miércoles, 21 de noviembre de 2012

Aventuras en el zoo: Al rico cocodrilo


Cuando apenas faltaban dos semanas para volver a mi hogar, dulce hogar, una de mis muelas comenzó a dar por saco. Lo de mis dientes y yo es antológico: caries a mansalva, infección en una muela (con la consiguiente endodoncia -eso de "matar el nervio", qué bonito todo- y final extracción) y muelas del juicio porculeras donde las haya. En este caso era una de las del juicio la que decidió jorobarme la existencia. Por suerte, mi querido Dr. B me otorgó la llavecita mágica de la farmacia del zoo y me dio permiso para abastecerme hasta los topes de analgésicos (la opción B era ir al dentista para quitarme la dichosa pieza, pero no quería pasar mis últimas dos semanas en los "iuesei" a base de sopitas, así que me atiborré de pastillas y listos). Y menos mal, porque el Dr. B decidió hacer una barbacoa en su casa, y no era plan de ir y no comer nada...He de decir que durante mi estancia en los EEUU no confraternicé demasiado con la gente. Yo iba bastante a mi rollo y los demás también (ya me avisó la chica que hizo la estancia antes que yo de que no era una gente que te integrase mucho en sus actividades). Tampoco me importó, la verdad. Pero ya que se montaba una BBQ con la gente del zoo, no me lo pensé dos veces y para allí que me fui. Hablar, no hablé mucho (por lo que decía de que iban a lo suyo), pero comer...Madre mía, me puse las botas. Que si hamburguesas, que si patatas con queso, brownies, madalenas -perdón "muffins"-...No cabía en mí. Eso sí, el dulce típico de la región me resultó asqueroso. Le llaman "moonpie" y son una especie de tortitas rellenas de malvavisco -"marshmallow"- y bañadas en azúcar con aroma a plátano o similar. Lo de malvavisco suena muy fashion, pero no son más que nubes, por favor, ¡que hay cosas más ricas con las que rellenar un dulce! Total, que una vez entré en modo modorra postpandrial me apoltroné en una silla a ver la fauna autóctona (casi tan divertida como la del zoo) y dos chicos se sentaron a mi lado. Uno empezó a flirtear descaradamente conmigo. Yo pasaba bastante de él y además los efectos del analgésico estaban desapareciendo, con lo que apenas podía articular palabra...El amigo de mi pretendiente tenía una cara de aburrimiento que no podía con ella y asentía mirando hacia otro lado cuando el otro le decía algo. Desde luego, no hay como tener novio para que te tiren los trastos cada dos por tres (eso, o el irresistible atractivo de nuestro acento español, que se ve que les pone majaretas -eso dice mi amiga V, que vivió allí varios años-...). Creo que esto resume bastante mi bien mi vida social en las américas.

Por suerte, las emociones con bichos exóticos seguían. Teníamos programadas unas gastroscopias en los alligators albinos. Se hacían periódicamente porque los bichos se tragaban todo lo que caía en su estanque y algunas sustancias eran peligrosas (monedas, piedras, etc.). Para la ocasión, vino el equipo de gastroenterología del hospital de la Universidad de Tulane (médicos, no veterinarios). Los alligators llegaron en unas cajas de metal con el morrito previamente precintado. Me parecieron bastante tranquilos y más pequeños de lo que me imaginaba (medían unos tres metros y algo y pesaban cerca de ochenta kilos, otros cocodrilos son más grandotes y llegan a los doscientos kilos). Os pongo una fotico:



                                               Imagen de mi amiga Wiki
                             

El Dr. B me dijo que los anestesiase yo y me lancé sin miedo. Mientras los cuidadores los sujetaban, yo les pinchaba en la patica. Yo andaba a mi aire entre los bichos y entonces me di cuenta de que ya estaba totalmente integrada en mi rol, porque los médicos y enfermeras que habían venido a trabajar estaban con cara de susto en una esquina de la estancia (o eso, o la medicación que tomaba para el dolor de muelas me tenía alelada perdida). Una vez dormidos colocamos al primero de los dos en la camilla y se les desprecintó la boca. Le colocaron un cilindro en la boca para pasar el gastroscopio por ahí y el Dr. B me dijo: "Venga, intúbalo". Me lo quedé mirando y pensé: "¿Que ponga mi manita ahí dentrooo?". Y contesté: "Vale". Sí, estaba integrada (eso y que el cilindro de protección era mega robusto, claro está).

Durante la semana hubo muchas conversaciones de pasillo en el hospital comentando las últimas noticias que nos habían llegado del zoológico de Boston. Por lo visto, un gorila joven se había escapado de su recinto. Pero no sólo eso, el animal logró llegar a la calle. Por el camino tumbó a un niño y a un adolescente voluntario del zoo (por suerte no les ocurrió nada grave, se encontraban bien...bien preparados para denunciar al zoo). Al poco tiempo se recibió una llamada de una señora que estaba asustada porque un tipo muy amenazante y con chaqueta negra se había sentado a su lado en la parada del autobús. Os podéis imaginar quien era el sujeto en cuestión...

Acabamos la semana en medio de una de las fiestas grandes del zoo, el "Swamp Festival" (o Festival del Pantano). El Dr. B, otra chica del departamento de educación y la menda nos fuimos a dar una vuelta y disfrutar del ambiente. El parque estaba lleno de tiendecitas que vendían artesanía, una comida excelente (todo el mundo me había dicho que Nueva Orleans es de los pocos sitios de EEUU con una gastronomía autóctona impresionante, y no se equivocaban) y música de fondo. El Dr. B nos invitó a un pan con queso caliente que podía ir relleno marisco o alcachofas. Yo escogí alcachofas, porque lo del bocata de gambas como que no me molaba, pero al tenerlo en las manos vi que también habían espinacas y me dio asquito (las verduras y yo no somos amigas), pero por aquello de que mi jefe me invitaba, me dio cosa rechazarlo y...¡estaba buenísimo! Cuando se lo expliqué a mis padres casi me matan. Tanta lucha para que probase brotes verdes y un garbeo sola por el mundo y voy y me harto de espinacas...De segundo plato, comida exótica: cocodrilo frito. Al principio me dio un poco de angustia el tema, pero tenía buena pinta, y me gustó muchísimo. Era una extraña mezcla entre pollo y pescado...Si alguna vez os lo ponen delante no dudéis, está para chuparse los dedos. Después de comer fuimos a ver una banda de música cajún, la música emblemática de Lousiana. Tiene raíces francesas y se toca con guitarra, violín, un tipo de acordeón y una especie de "fregadero" contra el que pasan un palo (soy tela de técnica, ya lo sé...). Sonaba parecido a esto:



                                    


Un ritmillo estupendo. Ahí andaba yo escuchando al grupo cuando un hombre se acercó a bailar conmigo...¡Qué vergüenzaaaa! Con lo tímida que soy y lo raro que se baila eso...pero no hubo forma de rechazarlo. Además el Dr. B y la otra chica me empujaron contra el tipo. Pues nada, a darlo todo por mi público...Me daba mucho corte pero el hombre era simpático. Y la musiquilla alegraba el ánimo.

Ya sólo me quedaba una semana para volver a casa. El próximo día, os explico el último capítulo...


40 comentarios:

  1. Si es que los americanos comen cosas muy raras... y los dulces son dulcísimos, a mí no me gustan nada, tienen el doble de azúcar que aquí.
    Qué rabia da que cuando una consigue acostumbrarse a algo e integrarse, es cuando toca marcharse.
    Esperando el último capítulo. Un beso!

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    1. Ya te digo, se pasan tres pueblos con la glucosa...
      Y sí, definitivamente, siempre ocurre eso que dices, no es justo! ;)
      Besotes!

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  2. Oooohhh, que ya se acabaaaa????
    Yo también he tenido problemas con mis muelas en los momentos más inoportunos. Pero vamos, que ibas puestita eh?? entre eso y el subidón de proteinas y azúcares de la bbq, jajaj.
    Y la tia dice que el alligator es pequeño, si solo el nombre asusta!!
    Me están entrando unas ganas locas de conocer Nueva Orleans, pero sobre todo, de ver el instrumento ese, fregadero con palo!!
    Un besote.

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    1. Sí, sólo me queda material para un capítulo, snif...
      Si puedes, te recomiendo que te pegues un viajecito a NO, lo disfrutarás! (y verás el fregadero, jajaja...qué mal me he explicado!).
      Muas!

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  3. Creo que de todas las aventuras que has contado en el zoo, me quedo con la señora de la para del autobús!!! jajajaja!, buenísimo!!!. Esto no se puede acabar, tendrás que volver para seguir nutriéndonos de anécdotas divertidas :))
    Un besito.

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    1. Cuando me lo explicó el Dr. B me partía de la risa, anda que no debe ser heavy el momento autobús...
      Oye, yo encantada de volver, a ver si encontramos un patrocinador! ;)
      Muuas!

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  4. Me encantaría tener una foto de la señora junto al gorila jajajaja

    Yo tampoco quiero que se acabeeeeeeeee. Me voy a leer las aventuras desde el principio en cuanto pongas el último capítulo, porque me ha sabido a poco!

    Besos.

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    1. Pobre mujer, le debió dar un algo al descubrir quien era el "señor", jajajaja!
      Ya me gustaría seguir con la sección, pero me la tendría que inventar! (y no tengo tanta imaginación...).
      Besotes!

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  5. Me han gustado mucho tus andanzas en las américas.Toda una experiencia.besos

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  6. Tiembla Mr X!! qué poderío tiene tu chica!!
    ai, como me he reído con el hombre con la chaqueta peluda en la parada del bus...
    yo me muero de un infarto!! o dos!! =)
    Un beso guapa!!! deseando leer el siguiente!!

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    1. Porque este hombre no disfruta escribiendo, sino podría relatar las mil y una aventuras, te lo digo yo! ;)
      Muas!

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  7. Jolín Mo Jones, como te lo pasaste por allí! Jaj qué gracia lo del bailecito!! Me da mucha pena que ya pronto se acabe :(

    Te mando un beso fuerte guapa! muas

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    1. Jajaja! Mo Jones! Suena un poquillo mal, jajajaja! (si se lee a la española, of course!).
      A mí también me da penilla, qué le vamos a hacer!
      Besotes!

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    2. ajja pues es verdad, no me había dado cuenta ajjajaj :P Perdonaaa

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    3. No pasa nada, mujé, es muy diver!
      Muas!

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  8. ¡Odio los masmelous!
    Qué asco cuando la gente quema con un palo esa porquería en la bbq y se los lleva a la boca, ¡los detesto!
    ¡Puaj,tendrían que estar prohibidos por ley!

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    1. Jajajaja! Me parece que no he conseguido ni de coña que te gusten un poquito más los norteamericanos ;)
      Muuas!

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  9. NOOOOO!!!!! No quiero que termine!!!! Las aventuras del zoo me han encantado!!!!

    Por cierto, que subidón de azúcar con esa tortita ¿no?

    Besazos!!!

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    1. Ohhh! Yolandica, I'm sorry!
      De la tortita solo caté una miajilla, que a mi las nubes con galleta y aroma de plátano no me ponen... ;)
      Besotes!

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  10. Ooooh! Que pena que ya sólo nos regales un capítulo más de tus aventuras en el zoo. Voy a echar de menos al Doctor B y su panda de bichos mortíferos. Desde luego es increíble que sobrevivieras a tantas emociones jajaja

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    1. El Dr. B se ha ganado un club de fans, por lo que veo ;)
      Me curtí a base de bien entre tanto bicho peligroso, jajajaja!
      Muas!

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  11. Oye, sigues estando en contacto con el Dr. B??? porque sino seria una pena... Parece un hombre de lo mas agradable...
    Delante de los medicos del hospital, te hiciste la valiente o era efecto del analgesico??? je,je... Para mi eres toda una valiente!!!!

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    1. Sí que seguimos en contacto, y nos hemos visto algunas veces por aquí, ¡porque este hombre no deja de viajar por todo el planeta!
      No me hice la valiente, es que iba hasta los topes de ibuprofeno, jajajaja!
      Besotes!

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  12. ayyy pues como que me ha dado penita que por un lado estuvieras tratando y curando a un "croco" de esos y por otro lado comiéndotelo.. no sé..

    Las BBQ en EEUU es que son otra cosa... todo es como más más todo... las hamburguesas, las patatas todo!! mmmm que hambre me está entrando!!

    Esa estancia tuya allí me está pareciendo lo más de lo más.. ¡que envidia! ¡¡qué experiencia!!! mola muchísimo!!!!!!

    Besos !!!

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    1. Sí, chica, ser veterinaria a veces tiene estas contradicciones (a no ser que seas vegetariana, claro...).
      Un besote!

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  13. Pero cuanto tiempo estuviste? Te dio tiempo para todo? y luego... trataste de seguir trabajando con exóticos?
    Cuenta, cuenta!

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    1. Estuve unos dos meses, más o menos. Y al regresar, no me cerré ninguna opción, pero acabé volviendo a los perros y gatos.
      Muas!

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  14. Estoy con la terapeuta, vas a tener que volver para seguir contándonos tus aventuras.
    Un besazo!

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  15. Veo que a esas alturas ya andabas como pez en el agua... Jajaja. Estoy intentando imaginarte bailando la musiquilla esa y me da la risa tonta... Un besote.

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    1. Ya puede darte risa, ya, si me llegas a ver...Jajaja!
      Besotes!

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  16. Que buenas aventuras las de U.S.A.!!!, ojalá no nos hagas esperar mucho más por último capítulo... me quedo por aquí cerca esperando.
    Un abrazo!

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    1. Bienvenida al blog! Creo que publicaré la semana que viene o la otra...pero ya será el último capítulo! Qué penilla me da!
      Un beso!

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  17. Qué valiente! Yo no me acerco a un bicharraco de esos ni de broma... :)

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    1. Jajajaja! Bueno, es lo que tiene ser veterinaria ;)
      Besos!

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  18. Me encanta leerte. Qué de cosas tienes para contar y qué distintas todas ellas. Eso sí, arriesgadas lo son un rato algunas de ellas ;)
    Un besote

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    1. Muchas gracias Yaneth, el riesgo era muy controlado, por suerte, de lo contrario no me hubiese metido en según qué fregaos, jajaja!
      Besotes!

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  19. Yo no sé si me lanzaría a comer cocodrilo después de haber estado curando a uno. Para esas cosas mi moral me hace polvo. Desde luego de aburriste nada eh!Besos.

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    1. Es complicado, lo reconozco, es una de las paradojas en las que vivo...
      Muas!

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