No me gusta viajar en avión. Siempre pienso que estoy a no sé cuantos miles de metros de altura del suelo en una mole de metal, y eso me pone nerviosa. Pero bueno, lo manejo como puedo y tampoco soy de montar pollos. El día que emprendí mi viaje a Nueva Orleans tenía que coger tres vuelos seguidos: Barcelona-Madrid, Madrid-Miami y Miami-Nueva Orleans. No quieres caldo: tres tazas.
Para poder viajar con un mínimo de comodidad mental decidí sedarme adecuadamente (nada del otro mundo, una Valeriana por aquí, un cachito de Valium por allá...). El primer vuelo fue tranquilo. El segundo, más o menos...Cuando faltaba poco para aterrizar en Miami pillamos turbulencias. No sé si sería por el Valium -fijo que sí-, pero me lo tomé con mucha serenidad, incluso cuando de un bajonazo del avión mi Coca-Cola quedó suspendida en el aire para emprender su propio vuelo hacia quién sabe dónde (lo vi a cámara lenta, aquí sí que se me notaba el colocón). Pero llegamos.
En Miami tuve que pasar la famosa aduana de los EEUU, que no sé que tendrán los que trabajan allí, pero te miran de una manera que te da la sensación de que eres el primero de la lista de "Los más buscados". Por lo menos en Miami no sufrí mucho con el idioma, casi todos me hablaban en español...El aduanero me miró con cara de pocos amigos -coñas las justas- y me preguntó para qué viajaba a los Estados Unidos, cuánto tiempo estaría...blablabla (para eso me podría haber ahorrado rellenar la tarjetita verde que me dieron en el avión cuestionándome si pretendía entrar droga en el país o si era una terrorista).
El aeropuerto de Miami me pareció un caos, con un funcionamiento totalmente distinto a los pocos auropuertos que había pisado hasta entonces. Cargando tres maletoncios y preguntando mil veces las cosas, logré llegar a mi siguiente enlace. Aquí el Valium ya había hecho su feliz viaje hasta mi vejiga y más allá, así que no me quedaba nada en vena...Subí al último avión y comencé a mirar a la gente. Me preguntaba si tenían pinta de ir a morir brevemente en un accidente aéreo, y concluí que no. Eso me dejo más tranquila (qué pasa, cada uno tiene sus métodos para encontrar la paz espiritual...).
Muchas horas después de haber empezado mi viaje, por fin divisaba el delta del Mississipi.
En el aeropuerto me esperaba el Dr. B, que nada más llegar me avasalló con información sobre lo que iba a tener que hacer los próximos días (así es él, habla y piensa como una ametralladora...). Pero no podía retener nada, su voz me llegaba desde un lugar muy recóndito mientras yo, sentada ya en el coche y cruzando la ciudad, iba observando los curiosos colores del atardecer; los pájaros, tan diferentes a los de mi tierra; los coches, enormes y pulidísimos, las casas...Todo me parecía distinto y excitante. Debo decir que siempre me he sentido muy atraída por los Estados Unidos como país (a pesar de pensar que como en mi casa no se vive en ningún lado). No sé si será porque he tragado mucha peli americana. Tanto ver toda esa vida en el cine, y ahora estaba en medio del meollo.
El Dr. B me llevó a la casa de C., la trabajadora del zoo que me alquiló una habitación. Era una mujer entrañable, pero sumamente esperpéntica. En esa época estaba flipada por las mariposas monarca. Tenía la casa llena de urnas con capullos y ejemplares que después liberaba. Además, era una de esas personas a las que el orden le da tres patadas, con lo que tuve que acostumbrarme a vivir en el caos (y la mierda, porque la pobre mujer tenía alergia a la escoba).
Llegué a Nueva Orleans en fin de semana, así que tuve un par de días para adaptarme al cambio y aguantar el jet lag. Por suerte coincidí los primeros días con una bióloga que había hecho la estancia antes que yo, y P., que así se llamaba, me explicó dónde comprar, cómo moverme por la ciudad y cómo relacionarme con la gente del zoo. La casa de C. era preciosa. La típica casita sureña de una planta y algo destartalada, con su porche y su mecedora. Mi habitación era enorme, con un ventilador de aspas en el techo y un cuarto de baño cagadito al de Psicosis.
Esos primeros días cierta dosis de nostalgia me invadió e intenté sobrellevarlo explorando el entorno. Me dieron una bicicleta y anduve arriba y abajo conociendo la zona. Esa bicicleta me proporcionó grandes momentos de gloria. Mira que llego a ser patosa con ciertas cosas...Y la bici es una de ellas. El suelo de mi barrio era muy irregular, llego de grietas y baches. Y eso no ayuda. Si un coche pretendía circular a mi lado yo tenía que pararme, porque era sí o sí que me lo comía. La gente me miraba raro cuando veía las filigranas que hacía para poder desplazarme. En fin...Por suerte el paseo valía la pena. La vegetación exuberante lo inundaba todo, los árboles crecían retorcidos y tupidos y las ardillas aparecían por cualquier rincón. Lo que me tenía loca era el puñetero Mississippi. Su recorrido en la ciudad es sinuoso y así no había quien se orientase. Me volvía majara para saber cómo volver a casa.
Al final, superé mis primeras cuarenta y ocho horas en los "lluesei" con un notable alto y me preparé para mi primer día en el zoo...
Qué emoción!!! Ir a vivir de repente a un sitio que no conoces de nada tiene que ser toda una experiencia.
ResponderEliminarLo de las tarjetitas es la monda. Hace años te preguntaban si llevabas tortugas y si pertenecías o habías pertenecido alguna vez al partido comunista... Muy fuerte.
Lo del baño, supongo que querrás decir "clavadito" al de Psicosis....
Besotes!!!
Fue muy emocionante!
EliminarYa iba avisada de lo de las tarjetitas, pero aún así me pareció surrealista rellenarla, jajaja!
Lo de "cagadito" es una expresión que usamos en casa ;)
Besos!
¿No véis xq no quiero volver más? Me detienen fijo por comunista antiyankee y son capaces de magrearme. Qué no, que no vuelvo xDDD
EliminarJaaajajajaja...Mejor esquivas ese país, ;)
EliminarMuas!
Ya empieza la aventura!!!! Eres toda una valiente...
ResponderEliminarAsí tengo anécdotas para mis nietos, jejeje...
EliminarMuas!
Quiero más quiero más!!!!!!!!
ResponderEliminarAlgo me dice que viene una parte muyyyy interesante.... por eso de 'me preparé'!
A mi en el avión me pasa como a tí, y súmale un dolor estomacal del mil!! con lo cual visito bastante los wc... es lo que hay!
Besos guapa y feliz Martes! =)
Menos mal que me libro del dolor de estómago! Yo soy más de sentarme y quedarme ahí quietecita, jejeje...
EliminarFeliz martes!
Yo no lo paso tan mal en el avión pero... me da que la sensación esa de pasar por aeropuerto flipado flotando no es por el valium... a mí me pasa siempre. Es como una sensación de irrealidad y de ¿y qué hago yo aquí? super fuerte.
ResponderEliminarMe encantan los ventiladores de techo. En donde viví yo en EEUU también tenían, y el año pasado me compré uno para mi salón. Y no me arrepiento nada de nada.
Impaciente espero el resto...
Es cierto que al bajar del avión uno tiene un zumbido en la cabeza y en el cuerpo que le hace levitar un poco...
EliminarYo también me enamoré de ese ventilador!!! Si alguna vez puedo, me compro uno!
Besotes!
Si ya lo decía yo, esto va a ser un relato por entregas.. jejeje... que emoción. No os encanta eso de esperar a ver que pasa en la siguiente entrega??
ResponderEliminarLluesei es un país que da para mucho contar y contar... y me encantaría haber conocido el sur, tiene que ser súper interesante!
Besotes y aquí espero con ansia la siguiente entrega!!
Así os tengo enganchadas, jejeje...
EliminarSi pudiese viajar de nuevo a los EEUU ni lo dudaría, hay un montón de sitios que querría conocer.
Besos!
Veo que va a dar mucho de sí, esta parte de tu vida. Totalmente identificada contigo y lo de los aviones, igualita a tí. Un beso
ResponderEliminarEs que si lo piensas...
EliminarBesotes!
Desde ya que estoy esperando el siguiente post...
ResponderEliminarLa Alpaca se despide con:
No he fracasado. He encontrado 10.000 soluciones que no funcionan
Autor: Benjamin Franklin
Mooogggaaaksrfff
La semana que viene sigo con la historia...
EliminarBesitos!
Hola Guapísima :).
ResponderEliminarPaso a visitarte para invitarte a una lluvia de premios para que recojas una cosita que hay para tí http://micucolinet.blogspot.com.es/2012/10/una-de-premios-variados.html =D.
Muuchos Besotes!!!.
Muchas gracias Inma!
EliminarBesotes!
A mí tampoco me gusta el aeropuerto de Miami. No me gustan los EEUU en general y me cabrean mucho sus test. Antes, hasta cuando hacías trasbordo ó parabas para rellenar carburante te tocaba cuestionario en Miami. Por mí, mis pies no pisarán Yankilandia salvo que por algo no me quede más remedio.
ResponderEliminarJajaja! Está claro que los yankis no tienen nada que hacer contigo!
EliminarMuas!
Me encantan tus historias!! esperando el siguiente capitulo!!
ResponderEliminarBesotes
Muchas gracias!!
EliminarBesos!
Hola Mo!
ResponderEliminarAins que me ha sabido a poquísimo, estoy ansiosa esperando el resto!!
Jajaj la frontera de los lluesei es lo más gracioso de la vida, te cuento que antes de ir, nos tenían que hacer la visa de trabajo. Mi marido nació, como decirlo, en un país no amigo, y cuando solicitamos la visa (el mismo día, y con papeles de la empresa acreditando que nos necesitaban allí, que tuvimos que llevar más folios que tiene una tesis doctoral) mi visa estuvo lista en una semana y la suya tardó casi un mes y casi se la deniegan. Al final nos fuimos, pero fuimos primero a Canadá. Pasamos la frontera en coche, y nos pararon en el control de pasaportes, y otra vez, remirando a mi marido, preguntándole a que vienes a los Lluesei? fotos pa arriba y pa abajo, con el teléfono, nos tuvieron como 3 horas.. ainss.. ajjaj
Pues lo dicho, que me quedo esperando el resto como agua de mayo!! Un beso guapaaaa
Jolín, como se las gastan los "llueseianos", jajajaja! Menos mal que al final os dejaron entrar...
EliminarGracias por tus palabras, guapetona!
Besotes!
Bueno, bueno, bueno, cómo se está poniendo esto. ¿Para cuándo la siguiente entrega?. Qué valiente, yo lo paso fatal volando. De hecho no es ninguna casualidad que vaya a conocer a mi bloguera favorita en AVE.
ResponderEliminarUn besito.
Aixxx, qué bien suena eso de tu bloguera favorita, jajajaja!
EliminarY lo bien que se viaja en AVE!
Muas!
Ya te lo comenté en tu anterior entrada, pero es que me encanta que compartas esta experiencia con nosotros, podría estar horas y horas escuchando historias de personas que hayan vivido una época, ya sea estudiando o trabajando en Estados Unidos, sin duda alguna, porque me quedé con las ganas...
ResponderEliminarAl igual que tú, no sé si será por la cantidad de pelis que he visto, me atrae mucho la vida de los americanos...
Espero ansiosa la siguiente crónica, además, una nota, me gusta mucho cómo lo describes, parecía que lo estaba viviendo ;)
Y a mí me encanta poder compartirlo ;)
EliminarCómo me emociona que me digas esas cosas tan bonitas, aix...
Besotes!
A ver cómo sigue tu aventura al otro lado del "charco"....(a mí, los aviones, tampoco me hacen mucha "ilu"....¡pero todo sea por "ver mundo"!!!).
ResponderEliminarBesos!
Es lo malo que tiene que te mole viajar (sobre todo a sitios lejanos), que algún avión tendrás que pillar!
EliminarUn beso!
Uff, tres aviones, qué pereza!!! A mi los EEUU nunca me han llamado la atención, pero me alegra saber que a ti sí, sobre todo porque así leo otro punto de vista y no el de las pelis americanas ;)
ResponderEliminarBesitos
A ver si consigo que los EEUU te parezcan un poco más atractivos ;)
EliminarBesotes!
Si, nosotros también tuvimos el rollo de los test en la luna de miel y eso que era Canadá, pero pese a eso volvería encantada. Sigo tu interesantísima aventura aunque sea con un día de retraso.
ResponderEliminarUn besazo!
Yo también volvería, y si de paso puedo pasarme por Canadá, mucho mejor!
EliminarHabrá que esperar a que me toque la loto ;)
Besitos!
Como te he dicho, me traes muchos recuerdos de mi propio viaje. A mi me encanta viajar, no me importan las horas ni los transbordos y mientras mas países mejor jaajajaja. Y también tuve a alguien que me avasalló de camino a mi nueva casa. Cada vez que lo recuerdo me dan sudores jajaja, pillaba palabras sueltas y trataba de enlazarlas pero estoy segura de que me perdí muchas cosas jajaja
ResponderEliminarBesos
A mi viajar me gusta, pero los aviones no ;)
EliminarPor suerte el Dr. B me hablaba en castellano, pero mis primeras conversaciones en inglés fueron para llorar, jajajaja!
Besos!