viernes, 16 de septiembre de 2011

Cuando Peque habitaba en mí. Primera parte.

Vale, ya tienes tu positivo…¿¿¿¿Y ahora qué????

La mañana en que me hice el test, tenía que ir a trabajar, y mientras caminaba hasta allí (es un paseo largo, pero prefiero caminar a coger el bus, me da tiempo a pensar en mis cosas y ensimismarme con cualquier tontería) iba meditando sobre esa cosita que llevaba dentro de mí. ¿Estará bien? ¿Es normal no notar nada? ¿Seguro que estoy embarazada? ¿Será niño o niña? ¿A quién se parecerá?

Me sentía pletórica, feliz como nunca. Me crucé con alguna mujer embarazada de varios meses y pensé: “¡Madre mía, si yo también tengo a mi embrioncito conmigo!”. Alucinante.

Al llegar al trabajo lo primero que hice fue explicárselo a mi compañera. Yo soy así, me cuesta mantener la boca cerrada con este tipo de cosas. Ipso facto llamé a mi padre y también se lo conté (él no es que sea muy efusivo, pero se alegró mucho).

Entonces comencé a pensar en la gente a la que se lo diría y en cómo lo haría. Para empezar, esa tarde había quedado con una amiga, E, para apuntarnos a patinaje sobre hielo. Llevábamos dos años asistiendo a cursillos y tocaba iniciar el siguiente nivel. Yo aparecí a la cita sin mis patines y con una sonrisa de oreja a oreja, E tardó pocos segundos en deducir lo que ocurría y mirándome ojiplática exclamó “No!”. Estaba alucinada, porque la verdad es que me quedé embarazada tan pronto, que no se lo esperaba. Le chafé el plan del patinaje, pero enseguida nos emocionamos y divagamos durante horas sobre bebés, barrigotas y demás menesteres bebunos. En los días siguientes fui llamando a mis amigas más cercanas para darles la noticia. Me hubiera encantado hacerlo en persona, pero alguna vive lejos, y no podía mantener el secreto hasta verlas…

Para notificarlo a la numerosa familia de Mr X (excepto a sus padres, que ya sabían incluso que tenía un retraso) le pedí al susodicho que esperásemos por lo menos a la primera eco, y le pareció bien. Dos conocidas mías habían tenido que someterse a un legrado tras ver en la eco que se trataba de una gestación anembrionaria (o huevo huero) y no quería que lo supiese más gente en ese momento.

Antes que nada pedí hora con el ginecólogo para que me explicase cómo iba el tema. Fui con Mr X y el médico me dio algunos consejos (de alimentación, ejercicios podía hacer, etc.). Pero hasta las 8 semanas no se podía hacer una ecografía, y el oráculo ginecológico decía que yo estaba de 6 semanas (en realidad yo calculaba que estaba de menos tiempo, pero el oráculo es el oráculo…después las ecos confirmarían lo que yo pensaba). Me quedé un poco descolocada, porque el buen hombre asumió sin más que yo estaba embarazada, no me mandó hacer ninguna analítica complementaria…¿Y si me había equivocado? ? Tocaba esperar (pero la menda al día siguiente se hizo otro test de orina…que siiiii, pesada, que estás embarazada).

El día de esa primera ecografía estaba hecha un flan. Mr X es más tranquilote, y la experiencia es un grado, con tres churumbeles previos, ya se sabía de la misa la mitad. Me hicieron tumbarme en la camilla y hale, a ver si vemos algo. ¡Pues se vio y se oyó! Eso sí que no me lo esperaba. Que un renacuajo del que apenas se identificaba ni la cabeza tuviera latido me impresionó, y la lagrimilla se me escapó furtiva la tía mientras miraba el monitor. ¡Felicidades, habemus embrión! Y de una o dos semanas menos de lo que decía el oráculo (si conoceré yo a mis ciclos, irregulares y largos como ellos solos…eso sí, para el gine, la fecha de la última regla – aka FUR- va a misa, o sea que todos los cálculos se basaron en ella).

Aún era pronto para que lo supiera todo el mundo, pero Mr X y yo somos unos bocazas, y se enteró hasta el quiosquero. Mis únicos síntomas fueron unos leves mareos después de cenar, muy parecidos a cuando sufro alguna bajada de tensión, y un aumento del tamaño del pecho (bueno, y estaba mucho más sensible, me dolía con sólo mirarlo). Nada de náuseas, vómitos…de lujo.

Por aquellas fechas hicimos un par de viajes. Uno para ver a mi padre, que vive en la otra punta de España, y tuvimos la mala suerte de pillar un tramo de obras en la que todo eran baches. A mí me acojonaba que Peque se me soltase en algún traqueteo, así que me pasé una hora con el culo levantado para evitar el movimiento...El otro viaje fue por trabajo de Mr X, a Madrid. Como él tenía que trabajar yo me pateé El Prado, el Retiro, la Plaza Mayor, la Puerta del Sol, todo medio a pie medio andando....¡Madre mía, que avenidas más inacabables! Acabé hecha una piltrafilla, pero me encantó. Me sentía tan bien acompañada, que lo disfruté muchísimo.

A las 12 semanas me hicieron la segunda eco. El médico que me las hacía era muy divertido. Se lo estuvo mirando todo bien y comenzó a pasar la sonda por una zona concreta del feto. Arriba, y abajo, arriba y abajo y vuelta a empezar. Entonces soltó: “Bueno, parece que tiene pichilla, así que no me puedo jugar una cena, pero una Coca-Light va a favor de que es un niño”. Me quedé estupefacta. ¿Ya podía verse? Y también un poco descolocada, porque me hacía ilusión que fuera una niña. Pero se me pasó enseguida. Le envié una mensaje a mi amiga E y le dije “Bye bye Barbies, hello Micro Machines, ¡parece que es un niño!”. Ella siempre había dicho que sería un mozalbete.

Iban pasando las semanas y poco a poco comencé a notar que mi tripa crecía, pero durante bastante tiempo pareció más un atracón que un embarazo.

Poco tiempo después, en una revisión, el ginecólogo me preguntó si quería hacerme el triple screening, y le dije que sí. Los resultados tardaron poco y fueron positivos. Le pregunté al médico si él consideraba que era necesario hacerme la amniocentesis y me dijo que lo tenía que decidir yo (no se mojó, y lo puedo entender, pero un poco de empatía hubiese ayudado…de eso le falta bastante a mi gine). Fue lo más difícil de todo el embarazo. Miré miles de páginas webs y foros buscando las experiencias de otras mujeres para ayudarme a decidir. El triple screening es sólo un estudio estadístico, puedes tener un mal resultado y que el bebé esté sano o un buen resultado y que el feto sufra alguna enfermedad. Me daba mucho miedo que mi hijo estuviese mal, pero también me aterraba perderlo durante la amniocentesis. No sabía qué hacer. Incluso Mr X me dijo que decidiese yo. Lo hable con mi padre y él sólo dijo: “ Tu madre no permitirá que este bebé venga mal”. Mi madre, ya os lo conté, murió hace unos años. Vivir todo este proceso sin ella ha sido agridulce. Las palabras de mi padre cuando le pedí consejo me calaron, y pensé que si mi hijo tiene un ángel de la guarda, sin duda es mi madre, así que después de darle muchas vueltas opté por no hacerme la prueba.

Cuando estaba de unos cuatro meses, aquellos movimientos raros que al principio atribuí a mis ya de por sí moviditos intestinos, comenzaron a mostrar una pauta diferente, más repetitiva, y el día de Año Nuevo estuve segura del todo, ¡eran patadas de mi bichillo! Ahora que lo sentía era mucho más real, no sólo una imagen gris es un monitor. Mi peque estaba lleno de vida y creciendo a marchas forzadas.

6 comentarios:

  1. Que bonito!!! Me encanta como lo cuentas, super emocionante...
    Entiendo la reacción de tu amiga, se debió de quedar como yo cuando mi mejor amiga me dijo que estaba embarazada, que shock y que ilusión, todo junto!

    Y lo siento, pero me ha hecho mucha gracia lo del viaje. Aguantaste 1 hora así? Campeona!

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  2. Drew, lo del viaje tuvo tela, y sí, pringué cerca de una hora en esa postura...Cosas que haces por tu retoño o futuro retoño! Gracias por tus palabras...

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  3. Qué lindo Mo! Oir el latido tan tan pronto es alucinante, yo tampoco lo esperaba!
    Imagino la cara de alucinada de tu amiga, una forma genial de decírselo, sonrisa y sin patines.
    Es verdad que durante esos nueve meses no te sientes sola, siempre acompañada, curioso y genial la sensación.
    Esperando que continues la historia.

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  4. Mama de parrulin, todo lo que experimentamos durante el embarazo es tan emocionante...Me encanta recordarlo con vosotras. To be continued...

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  5. Que recuerdos mas bonitos¡¡ que emocionante es la primera eco.. esa en que escuchas solo los latidos y te das cuenta de que si.. que está ahi.. tu bichito jeje.
    Te sigo.

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  6. Annie74, pues sí, es todo un subidón...Gracias por venir!

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