martes, 4 de junio de 2019

Nueve


Hoy Peque cumple nueve años. Ya no tiene casi nada de Peque, así que a partir de ahora lo llamaré P. Un pequeño paso para él, en la carrera de cumplir años, un gran paso para su madre, inmersa en la no muy grata tarea de aceptar que el tiempo, simplemente, pasa.

A pesar de que a menudo echo la vista atrás y buceo entre las miles de imágenes que estos tres mil dos cientos ochenta y siete días de maternidad me han dejado en el corazón (y en los megas de mi móvil), no sin su dosis de nostalgia inherente, puedo decir que el presente es mucho mejor que lo que hemos andado. Porque nos conocemos cada día un poquito más, sabemos cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos, qué día es mejor no echar leña al fuego, y cuando tras una bronca hay una carcajada esperando a emerger. Y aunque quede ñoño a más no poder, sabemos que el amor es el cemento armado de nuestra relación, y que por mucho que uno meta la pata, eso siempre nos salvará.

Eso, y las risas, que vamos a ver, con lo petarda que es la menda, y lo vacilón que me ha salido el colega, a veces lo que nos libra de acabar tirándonos a la yugular del otro es precisamente el cachondeo.

Soy una tipa con suerte, y saberlo, me hace jodidamente feliz.

¡Feliz cumpleaños pedorro!