Ser veterinario es de todo menos aburrido, doy fe. Y cuando crees que ya lo has visto todo, se te presenta en la consulta un cliente sonriente y te dice eso de: "Mira, perdona, es que quería hacerte una pregunta...". Y lo que sale por su boca puede ser cualquier cosa. Para muestra, un botón (bueno, dos).
Pink Lady
Este era el sobrenombre que se ganó una clienta que siempre venía con modelitos rosas. Lo bueno es que eran modelitos de pijama. Tenía la costumbre de presentarse en el consultorio con ropa de cama, a veces con albornoz incluido, y pantuflas hawaianas. Bueno, eso en verano, en invierno ya se tapaba más. Era una chica joven, muy guapa, y por su aspecto uno hubiera dicho que era de la India, pero no, era sueca (qué cosas tiene la vida...). Hablaba varios idiomas a la perfección (dejarle un mensaje en el contestador era una odisea porque te largaba la parrafada en sueco, castellano e inglés) y siempre me preguntaba cosas un tanto...pintorescas. Un día, en una excursión al monte se encontró a un perro abandonado y decidió quedárselo. Era un pedazo de perro enorme, muy cariñoso, y ella estaba loquita por él. Cuando ya hacía unos meses que lo tenía, vino un día a la consulta acompañada de su flamante can y me dijo: "Mira, es que estoy pensando en que quizás sería bueno...". Y con la mano hizo el gesto de cortar con tijeras. Yo le contesté: "Ahhh, castrarlo, sí mujer...". Pero de pronto me interrumpió con un "Shhhhhhhhh!!!!" y me miró con el ceño fruncido haciendo un gesto con la cabeza hacia el perro. Yo estaba estupefacta, dudando si había entendido bien lo que ella insinuaba y traté de empezar la frase otra vez...: "Estooo, o sea que quieres...ejem...". Y ella dijo: "Sí, ya sabes (gesto de tijeras otra vez), es que no quiero que él lo oiga y se asuste". Pues sí, yo lo había comprendido a la perfección. El resto de la conversación se produjo entre señas, palabras clave y onomatopeyas para no dar pistas al perro de su posible destino...
He de decir que al final no lo castramos. Una de dos, o el bicho al llegar a casa se le plantó en el sofá del salón y le soltó algo como: "Mira guapa, te agradezco que me sacaras de aquel bosque, pero aunque la corta-huevos esa y tú habléis en morse, yo pillo de sobras lo que pretendéis hacer, y te digo desde ya que mis pelotiquis se quedan conmigo, si no te parece bien me vas preparando el finiquito y mañana mismo me las piro y tan ricamente"; o bien no era el momento de pegarle un mordisquillo a su cuenta corriente y abonar el precio de la cirugía. Hoy en día, tanto can como clienta viven felices en algún lugar de la fría Suecia.
Un regalo especial
En esta ocasión el que vino a alegrarme el día no era un cliente habitual. Llamó a la puerta un chico pálido vestido íntegamente de negro, con un maletín negro y el pelo, negro negrísimo, repeinado y engominado. Pensé que venía a venderme algo y ya iba preparada a sacármelo de encima, pero al entrar y saludar soltó lo de : "Buenas, quería hacerte una pregunta, a ver si puedes ayudarme". El tío prometía, así que lo invité a deleitarme con su pregunta y no quedé defraudada. Me explicó que había comprado por internet dos colmillos de lobo para hacer un regalo y tenía dudas de que fuesen verdaderos, que cómo podía saber si no le habían tomado el pelo. Por lo visto, un amigo taxidermista le había dicho que no eran de verdad y antes de regalarlos quería asegurarse (porque además el amigo en cuestión ya estaba jubilado y no se fiaba mucho de su criterio...). Y digo yo, si ya te pones y compras unos colmillos que te envían desde Alaska, ¿eso no viene con certificado de autenticidad? Es más, ¿es legal vender dientes de lobo por internet? Dejando las leyes aparte ¿la persona a la que se lo regalas es una experta en el tema y te dirá solo verlos que te han timado y que te los metas por el culo? ¿no es la intención lo que cuenta? Mientras tropecientas preguntas surrealistas acudían a mi cabeza traté de parecer mu pofesioná y le dije que tenía que examinarlos para evaluarlo, que claro, yo estaba acostumbrada a ver dientes de perro, pero normalmente estaban puestos en su sitio...que me creía capaz de como mínimo ver si eran de un animal o de material sintético...pero decirle si eran de lobo...pues como que no. Que para eso le recomendaba ir a la Facultad de Veterinaria. El tío no pareció muy conforme, pero me prometió traer los dientes un día...
Ese fin de semana, en una comilona con amigos, de pronto Mr. X comenzó a explicar descojonándose de la risa que había ido un tío rarísimo a la clínica preguntando cómo saber si unos colmillos de lobo eran auténticos...Por lo visto, nada convencido por mi recomendación, el tipo decidió realizar un peregrinaje de clínica en clínica buscando un experto en dientes lobunos. Porque mi consulta y la clínica de Mr. X no están en el mismo barrio precisamente, así que imagino que el pobre chaval se pateó unos cuantos centros en su búsqueda de la verdad. Mr. X le dio la misma solución que yo, que se fuese a la facultad.
A la facultad no fue, porque tenemos un amigo en el departamento Anatomía y no nos ha dicho nada al respecto. Aquí no ha vuelto, y a la clínica de Mr. X tampoco. ¿Regaló nuestro amigo finalmente los colmillos? ¿Descubriría de algún modo si eran auténticos?
En fin...cosas que pasan en la consulta de un veterinario...
ay por favor.. me parto...no me extraña que luego tengas los sueños surrealistas....
ResponderEliminary yo me pregunto para qué querría el destinatario del regalo un par de colmillos de lobo? alucino con la gente fetichista por hay por ahí...
Tienes toda la razón, viviendo cosas así no es raro que mis sueños estén repletos de situaciones estrambóticas...Me quedé con las ganas de saber más del chico de los colmillos, lo de los fetiches tiene tela, jejeje...¡Un beso!
Eliminarjajajaja jajajaj me encanta lo de los colmillos!!! Menudo personaje!!! La verdad es que te lo pasas bien eh? Un besito
ResponderEliminarAixx, a veces una ríe por no llorar, porque de verdad que das con cada uno...¡jajaja! Pero sí, si te lo tomas con filosofía es para divertirte de lo lindo. ¡Besitos!
EliminarMe parto nena, que manía tiene la gente de pensar que castrar a un perro es como castrar a un tío! Y lo de la bata, antes muerta que sencilla, no?
ResponderEliminarLo de los dientes de lobo, veo perfectamente a alguno de mis antiguos amigos encajando en esa descripción... Me enteraré de si alguno se ha mudado a Barcelona.
Por cierto, que dijo Mr. X cuando le contaste que el susodicho también había pasado por tu clínica? Besos sister!
¡Sister! Sí, chica, lo de la castración siempre es un tema peliagudo (sobre todo con los tíos, ¡of course!).
EliminarOye, si el tío de los colmillos es amigo tuyo, que se pase, que me esmeraré por dilucidar el origen del material, jejeje...Mr. X y yo nos moríamos de la risa al descubrir que teníamos un "cliente" común...
¡Besotes!
Jajaja, me parto...qué cosas nos pasan "de cara al público" y lo que nos quedará por ver. Lo de la friki sueca es muy divertido y lo del vampirín del segundo caso da miedito, ¿eh?...Besos!
ResponderEliminarYa te digo...La verdad es que yo con clientes así encantada de la vida, lo malo son los huraños que te ponen las cosas difíciles, pero estos...¡por mí podrían venir cada día!¡Muas!
EliminarJajaja, pero que quería el tío de los colmillos, que le hicieramos una PCR para ver si efectivamente eran de lobo???
ResponderEliminarSeguro que daría finalmente con alguien que le "certificaría" la autenticidad sin más o todo lo contrario.
Es lo que tiene estar de cara al público que te encuentras de todo!
¡Jajajaja! Qué bueno lo de la PCR, ¡es una gran idea! (que conste que le mencioné los análisis genéticos, pero seguro que le costarían más que los dichosos colmillos...). Me encantaría saber cómo acabó la historia...¡Un beso!
EliminarSi es que la gente está muy mal, te encuentras con cada uno... lo de ¿puedo hacerte una pregunta? siempre acaba en problemas. Lo mismo que el ¿es normal que...?
ResponderEliminarBuff, lo de "¿es normal que...?" es muuuucho peor, ahí sí que se abre la veda para el alucine en grado máximo. ¡Besos!
EliminarJajajajajaja como me he reído! Los perros oyen? Porque si conoces a alguno grabalo eh!
ResponderEliminarY los dientes de lobo... El tío lo haría con buena intención pero... Jajajajaja
Un besito!
Estoy segura de que el chico lo hacía con toda la buena intención del mundo, pero resultaba un tanto llamativo, jejeje...Espero que tuviese suerte y diese con la respuesta (¡o que al menos, que su regalo fuese un éxito!). ¡Besotes!
EliminarYo no trabajo con animales, pero temo el momento "puedo hacerte una pregunta??" me pongo a temblar, jajajaj.
ResponderEliminarLa tia de la bata muy curiosa, jajaj, entiendo lo del sueño de aquella gata-mujer... y el pobre perro que se iba a enterar de todo, jajaj.
Pero lo del tipo de los colmillos, vamos, se lleva la palma!! Estaría el pobre tan compungido por haber sido engañado, que no sabía ni como hacer para que alguien certificara la autenticidad.
Igual llega al blog buscando "como saber si los dientes de lobos son auténticos" te imaginas??
Besitos.
Trax, desde que escribí la entrada fui consciente de esa posibilidad (que ya sabemos que Google es mucho Google). Bueno, ahí va mi mensaje por si el susodicho acaba en mi blog: "Por favor, tómatelo con humor y sácanos de dudas...¿¿¿eran auténticos????". Hala, a esperar queda...;)
Eliminar¡Muas!
¿¿¿¿¿¿¡¡¡¡Pero todo eso le asa a un veterinario!!!!!!?????
ResponderEliminarJajajajajja, pues os lo pasaréis de miedo. Vaya historias! más surrealistas imposibles.
Cuando mi peque tenga su perro intentaré no parecer uno de esos "locos", no vayan a hacernos un post.
Besos
¡Bienvenida al blog! Sí que nos pasan cosas curiosas...y lo que te rondaré, morena, ¡jajajaja! ¿Tu peque va a tener un perro? ¡Seguro que lo disfruta un montón! Y me apuesto lo que quieras a que serás una clienta estupenda, jejeje...¡Besos!
EliminarPero qué rarísima es la gente, por Dios!!! La Pink Lady me ha matado con lo de los eufemismos. Y el de los dientes de lobo... me lo imagino y me da hasta miedito. A ver si los querían para algún ritual o algo. Besos.
ResponderEliminarLa chica de rosa era curiosa pero un encanto, si hasta nos regaló una planta cuando se fue! Y el otro pobre, es que la preguntita se las traía...¡Besos!
EliminarLa verdad que en tu clinica pasa de todo, muy aburrida no debes estar... Hay que ir al veterinario con albornoz? no lo entiendo... el perro no se asustaba de verle a ella pero si de oir hablar del corte de sus cosas??? que delicada era esa clienta!! Y lo de los colmillos... alucinante!! A mi que no me regalen eso!!
ResponderEliminar¡Bienvenida Irene! Eso que lo mío es un consultorio pequeñín y no tengo mucho volumen de visitas...pero bueno, no me faltan consultas curiosas, no...
Eliminar¡Madre mía...! ¡y yo que pensaba que algunas de mis tutorías con padres de alumnos eran surrealistas...(je,je); me parece que tus consultas las superan "con creces"!!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
De cara al público siempre acaba alucinando uno con la gente...¡seguro que si te pones también recuerdas alguna perlita digna de mención! ¡Besos!
Eliminarahhh, q comico! q entrada!!
ResponderEliminares q vemos de todo.. pero como se divierte una con esas cosas :)
te hace reir sola, jaja.
Bienvenida Luly! Sí, la verdad es que es muy bueno tener cosas con las que reirse un ratito...
EliminarJajajjajaj me meo con la Pink Lady....muy maja en el fondo ella por lo que veo...
ResponderEliminar¿¿y el de los colmillos?? A QUIÉN SE LE REGALAN DIENTES DE LOBO?? A cómo está eso en el mercado?? jajaja
Que buen ratico Mo...
Me alegro de que te hayas reído un rato!
EliminarSi vuelve el de los dientes, prometo hacerle un cuestionario exhaustivo para sacarnos a todas de dudas!
Muas!