Palabras

Palabras que unen, que encandilan, que transportan, liberan y emocionan…

Soy mejor lectora que escritora, pero en cualquier caso la palabra escrita forma parte de mi vida. De mi vida real, y mi vida virtual.
Escribir aquí supone muchas cosas. Supone tiempo, ganas y conexión con las musas. Pero supone también una fuente inmensa de alegrías.

Hoy he recibido un correo especial, de una lectora habitual, que además resulta ser una persona de mi familia. No comenta (no hace falta), pero está. No nos hemos visto muchas veces en persona, pero nuestras historias vitales están irremediablemente unidas por los lazos de sangre, y me satisface mucho que este lugar sea una forma más de conocernos y mantener el vínculo.

Hoy me ha regalado un cuento suyo para Peque. Sus palabras. Se ve que en mi familia nos gusta esto de darle al bolígrafo o al teclado. Ha heredado la afición de su padre, y yo sin duda también lo hice de mi madre (lectora empedernida).

También me ha regalado un recuerdo, una historia que no conocía y que conecta de forma directa con ese libro que comentaba en mi último post que es de mis preferidos, el Mecanoscrito del segundo origen.

A mi madre le gustaría saber que intercambiamos nuestras palabras, que nos ofrecemos ese obsequio. Y no sólo a ella, hay más ausencias queridas en los caminos de nuestras existencias. Ausencias relativas, porque yo siempre digo y pienso que nuestros muertos nos acompañan.

Hoy es una jornada para la palabra y la rosa, y he recibido muchos regalos. Me encanta percibir en la piel y el corazón como las vidas, los sentimientos y los libros se enredan como en un juego dando sentido a este precioso día de abril.