguitas y al chico de clase que me gustase. Sí, muy sutil, lo sé...Recuerdo una fiesta con un pobre niño acorralado por siete féminas desatadas que entre broma y broma trataban de quitarle los pantalones...¡y no teníamos ni doce años! Y los regalitos...los típicos diarios, cachivaches inútiles (el "Oscar" a la mejor amiga era un clásico), ropa que no me iba ni con pintura y aún recuerdo un disco de vinilo (que antigua soy) de un grupillo de chicos adolescentes que estaba de moda y que no escuché ni una sola vez.

Lo mejor era la sorpresita que me hubiese preparado mi madre. A veces era la forma en que me daba su regalo (estoy viendo a mi precioso Pastor Alemán, con un lazo rojo en el cuello esperando en un rinconcito de la cocina a que yo abriese la puerta), otras se trataba de alguna curiosa performance...Cuando cumplí los dieciocho contrató a un boy disfrazado de vampiro que al final no se despelotó porque le dio corte (para mí que era la primera vez que hacía un espectáculo así), otro año se trajo a la tuna a que me viniese a cantar al balcón de casa,...En el momento me moría de la vergüenza, pero ahora lo rememoro con un cariño infinito. Me gustaría que Peque también tenga recuerdos así a lo largo de su vida, de modo que ahí estoy, siguiendo los pasos de la Maestra.

jueves, 24 de mayo de 2012

Resultados y Motherphilia

Hoy hemos tenido los resultados de los análisis de Peque ¡y han salido bien! Según ellos, Peque no sufre celiaquía. De todas formas la pediatra insiste en que lo ve con mucha panza. No cree necesario indagar de momento en el tema, pero si el año que viene lo ve igual, repetirá los análisis de sangre. Pues nada, a pensar en positivo y esperar que todo vaya bien, ¡pesito que me he quitado de encima!

Por otro lado, si bien Peque está como una rosa, yo parece que padezco un trastorno de lo más raruno llamado Motherphilia (palabro exótico, ¿verdad?). En el post de La Gallina Pintadita os dan más detalles, pero resumiendo, parece ser que las mujeres que practican colecho, LM prolongada y expresión reiterada del afecto por sus hijos padecen este mal. Yo ya no doy teta a Peque, pero colecho con él y le doy todos los mimos que puedo, así que dos de tres me parecen suficientes síntomas para darme por aquejada de este terrible desorden.

Ironías aparte, el artículo al que hace referencia Carmen me cabrea sobre todo por dos cosas.

La primera de ella es que nos mete a todas en el mismo saco. A ver, por el hecho de dormir con mi niño y darle muchos (pero que muchos) besos, eso no me hace igual a cualquier otra madre que siga esas pautas. Aborrezco las etiquetas y generalizar así porque sí. ¿Todas las mujeres que dan biberón y cuyos hijos duermen en su habitación son iguales? No, ¿verdad? Es que es una soberana gilipollez. La grandeza del ser humano reside en la originalidad de cada uno de sus individuos. Y las relaciones madre-hijo no se escapan a eso. Estereotipar nunca me ha parecido una práctica que lleve a ningún lado.

El segundo punto que me toca la moral es, por supuesto, la demonización de prácticas que a mí me parecen del todo lícitas (LM prolongada, colecho y mimos, of course). Que vengan esos expertos y me muestren estudios serios, científicos, controlados y contrastados donde se ponga de manifiesto la veracidad de esas aseveraciones. Porque mira que he leído sobre el tema, pero nunca nadie me ha convencido de que esté causando un daño irreparable a mi vástago. Y ojo, jamás criticaré a una madre que da biberón o pone a su niño a dormir en la habitación de al lado. Tengo amigas que lo hacen y jamás he ido contra ellas haciendo proselitismo de mi forma de criar. Mientras amen a sus hijos (y me consta sin duda alguna que lo hacen), yo respeto todas las maneras de acompañar a tu niño en su camino por la vida.

Y dicho esto, me voy a dormir a la piltra. Eso sí, entre mi niño grande y mi niño pequeño.

¡Buen finde!

lunes, 21 de mayo de 2012

Sin palabras


Pues eso, ¡que no tengo palabras para agradecer todos los premios que he recibido últimamente! Bueno sí, ¡que muuuuuchas gracias a todas por pasármelos! Pero vayamos por partes....


Del blog de Opiniones Incorrectas me llega este premio tan llamativo que se llama Premio Labiales. ¡Gracias guapísima!

                                
Aquí va la encuesta "labial"...

1) ¿Alguna vez le has cogido el pintalabios a tu madre?

Mi madre no se solía pintar los labios, así que poca cosa le podía robar. Eso sí, usaba siempre crema protectora, o cacao, como le llamábamos nosotras. Y eso sí que se lo "tomaba prestado" cada dos por tres.

2) ¿A que edad te compraste tu primer pintalabios?

Ni idea, supongo que tendría unos quince años más o menos, pero no lo recuerdo...

3) ¿Labial rojo o rosa?

Ni uno ni otro. El rojo no me favorece demasiado, y el rosa no me entusiasma. Soy de colores marrones, granates...Por ahí va la cosa.

4) ¿El pintalabios más caro que has comprado?

Creo que uno Clinique, aunque no recuerdo el precio.

5) ¿Y el más barato?

Pues no sé, siempre me los compro más o menos de la misma gama, y no me fío un pelo de los de los chinos o similares, a ver si se me van a caer los labios a cachos...

6) ¿Lo más raro que has hecho con tu pintalabios?

Mmmm...Pintarme una boca con el dedo pulgar e índice y hacer ver que se mueve y canta...Un clásico, vamos.

7) ¿Si tuvieras que recomendar un pintalabios a alguien, cuál recomendarías y por qué?

Pues ninguno, porque ni yo misma sé el que uso ahora mismo, así que como para recomendar, jejeje...
Como he tardado un poco en publicar el premio, me parece que a estas alturas ya lo tiene toda la blogosfera. Para no repetirme, si a alguien le falta, ¡que se sirva aquí mismo!




Ahora van dos premios repes, pero que quiero publicar igualmente porque la ilusión es la misma. El primero es este, que me da Lady Kitty de De humanos y peludos:

 
                                                     

Mil gracias Lady Kitty, ¡esos colores tan animados alegran un montón un lunes gris como este!


Y el segundo es este, que me pasa Lady Cobijo:






Gracias Lady Cobijo!!! ¡Me encanta! Ya contesté las preguntas que lo acompañaban, pero como han mutado (cosa frecuente en la blogosfera), lo vuelvo a contestar:


1. Un libro que me aconsejas.

Todavía no lo he acabado, pero lo que llevo hasta ahora me está gustando muchísimo, así que "La ciudad de los prodigios" de Eduardo Mendoza

 2. El juego, juguete o actividad que no falla en tus nanicos.

Ahora mismo triunfa la plastelina. Le pirra hacer pasteles y cantarte lo de "Cumpleaños Feliz" para que soples la velita.

3. Canción infantil.

Hace unos días me salió una de un rincón de la memoria y la estamos explotando a base de bien "El trenecito" de Enrique y Ana.

4. Un buen plan.

Dar un paseo hasta el mar y tomarse algo al sol en un chiringuito. Pero eso, cuando salga el sol ;)

5. Una canción.

"Somebody that I used to Know" de Gotye. Recién descubierta y me tiene sorbido el seso. Os lo pongo fácil:


De nuevo, no lo paso porque ya lo hice en su momento....



Y por último, pero no por ello menos importante, me llega este fantástico premio de La gallina pintadita:



                 


Todos los premios hacen ilusión, pero formar parte del grupo de premiadas de un galardón recién creado, ¡es lo más! Sí, sí, recién creado, Carmen se lo ha currado y se ha inventado un premio. ¡¡¡¡Muchas, muchas, muchas gracias!!!!


Tal y como le explica Carmen en su blog, este premio ha sido concebido "Para todos esos espacios que están llenos de sorpresas. Que nos hacen reír, llorar, reflexionar, comentar, imaginar, disentir, viajar, conocer, sentir, expresar, desear, cuestionar, compartir, amar...(y odiar). Resumiendo, para quien queráis".


Y ella ha decidido pasarlo a seis blogs. Pues ahí van los míos:


-Suu de Construyendo una familia.  Para darle ánimos en esa nueva fase que ha emprendido en la lactancia.

-Diario de un cacahuete. Porque su pequeño está a puntito de nacer y así vendrá con un premio debajo del brazo.

 -Mamá ciruela de Cómo naciste. Porque es una mujer valiente que está empezando su aventura en la maternidad.

 -Por fin, yo misma. Porque me conquista con el humor y la calidez de cada uno de sus posts.

-Lady Kitty de De humanos y peludos. Porque tiene unos ojos preciosos y le deseo suerte en su aventura británica.

 -Madi, de Entre apuntes y Pañales. Para celebrar que acaba de ser tía.



Y para acabar, una buenísima noticia. Hace unas semanas, en una de mis entradas comenté que mi deseo para este año ya se había cumplido y teníais curiosidad por saber de qué se trataba. En catalán tenemos un dicho: "No es pot dir blat fins que no és al sac i ben lligat". La traducción literal es "no se puede decir que tienes trigo hasta que no está en el saco y bien atado". Bien, por ese motivo de prudencia no quería emocionarme antes de tiempo, pero ahora ya puedo decir tranquila y feliz que mi padre vendió su casa del sur hace un par de meses y que desde este fin de semana vuelve a vivir cerquita mío, a tan solo una horita de camino. ¡Bienvenido a casa papi!








jueves, 17 de mayo de 2012

¿Celíaco o no celíaco?

Como ya expliqué en el blog hace un tiempito, la pediatra de Peque nos había comentado alguna vez que lo veía barrigón, y que podía ser un síntoma de celiaquía. Aparte de ese, no tiene más síntomas "clásicos" de la enfermedad (diarreas, vómitos, etc.). Hace un par de semanas tuvimos que ir de nuevo a la pediatra por unas lesiones en la piel que han resultado ser una dermatitis atópica. Pero de nuevo lo vio barrigón, así que nos recomendó hacerle un análisis de sangre y confirmar o descartar la celiaquía. Nos dijo que tenía que consultar con el equipo de enfermeros si se "atrevían" a sacarle sangre a un niño pequeño. Por lo visto, en nuestro CAP no tienen que hacer a menudo este tipo de extracciones. A mí el tema me dio cierta inseguridad, porque no tenía ganas de que utilizasen a Peque como conejillo de indias. Al final nos llamaron y nos dieron hora para el viernes de la semana pasada.


Fuimos al CAP a las 8,30, y yo estaba hecha un flan. Parece mentira que me dedique a lo que me dedico y que saque sangre a diario...pero claro, cuando el paciente es tu hijo la cosa cambia. Al ver al enfermero me relajé, ya lo conocía y es un chico amable y muy profesional. Durante unos minutos estuvieron examinando las venas de los brazos de Peque para escoger la mejor. Todo ese ratito Peque estuvo tranquilo, mirando como lo manoseaban (de hecho, el día anterior yo había jugado con él a eso, haciendo ver que le ponía un Smart y que le pellizcaba el bracito.). No sé si sirvió de algo, pero por lo menos no le pilló por sorpresa. Cuando lo tuvieron decidido cogieron una sábana verde y fueron envolviéndole el cuerpecillo, dejando sólo el brazo libre (vamos, lo mismito que hacemos los veterinarios con algunos bichos...). Le decían que lo estaban disfrazando de romano, fueron muy cariñosos. Y ahí él todavía aguantaba el tipo. Pero entonces lo estiraron y ya pilló que algo se le venía encima, así que me miró, me debió ver la cara de circunstancias y se puso a llorar. Al principio me puse justo a su lado, pero tenía su brazo enfrente, y a pesar de currar viendo muuuuchas cosas peores cada día, me puse nerviosa y le pedí a Mr. X que ocupase mi sitio. Me sentía ligeramente mareada, y me puse a los pies de Peque, abrazando sus piernas. El enfermero lo hizo divinamente, conservando la calma a pesar de los berridos y le encontró la vena a la primera. En cuanto acabaron lo liberé de la sábana o me abracé fuerte a él. El disgusto no le duró mucho, todo sea dicho, y de vez en cuando se mira el hematoma y dice "pupa", pero no lo veo yo muy traumatizado (eso sí, otra vez será más difícil pillarlo). Nos despedimos agradeciendo al equipo de enfermería su buen trato y Mr. X me dijo sonriendo: "Peque debe pensar que estamos locos, dando las gracias a todos por haberle hecho pasar un mal rato...". Pues también es verdad...


Los resultados los tendremos la semana que viene.


Pero lo que me ha decidido a escribir este post es un tema que tocó Unaterapeutatemprana en su blog sobre los derechos de un niño y sus padres en el hospital. Yo agradecí mucho poder estar con mi pequeño, y creo que tanto Mr. X como yo le aportamos cierta calma por estar a su lado. Sin embargo, una anestesista que conozco, clienta mía, y que sabía que teníamos que hacer esta prueba a Peque me dijo: "Si el niño está nervioso y te lo piden, sal de la habitación, te lo digo como profesional y por propia experiencia". Y salvando todas las distancias, a mí también me ha pasado en alguna ocasión en mi trabajo. A veces ves propietarios que además de no poder ayudarte demasiado porque están nerviosos y sufren, tratan a su animal de forma que éste intenta por todos los medios de saltar a sus brazos. Y si les pides probar a hacerlo sin ellos delante, suele ser más sencillo (además, tú te pones menos nervioso sin los ojos del dueño encima). Pero no digo que sea lo norma. Si los enfermeros que atendieron a mi hijo me hubiesen pedido que saliese, creo que lo habría hecho.

Mi conclusión es que, si después de intentar llevar a cabo un procedimiento estando con el niño, no hay manera y los sanitarios nos piden intentarlo a solas con él, puede ser una buena opción. Eso sí, es fundamental que los profesionales te inspiren confianza y traten al niño con cariño y respeto, cosa que, a pesar de parecer ridículo de lo obvio que es, no siempre se cumple (y si no, leed el post de Unaterapeutatemprana y la experiencia de la mamá a la que hace referencia, con gente así no dejo yo mi hijo ni de coña).

martes, 15 de mayo de 2012

Rarita


Aunque con los años he ido eliminando algunas extravagantes costumbres de mi forma de ser, no puedo negar que soy un compendio de manías tontas algunas de las cuales todavía no he logrado erradicar.

Hace ya un tiempo que me liberé de todas las relacionadas con la superstición, y fue un desbloqueo absoluto. La principal de ellas es que, dado que el siete es mi número de la suerte, muchas veces "tenía" que contar hasta siete para poder dar finalizado un proceso, como, digamos, cerrar una botella de colonia. Quien dice botella de colonia, dice pasta de dientes, botellas de agua, de refrescos, crema para los labios...Total, que me pasaba la puñetera vida como alelada contando hasta siete mientras acababa con mi misión. Sí, lo sé, esto roza el Trastorno Obsesivo Compulsivo, pero ya he dicho que era rarita, ¿no? (hubo un tiempo en el que tenía que comprobar varias veces si había cerrado bien la puerta antes de irme de casa, al más puro estilo Jack Nicholson en Mejor..imposible, pero eso fue en la adolescencia y por suerte pasó rápido). He dicho que me liberé de todas, pero no es cierto, hay una con la que no puedo. Soy incapaz de pasar bajo una escalera...(pero en eso influye el sentido común, que no me fío yo de que el que trastea arriba no suelte algún artilugio y me dé en toda la sesera).

Después está la categoría de chorraditas que hago relacionadas con la estética. Una es que siempre que paso por un espejo escondo barriga. Estoy trabajando en ello y cada vez lo hago menos, pero aun me queda un largo camino...Otra está relacionada con ésta. Cuando tuve a Peque me enseñaron ejercicios hipopresivos para recuperar el tono abdominal y no castigar el suelo pélvico. Durante dos semanas hice lo que me dijeron (5 repeticiones cada vez que iba al baño), pero tratar de concentrarte en tus fofillos músculos con un pequeñajo reclamándote no es fácil, y dejé de hacerlo. En algún sitio leí que también puede hacerse cuando caminas, así que incorporé el ejercicio de marras a mis paseos diarios, y la imagen que alguien pueda tener de mí si se fija que voy andando y haciendo apneas debe ser de categoría...Por último, otra perlita. Hace unos años me quitaron una muela (el primer molar superior derecho, para ser más exactos), y aunque apenas se ve, tengo la paranoia (bueno, estoy convencida) de que la mejilla de ese lado se ve hundida. Total, que cuando veo mi reflejo en algún sitio y noto ese pequeño defecto, hincho la boca de aire para que no se note (y de paso parezco un batracio).

Por último, hay una manía tonta a la que me enganchó Mr. X, y maldita la hora. Se trata de sumar las cifras del número de una matrícula para reducirlas a una sola cifra (por ejemplo, 3256 sería 3+2+5+6:16, 1+6:7, y sí, he escogido un número que sumase 7) . Era algo a lo que él jugaba de pequeño con sus hermanos cuando viajaba en coche (el que lo acertaba primero ganaba) y durante un tiempo me tuvo desquiciada haciendo cálculos. Además, Mr. X descubrió un truquillo que agiliza la suma enormemente, y es que si en el número hay un 9, puedes pasar de él y sumar el resto, porque lo sumes o no dará el mismo resultado. Me explico, pongamos que tenemos el 9939, el resultado es 3, sin calentarse los cascos, haced la prueba. Ya me estoy quitando, pero de vez en cuando se me va la pinza y empiezo a sumar...

Eso sí, lo mejor de tener algún vicio de estos es librarte de él, después te quedas muy tranquilita, que ejercitarse en manías varias da trabajo físico y mental, y no está una para esos trotes cuando hay un bichillo que ya te mantiene en activo todo el día.

lunes, 14 de mayo de 2012

The Cove

Hoy toca post reivindicativo. La semana pasada emitieron en la televisión autonómica catalana un reportaje sobre la matanza de delfines en la localidad japonesa de Taji.






No tuve estómago para acabar de verlo. Simplemente no pude. Nunca he podido aguantar las noticias sobre el maltrato animal, me revuelven las entrañas. Además, los delfines son animales mamíferos tremendamente inteligentes, y la tortura que supone ver como son acorralados y asesinados (y eso incluye ver como matan a sus crías, de lo que son plenamente conscientes) es algo escalofriante. Los pescadores se defienden diciendo que es una tradición, que siempre se ha hecho (cuantas barbaries se amparan en las pretendidas "tradiciones"). Ric O'Barry, ex-entrenador de los delfines de la serie Flipper, es el creador de este documental que ganó un Oscar en 2009. Aquí podéis leer una entrevista que le hicieron hace poco y aquí os paso el link de su página web, donde si queréis, podéis firmar una petición para parar las matanzas en Taji.

Sirva este post como mi granito de arena para parar esta salvajada.

jueves, 10 de mayo de 2012

Caballo sonriente, amistad virtual y las locas aventuras del abuelo acosador

Hoy va de premios, y el primero tiene una foto que me chifla:


¿No es genial? Pues esta sonriente estampa me la envía mi sister Drew, conocidísima por todas, de eso no me cabe duda. Muchas, muchas gracias corazón, ¡me encanta! Este es un premio sin preguntitas, sólo tengo que repartirlo, así que aquí van mis premiadas, que corresponden a cuatro blogs que sigo hace poco y que ya me tienen enganchadita perdía:

 -Yaneth, de My points of view

-Lady Cobijo, de En mi rincón del mundo 

-Yaiza de Peluchin y sus papis 

-London de La maternidad by london


El segundo premio es este:

          


Me lo ha pasado Nenica, de Aprendiendo de mis mellizos. Es un premio precioso, y la imagen lo dice todo. Muchas gracias Nenica, ¡es genial haberlo recibido!

 Con este premio sí que van unas cuantas preguntas, que son las siguientes...

 -¿En qué forma ha cambiado tu vida la amistad 2.0?

Me ha permitido comunicarme con personas que de otro modo jamás habría conocido, saber de sus vidas, de cómo sienten, de las cosas que les ocurren...Y al final te descubres pensando: "Tengo que conectarme para ver si a X le ha ido bien la reunión y si Y ha llevado a su peque al médico". Te acabas implicando en sus vidas, y ellos en la tuya.

 -¿Cómo crees que ha influido en la crianza la amistad 2.0 y el acceso generalizado a Internet?

En internet tenemos la opción de acceder a una cantidad infinita de información (con los riesgos que eso implica, porque hay que saber discriminar la buena información de la mala), y por otro lado en los blogs podemos encontrar personas que o bien entienden la crianza de una forma similar a la nuestra (con lo que nos sentimos más arropadas en nuestra manera de actuar) o bien crían a su prole de un modo distinto (dándonos la oportunidad de conocer otras realidades).

 -¿Qué opinas de la relación de los niños con las nuevas tecnologías?

Que es necesaria, pero que debe ser supervisada de cerca.

 -¿Qué es lo que más te gusta hacer con tus hijos?

Todo, pero si tengo que elegir algo, disfruto enormemente cuando acompaño a Peque en un nuevo descubrimiento.

 -¿Por qué creaste tu blog?

Porque tras leer muchos blogs de maternidad tenía ganas de explicar mi forma de vivir esta aventura, lo que me ha emocionado, lo que me hace dudar...Y me gustaba mucho el buen rollo que existe y que he podido comprobar en mis carnes cibernéticas.


Ahora toca repartir a cuatro blogs. Allá voy:


-A María de Mi pequeño koala

-A Una terapeuta temprana

-A Teresavet de Etologia familiar

-A Mamá de parrulín y de parrulinchi


Y para acabar, una anecdotilla de la semana.

Estaba yo el martes, molida tras un día intenso y sentada en el banco de la parada del autobús, cuando, por el agotamiento, recliné mi cabeza lánguidamente en el poste de la marquesina. En esta dulce posición establecí contacto visual con un yayo de 90 años por lo menos que venía hacia mí. Yo (que tonta soy a veces que no me los veo venir) pensé que se acercaba para sentarse en el banco y esperar el bus y le hice sitio. Él se quedó de pie mirándome y se produjo la siguiente conversación:

Yayo: ¿Estás esperando el...(no entendí nada porque hablaba bajo y se le trababa la lengua)?

Mo: Perdone, ¿qué dice?

Yayo: Que si...(idem)

Mo: Lo siento, pero no le entiendo.

Yayo (impaciente): ¡Que si esperas el coche!

Mo: ¡Ah! Sí, espero el autobús...

Yayo: ¿Y dónde vas?

Mo (pensando "joer, ya me ha tocado el freaky del barrio, si es que tengo un imán..."): Pues a casa.

Yayo: ¿Y eres de aquí?

Mo ("mecagoentó, ahora cómo coño me lo quito de encima...a ver si el tío se sienta y deja de darme la vara..."): Sí. Pero, ¿no se quería sentar?

Yayo (inesperadamente sonriente): Ah...vale, pues me siento.

Yo miro para otro lado, pero el tío se sienta a un centímetro mío y me susurra...: Me gustas mucho.

Mo (ya en cachondeo porque lo flipo y porque diez personas se están descojonando por lo bajini mirándonos de reojo): Pues mira qué bien.

Yayo: Podríamos hacer un trato, ¿no?

Mo (venga hombre, siempre he tenido gancho para raritos, pero lo del nonagenario este ya es de traca): Pues no, además estoy esperando a mi marido y no tengo ganas de seguir hablando.

Me levanté muy dignamente y al segundo apareció Mr. X con Peque. Le expliqué lo del abuelo acosador y mientras lo hacía, el viejo le propuso "negocios" a tres mujeres más, abordándolas tal cual. Mr. X y yo nos reíamos, porque el tío desde luego no tenía ningún tipo de picardía...En fin, cosas que pasan mientras se espera el autobús...

lunes, 7 de mayo de 2012

Hablando de partos

Este fin de semana quedamos para cenar con mi grupo de amigos y fue estupendo pasar un rato con ellos. No nos vemos tanto como desearíamos, pero cuando estoy en su compañía me siento tan a gusto...Algunos hace casi veinte años que los conozco (lo confieso, ¡eso ha dolido!), y cada uno de ellos se merece una entrada, porque aportan mucho a mi vida. Además, en esta ocasión pude disfrutar de la compañía de mi amiga V (en realidad su nombre empieza por E, pero así no se confunde con mi otra amiga E, de la que he ido hablando). V hace ya unos cuantos años que vive fuera del país, pero últimamente hemos institucionalizado unas quedadas con Skype que hacen que la distancia parezca nimia, y así es más fácil mantenernos al día de lo que nos ocurre.

El caso es que como en cualquier reunión de treintañeras que se precie, acabó saliendo el tema de los hijos, de los embarazos y de los partos. Y preguntándome por mi parto, yo lo expliqué encantadísima de la vida. Leí en una ocasión que las mujeres somos explicando nuestros partos como los hombres cuando narraban sus batallitas de la mili. Me hizo gracia la comparación en su momento. Supongo que es una experiencia tan profunda que nos gusta compartirla con los demás. Cuando le explicas tu parto a una mujer que aún no ha parido suele ponérsele una cara algo descompuesta, pero trato de quitarle hierro al asunto y que no parezca una narración gore (inciso: a Mr. X si le gusta regodearse en los detalles gores, qué le vamos a hacer...). Al fin y al cabo, es una experiencia maravillosa, y si la mayoría de mujeres repiten, por algo será. Saltando de un tema a otro, salió el del parto natural. Yo comenté que me parece una opción fantástica, aunque no sé si finalmente me decidiría por ella, y casi todas mis amigas pusieron cara de dolor y de "¡estás loca!". Debo decir que hace unos tres años, yo pensaba lo mismo que ellas, pero poco a poco he ido cambiando de opinión.

Yo no tengo mal recuerdo de mi parto, pero por todo lo que he leído después, hay cosas que me gustaría que hubiesen sido de otro modo. No es que antes del parto no me informase, de hecho conocía bien los planes de parto, pero tras pensarlo, decidí confiar en mi ginecólogo y en su protocolo. Lo dicho, no lo recuerdo en absoluto como una mala experiencia. La comadrona fue amable, me explicaba todo lo que hacía y me sentí respetada. Las horas que estuve en dilatación estaba relajada y emocionada. En el paritorio los recuerdos son más confusos, y como el mío fue un parto distócico, al final hubo episiotomía y mucho trasiego. El caso es que más tarde, sobre todo al entrar en la blogosfera maternal, he aprendido cada vez más y más y he ido viendo que en mi parto las cosas podrían haber ocurrido de otro modo. En este camino me he nutrido de numerosos blogs, entre ellos el de Lady Vaga (su ironía es de lo más exquisito, y más allá de la sátira, su blog aporta mucha información útil) y uno que me encanta: Diari d'una mare ginecòloga. Está en catalán, pero con cualquier traductor online se puede entender perfectamente. Es muy exhaustivo explicando los pros y los contras de las técnicas utilizadas y el porqué de su uso.

Yo, con toda probabilidad, no tendré más hijos, pero si tuviese que pasar por otro parto, ahora sí sé lo que quiero y lo que no. Los relatos de los partos en casa me emocionan enormemente, pero reconozco que me siento más segura en un entorno hospitalario, así que imagino que repetiría en un hospital (eso sí, confieso que a veces me sorprendía deseando un parto exprés que me pillase en casa, en el que no tuviese tiempo de llegar ni a la puerta, para alumbrar a mi churumbel en mi camita o donde fuese menester). La idea del parto natural me gusta, y cada vez más centros ofrecen este tipo de nacimiento. Por otro lado, sin tener demasiado miedo al dolor, me conozco y sé que a veces el dolor físico me bloquea mucho, por lo que no sé viviría bien la experiencia sin anestesia. Es probable, por tanto, que volviese a solicitar la epidural. Pero lo que tengo claro es que hablaría con mi ginecólogo para plantearle mis dudas aunque sospecho, porque hace veinte años que me visita, que mi médico no es el hombre más empático del mundo, y no sé si sabría entender mis inquietudes (seguramente eso fue lo que me frenó a tratar el tema cuando estaba embarazada de mi Peque). De ser así, creo que buscaría otro profesional.
A todas las que aún no tenéis a vuestros bebés, os animo a informaros en profundidad y buscar la opción con la que más cómodas estéis. Es el mejor regalo que os podéis hacer a vosotras y a vuestros pequeños.
           

jueves, 3 de mayo de 2012

Listas

Ayer me di cuenta de que soy una forofa de las listas. No lo había racionalizado nunca. Pero pensando un poco, descubrí que siempre he sido de hacer listas de todo. Y me ayudan incluso a tomar decisiones, como cuando hice una lista de las carreras que me interesaban al preparar la selectividad. Es más, de las tres o cuatro carreras finalistas, hice listas de pros y contras (soy muy fan de buscar las ventajas y desventajas de una situación, me ayuda a poner los problemas en perspectiva). Por lo demás, suelo hacer listas de todo. Para ir a la compra, para saber la ropa que me falta para el verano, para llevar la cuenta de los días que me cojo de vacaciones...

Como persona organizada que soy, llevo una agendita donde apunto las cosas pendientes por hacer. La mayoría de las veces recuerdo mis compromisos sin necesidad de acudir a la libreta, pero la edad y la suma de responsabilidades empiezan a hacer mella, y de vez en cuando se me va a la olla y me olvido de algo importante, así que la agenda cada vez es más importante. Pues bien, al final de mi cuadernillo tengo varias listas. Una es de libros que me gustaría leer porque he ojeado alguna crítica interesante (ahí tenemos ahora mismo "Los confines" de Andrés Trapiello y "Factotum" de Bukowski). Otra es de libros de medicina veterinaria que estaría bien tener en mi biblioteca (como el "Atlas visual de patologías dentales y orales en pequeños animales y exóticos" de Javier Collados o el "Manual ilustrado de enfermedades de la piel en perro y gato" de Harvey y McKeener). También tengo una lista de ideas de entradas para el blog, otra de temas veterinarios que tengo que revisar en mi bibliografía y una más con dosis de medicamentos que uso muy frecuentemente y que, por mucho que me esfuerce, jamás soy capaz de recordar.

El caso es que ayer, casi sin darme cuenta, estrené una lista nueva. Una lista de libros, películas, sitios o cosas que me gustaría enseñar a Peque. Y de momento hay tres apuntes. "La historia interminable" de Michael Ende, tanto el libro como la peli. Marcaron mi infancia, y si aún soy tan fantasiosa, se lo debo en parte a la magia de libros como ese. También anoté "Mask". Es una película de 1985 con Cher y Eric Stoltz sobre un chico con una enfermedad que deforma los huesos de su cara. Recuerdo que la vi de adolescente y me impresionó mucho. La tenía olvidada y una reseña que llegó a mis manos hace unos días me la devolvió a la memoria. Por último, en mi recién estrenada lista, he apuntado "ruta por el barrio gótico de Barcelona". Me estoy leyendo un libro titulado "1001 curiositats de Barcelona" que explica muchísimos detalles singulares del origen de la ciudad, de los nombres de las calles del barrio antiguo, de las historias que se han vivido aquí a lo largo de los siglos...y me tiene enganchada. Quiero pasearme por la ciudad de nuevo mirándola con otros ojos. Y me gustaría hacer algún día esa ruta con mi Peque.

Claro está, en esta nueva lista, las sugerencias son para un niño mucho más mayor que mi Peque, pero por eso lo apunto, para no olvidarlo a medida que crezca y mis neuronas sean más defectuosas. Y también cabe la posibilidad de que lo que me emociona a mí a él se la traiga al pairo...Pero por intentarlo, que no quede.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Awards


Hoy un post cortito pero con enjundia. ¡Me han concedido dos premios más! Así da gusto empezar la semana (¡sobre todo teniendo en cuenta que empieza en miércoles!)

El primer premio está lleno de color, aquí os lo dejo:





¿Qué implica el premio? Facilito esta vez...


-Decir quién me lo ha dado: pues me lo pasa Jesús, del blog Instantes (creo que todos sabéis quien es, seguro que sí, pero en caso contrario, pasaros por su casita virtual para conocer a un chico muy motivado con su trabajo, ¡y uno de los pocos hombres que circulan por aquí!). ¡Gracias Jesús!

-Decir una frase que me defina: mmmm...esto me cuesta un poco, porque una cosa es una frase que me guste o que me inspire, pero ¿que me defina? Cambio frase por locución y digo Carpe diem.

 -Enviar el premio a diez blogs: bueno, por esta vez voy a saltarme la normativa (además hace poquito que circulé varios premios) y tanto éste como el siguiente premio se lo dedicaré a una sola persona. Luego os cuento...


El segundo premio es...



Me lo ha dado Trax, de Estrellas en los ojos. De nuevo, imagino que todos la conocéis. Su blog me enganchó enseguida, porque es una persona tierna y luchadora, y espero de todo corazón que logre lo que se propone. ¡Mil gracias preciosa!
Su premio sólo exige nombrar a quien te lo ha entregado (¡hecho!), poner la foto (¡hecho!) y pasarlo a cinco blogs. Como decía antes, en esta ocasión le voy a enviar los dos premios a una sola persona, que no es otra que mi sister Drew, de Viviendo en mi nube azul. Estas últimas semanas ha vivido aventuras muy intensas, y pronto la tendremos de vuelta tras un viaje a tierras lejanas. Con estos premios le envío toda mi energía positiva, para que tenga un buen regreso a casa.