viernes, 9 de noviembre de 2012

Aventuras en el zoo: La veterinaria forense


Como ya os comentaba en mi último post de la sección, una de mis tareas en el zoo era encargarme de todas las necropsias que tuvieran que hacerse. La verdad es que aunque el tema sea un poco gore, me sentía a gusto realizándolas, porque rápidamente me dejaron sola ante el peligro y podía trabajar a mi bola y sin mucho estrés. De entre todas las que hice, hay dos que me marcaron for ever and ever.

Voy con la primera, y aviso que va a ser bastante repugnante, así que si sois de estómago sensible, pasad al próximo párrafo (¡y quien avisa no es traidor!). En este caso se trataba de dos tortugas. Una era pequeña y sin demasiadas complicaciones, la otra era una tortuga de caparazón blando enorme, de casi un metro de largo. Una curiosidad. El metabolismo de las tortugas es tan lento, que a veces es muy difícil dictaminar la muerte. Auscultarlas es complicado y de todas formas el corazón puede seguir latiendo durante un tiempo más allá del fallecimiento. Así que el Dr. B me explicó su truco: dejas el cuerpo de la tortuga toda la noche sobre un papel en el que has dibujado su silueta. Si 12-24 horas después no se ha movido un milímetro del contorno dibujado, está muerta. A lo que íbamos. Me presenté en la sala de necropsias y fui a ver los dos regalitos que me habían dejado. Antes de abrir la cámara frigorífica pensé: "Empezaré con la grande y así me dejo el trabajo fácil para el final". Pero al ver aquello casi me da algo. Yo no sé cuánto llevaba muerta la tortuga grande, pero entre el calor que hacía en agosto en Nueva Orleans y que el cuerpo había estado en el agua unas horas hasta descubrirla, lo que me encontré fue un cadáver hinchado, repulsivo y que emitía un pestazo insoportable. Cerré la puerta de golpe y me dije: "Ni hablar, yo no abro eso". Pero claro, era mi trabajo, no me podía negar (mira que de pequeña era lo más fifi que uno se puede echar a la cara...la de guarrerías que me ha tocado hacer desde que decidí alegremente ser "médico de animales"). Le eché un par de ovarios al tema, lo preparé todo e hinqué el bisturí...¡Horror absoluto! De golpe empezó a salir grasa podrida, burbujitas varias y se oyó un silbido gaseoso de lo más putrefacto...Me eché atrás de un salto y me sentí incapaz de proseguir. Me senté en el suelo y valoré mis opciones. Nada, tenía que hacerlo. Como necesitaba abrirle el caparazón fui a buscar la sierra eléctrica (ojo, no una rollo "La matanza de Texas", era un instrumento mucho más chiqui que los de podar árboles). A mí el aparato ese me daba un yuyu de tres pares de narices. Se me resbalaba de las manos y temía rebanarme un dedo en plena odisea. Como no adelantaba mucho fui a pedir ayuda a la Dra. E (y así de paso respirar un poco de aire no contaminado) y me facilitó herramientas mucho más potentes. Me ayudó a abrirla y una vez hecho me dejó sola con mi amiguita. Creo que es lo más nauseabundo que he hecho jamás. Los órganos se deshacían en mi mano...En fin, un cromo. But...I did it! Diez puntos para mí.

Vamos con la segunda necro (¿qué? ¿os habéis saltado el párrafo anterior o le habéis hechao valor?). Una de las cosas buenas que tenían las necros es que los animales muertos ya no eran peligrosos: no te podían morder, embestir, arañar o aplastar. O eso era lo que yo creía. Un día el Dr. B me dijo: "¿Tengo un trabajito para ti! Se nos ha muerto una rattlesnake, está ya en la sala, ves a hacerle la necro y sobre todo, ¡córtale la cabeza la primero!, ¿oíste?". Ese día aprendí que una rattlesnake es una serpiente de cascabel. El Dr. B tuvo a bien prestarme un libro con ilustraciones de los efectos de sus mordiscos (sin comentarios, que el párrafo chungo era el anterior). Pues bien, aprendí otra cosa. Aunque la serpiente esté muerta, su veneno sigue almacenado y si por accidente tu mano va a parar a la dentadura del bicho, te puede inocular su ponzoña (cómo me mola esta palabra). Y, por si alguien tiene dudas, sí, algún veterinario ha puesto la zarpa donde no debía haciendo una necropsia, de ahí el aviso. Pensaba que iría con escolta o algo así para hacer mi trabajo, por si tenía un accidente, pero confiaron en mi buen hacer. Cogí con tanto pánico el difunto ofidio que temblaba todo su cuerpo en la bolsa como si aún estuviera vivo. Lo saqué con un cuidado exquisito, le seccioné la cabeza como si aquello fuera plutonio radioactivo y lo metí en un frasco precintándolo por todas partes. Seguí con mi curro y de vez en cuando echaba un vistazo al potecito, no fuera a ser que se cayese, por arte de birlibirloque se abriese la tapa y acabase con la cabeza del animal encima mío...Como es de suponer, porque de lo contrario no estaría aquí dándole a la tecla, sobreviví.

Como no todo van a ser asquerosidades en mi post de hoy, os hablaré de unos de los bichos más bonitos que tuve el placer de conocer: los loris. Son una especie de prosimios que enamoran nada más verlos. Os presento a un precioso loris:



                                      Foto extraída de este artículo de la Wikipedia


De todas formas, por muy cuquis que parezcan, no son inofensivos, y hay que manipularlos con cuidado porque tienen glándulas venenosas en la piel y muerden con ganas si pueden. Para poder examinarlos la cuidadora tenía que manejarlos con guantes de jardinero de los gordos (como los que usamos los veterinarios de pequeños animales con los mininos –esto va por ti Luhay-). He estado tentada de poneros alguno de los videos que circulan con la red con sus monerías, pero esos videos son grabados por gente que los tiene como animales de compañía, lo cual es una aberración. En vez de eso os pongo dos links de una primatóloga (Anne Nekaris) que se dedica a intentar concienciar a la gente para que no quiera tener un loris como animal de compañía. Lo podéis leer aquí y aquí.


¡Buen finde!


32 comentarios:

  1. No me he saltado el párrafo!! Aunque, vaya, asquito me ha dado, pero nada, que estoy enganchada a bones y al csi, jajaj.
    Pues mira que por un momento pensé que igual me hacía veterinaria, ya lo he descartado!!
    Y por qué se les hace la necropsia? es mero protocolo o por alguna otra razón?
    El lori es una monada!!
    Buen finde guapa!

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    1. Ees una valiente!!
      Hubieras sido una veterinaria excelente, porque te aseguro que con tiempo uno se acostumbra a todo!
      La necropsia en el zoo se hacía por protocolo a todos lo animales, incluso cuando la causa de muerte era conocida.
      Los loris son geniales, doy fe!
      Buen finde!

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  2. Como me ha gustado esta entrada ;-)
    Mi pregunta es.... si la tortuga estaba totalmente putrefacta... para que hacerle la necropsia? Sacasteis algo en claro aparte de guarrear de lo lindo??

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    1. Ya sabía yo que te molaría, jejeje...
      La verdad es que en el caso de la tortuga ni recuerdo ya los resultados (si los hubieron). Creo que las necros se hacían a todos lo cadáveres, estuvieran como estuviesen, porque para los preceptors (o sea, yo) servía para coger práctica y conocer el protocolo de necro en todas las especies.
      Muas!

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  3. Pobres bichillos, en paz descansen.
    Yo las autopsias humanas las presencio sin pestañear -por éso estudié lo que estudié-, pero con la de un animal me puede dar una llorera increíble. Y ya si es la de un gato, mejor ni te cuento!!!

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    1. Aix, nena, yo creo que lo pasaría fatal en una autopsia. Cuando empecé la carrera había gente que decía que se había colado en las salas de autopsias de la Facultad de Medicina, y yo sólo de imaginarlo me ponía mala...
      Con los animales, pues ya me he acostumbrado, como es lógico.
      Besotes!

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  4. No me he saltado el párrafo y eso que ahora me toca comer, jajaja. En fin, que me tienes enganchadísima.
    Feliz finde!
    Un besazo!

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    1. Campeona! Y justo antes de comer, jajajaja!
      Me alegro de que sigas enganchada ;)
      Muas!

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  5. He sido valiente y lo he leído todo!!! Como bien sabes, Luhay es ver un guante de esos y echarse a temblar y echar espumarajos por la boca...

    Asquete total lo de la tortuga pero, oye, te dio material para un post. Jajaja. Besotes!!!

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    1. Oleee! Sois todas unas audaces, jajajaja! Aix, ese Luahy, felino hasta la médula donde los haya... ;)
      Pues sí, me dio muuuucho material, jajaja!
      Besotes!

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  6. Y yo aquí preparándome la comida....na, no ha sido para tanto, más que nada porque no he activado la imaginación y mi mente se lo plantea como la vez esa que tuve que hacerle una disección a un cangrejo y me dió mucho asco lo que vi cuando levanté el caparazón...

    Eso si, no se como pudiste, cuantas máscaras llevabas?

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    1. Pues mira, no es mala técnica sister! ;)
      Creo que sólo llevaba una máscara...Un poquillo de Vicks Vaporub no me hubiese ido mal aquel día...
      Muas!

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  7. Yo tampoco me he saltado el párrafo pero jo, me he acordado de mi peque porque le fascinan las tortugas desde muy pequeñita, tiene una colección de ellas y claro, me ha entrado una penita, je.
    No conocía los loris, pero se ve muy mono.
    Besos

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    1. Oh, pues sí, no me extraña que te haya dado penita...Espero que la próxima vez no me salga un post lúgubre! ;)
      Besos!

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  8. Eres una super veterinaria, ¡porque que dos necropsias!, aunque a mi me hubiera dado más miedo la segunda, la primera era asquerosa pero no corrias peligro... Un beso.

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    1. Jajajaja! En realidad soy del montoncillo, alguna colega que se pasa por aquí seguro que podría explicar muchas aventuras!
      Y tienes razón, en el fondo la segunda era mucho más peligrosa...
      Besotes!

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  9. He podido leer el párrafo de la tortuga!!! y de momento estoy bien!!!!
    Me estoy haciendo una mujer ;)

    La verdad es que no soy muy de tocar animales...por lo que si hubiera tenido que abrir a la tortuga, lo llevaba claro.
    Genial, como siempre, sabes que soy muy fan de esta sección.
    Besos!!!

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    1. Oeeee! Muy bien Yolandica!
      Tengo un club de fans de lo más selecto, gracias por animarme con la sección!
      Muas!

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  10. Me ha encantado lo de la tortuga, es que esos casos son un horror. Yo de una necropsia de una serpiente me tuve que salir, casi me caigo redonda. Mi graciosa compañera le abrió el estómago y sacó un ratón a medio digerir.
    Me puse verde, sudores fríos... uff, que mal rato.
    Y después de otra a una gallina, me estuve sin comer pollo casi un año.
    Yo es que con los olores, no puedo.
    Un abrazo y buen finde!!

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    1. Uix, nena, lo del ratoncillo indigesto también me habría afectado a mí...
      Recuerdo el olor de una necro de una oveja podridísima (en la facultad) que me impregnó tanto la ropa que los del tren de vuelta se mantenían a una distancia prudencial, qué asco!!!!
      Muas!

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  11. Qué mono el lori ese, parece de la peli de Madagascar. He leído los dos párrafos. Ya puedo ser veterinaria!!! yujuuuu!!! :)
    Un abrazo guapa.

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    1. Jajajajaja! Con lo competente y entusiasta que eres, yo te quiero en mi equipo!! ;)
      Muas!

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  12. Mira tu, que nada más empezar, lo que he hecho ha sido irme al enlace de la tortuga de caparazón blando y es que me ha dado tanto asquito que ya todo lo demás que has contado no me ha parecido ná. Blando, blando? será que parece blando no? porque si tuviste que coger una sierra de esas, muy blando no sería
    desde luego tuvo que ser asqueroso y si superaste eso, los pañales cagaos de tu nene te tienen que oler a puras flores.
    muaccccc

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    1. La verdad es que no son las tortugas más bonitas del mundo,jejeje...Y el caparazón es blandurrio comparado con otras tortugas, pero igualmente cuesta rebanarlo!
      Y sí, lo de las cacas del Peque son gloria divina para mí ;)
      Besotes!

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  13. Tienes un estómago que pa qué!! Creo que estás cosas son las que luego hacen que puedas con todo!!!

    Me encanta el lori!! Me dan ganas de achucharlo!!!!

    La Alpaca se despide con:


    La ternura es la columna central que sostiene la vida.



    Autor: José Víctor Martínez Gil


    Mooogggaaaksrfff

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    1. Mi estómago se ha ido entrenando, pero a veces, según cómo me pille el cuerpo, soy capaz de medio marearme con alguna chorrada, no te creas!
      Muas!

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  14. Mo... no me he saltado el párrafo, y eso que (al ser domingo y no tener críos) estoy todavía con tostada y té en mano...
    Dios que horror!! yo puedo ver asquerosidades full pero oler... uff, el mal olor o sea la peste me da ascazo total!! Felicidades por tu valentía, desde luego yo no hubiera podido, me pongo a potar ahí mismo, qué escena jajajaj!!
    Me encantan tus aventuras en el zoo, deseando leer la siguiente entrega!!
    Besos destripadora Jack! jajaja!

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    1. Mmm...¡qué recuerdos esos domingos! ¡Jajajaja!
      Lo del olor es lo peor, sin duda, por eso (como decía por ahí arriba) un botecillo de Vicks te puede sacar de un apuro ;)
      Besotes!

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  15. Jajajaja, ¡me ha encantado! La verdad es que todo lo que tenga que ver con la biología me suele apasionar. Y un par de necropsias no iban a ser menos! Eso sí, también me pregunto como te sobrepusiste a la peste sin vomitar. Buff! Esperando tu próxima crónica del zoo ;)

    Besos!

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    1. Al final he acabado dominando el arte de respirar por la boca cuando tengo entre manos algún marroncillo similar...Y es muy efectivo! ;)
      Muas!

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  16. Aquí una valiente que se lo leyó todo todito todo jajaja. Hija mía hay que ver lo que has tenido que hacer. Eso si, como tu bien dices, 10 puntos para tí! ;)
    Besos

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    1. Sois unas lectoras intrépidas, no cabe duda! ;)
      Besotes!

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