viernes, 28 de octubre de 2011

Mentirijillas paternas

Hoy estaba recordando cosas de mi infancia y pensaba en que mis padres tenían una habilidad fuera de serie para contarme todo tipo de bolas y que yo me las tragase hasta el fondo. Los motivos solían responder a dos motivaciones principales: tomarme el pelo o protegerme de alguna manera. Ahí van un par de historias...

Mi padre es alemán (un día os explico la historia de amor de mis padres, que siempre me ha emocionado mucho) y cuando yo era peque, solíamos ir de vacaciones a Alemania. Nos alojábamos en la casa de unos campesinos que alquilaban habitaciones. No recuerdo cómo los contactaron mis padres por primera vez, pero cada año repetíamos. Su granja estaba situada en una carreterita bávara con un nombre ideal: la Romantische Strasse. Desde allí programábamos excursiones al castillo del rey Loco (el Neuschwanstein, que para mí era un castillo de cuento de hadas), a los pueblos pintorescos de la zona, y al bosque. Me encantaba ir al bosque. Buscábamos setas y las llevábamos a la granja. Allí la campesina descartaba las venenosas (¡glups!) y con las comestibles nos hacía una sopa que era un pecado de lo buena que estaba. Uno de los años que viajamos allí había una plaga asquerosa de avispas (imagíneseme corriendo de un lado a otro y chillando cada dos por tres) y para ahuyentarlas íbamos equipados con unos matamoscas. Yo estaba harta de tanto insecto, la verdad. En los bares colocaban jarras de cerveza en cada mesa para que las avispas fuesen allí a morir de coma etílico...En fin, que me despisto...Un día de los que íbamos al bosque, mis padres me dijeron que como en los árboles se había acumulado mucha resina, cuando pasase debajo de un árbol debía colocarme el matamoscas en la coronilla. Pos vale, tú me lo dices, yo me lo creo. Por allí andaba yo, dando botes y buscando sapos con el matamoscas en la cabeza. Al final ya se me olvidaba lo de la resina e iba a lo mío, la caza del sapo. Y cantaba (ojo al dato a lo cursi que era): "¡Un sapito sapón para mi colección!". Por cierto, en una de estas, persiguiendo a un sapito hasta el agujero que había en la base de un árbol, salió una pedazo bestia de batracio que me pegó el susto del siglo con su "CROA" de ultratumba...Ese bicho debía pesar medio kilo por lo menos y salí corriendo y gritando como la niña de ET...Bueno, a lo que iba...Al día siguiente mis padres me confesaron que en realidad lo que había en los árboles era una plaga de garrapatas de tres pares de cojones. Caían desde las alturas y habían picado a bastantes personas...Me pillé un cabreo monumental, me sentía indignada porque no me hubieran dicho la verdad desde el principio. Claro que si lo hubieran hecho, la menda no pisa el bosque ni de coña...

De vez en cuando, mis padres se iban de escapada romántica y me dejaban al cuidado de mi abuela. En una de estas, yo, con ganas de tocar las narices, les conté una mentira. Cuando me llamaron para saber cómo iba todo les expliqué que en el armario de los abrigos había encontrado polillas y que habían destrozado toda la ropa. Y se lo creyeron, jejejeje. Me encantó ser yo por una vez la que les colaba un gol. Unos meses después se fueron otra vez de finde, esta vez a San Sebastián y coincidiendo con el Festival de Cine. Me llamaron para darme el parte del día y mi madre comenzó a explicarme súper emocionada: "¡No te lo vas a creer! Hemos ido a cotillear un poco al Festival y ¿¿¿a que no sabes a quién hemos visto??? ¡A Tom Cruise!". Lo confieso, en aquella época me tenía el corazón robado (ahora no me gusta nada...), y esa noticia me dejó en estado de shock. Me explicaron detalles del encuentro, yo babeaba, estada lerda perdida. Y de pronto mi madre me dice: "Por cierto, Tom estaba un poco raro, tenía cabeza de polilla". ¿Eh? ¿De polilla? Mecagoen...sí, me estaban tomando el pelo. Ni Tom Cruise ni leches habían visto, era la venganza por mi bromita...

Me pregunto si seré igual de malévola con Peque, jejejeje. A mi me da que sí...

¡Buen finde!

5 comentarios:

  1. Jajajajjaa, me ha encantado!

    Así que tu también eres medio alemana! Pues tenemos que ser más o menos de la misma zona, porque nosotros somos Bávaros y una parte de la familia vive cerca de Neuschwanstein.
    Las mentirijillas me han encantado, se nota que teníais buen rollo. No se si mi madre también me colaría alguna de esas, tengo que preguntar...


    Muchos besos!

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  2. jajajajaja....qué bueno!!!!!!

    Me parto con el sapo y su CROA descomunal,jajajajjaa...y tú con el matamoscas de peineta, a lo Martirio, jajajaja!!!!

    Algunas mentirijillas molan....a mí me sacaban sugus de las orejas cuando me portaba bien, me tiré pensando que era una expendedora de caramelos durante mucho tiempo,jajajajjaa....

    Te sigo!!

    Besos

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  3. Mo, que infancia mas chula¡¡ esos paseos por el bosque, me imagino con el matamoscas en la cabeza jajaja.. me parto¡
    Tus papis te colaron alguna... y seguro que tu se la colaras a peke, siempre con ese humor y buen fondo ;D
    bEsos¡

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  4. Drew, pues sí, soy medio alemana, aunque de una forma un tanto particular...Si explico la historia de mis padres lo entenderás! Besotes guapa!

    Jeza Bel, me encanta tenerte por aquí, bienvenida! Te juro que el sapo del bosque era una bestia parda, qué susto!

    Annie 74, sí, tengo muy buen recuerdo de todos los años que viví con mis padres. A mis amigas les encantaba venir a casa y hablar con ellos, y tratándose de adolescentes, tiene su mérito! Un beso!

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  5. Me muero de ganas de que cuentes la historia de tus padres.....
    y me ha encantado lo de poner a las avispas a morir de coma etílico....qué grande...

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