Peque ha cumplido sus primeros quince meses de vida. Y me parece que fue ayer cuando llamábamos a un taxi a las seis y media de la mañana para ir al hospital y darle la bienvenida a nuestro retoño.
La verdad es que mi amorcito es un terremoto. Camina desde hace un mes y medio, y me encanta oír sus pasitos cuando se me acerca gritando “Mamá-mamá-mamá-mamá”. Lo dice así, todo seguido, y desde hace poquito tiempo noto que lo dice sabiendo que esa tal “mamá” soy yo. Aunque la verdad es que lleva unos cuantos días bastante papi-adicto, y ahora se oye mucho más “Papá-papá-papá-papá”. Para un hijo que tengo yo (mi pareja tiene tres más), va el tío y me esquiva cada vez que me acerco con sonrisa melosa y los brazos abiertos…Por cierto, tendré que buscarle un nombre blogosférico a mi maridín (he pensado varios y ninguno me convence, así que creo que me voy a quedar con una aséptica X, Mr X que queda rollo súper-héroe).
Mañana Mr X llevará a Peque al pediatra porque le toca una vacuna. Me encantaría llevarlo yo, porque a Mr X siempre se le olvida alguna de las preguntas que le he chivado que tiene que hacer, pero el trabajo me lo impide (y Mr X tiene fiesta). Entonces sabré cuánto ha crecido y engordado mi fierecilla (cosa que en realidad no me preocupa porque come como una lima) y revisaremos el tema fimosis…Sí, Peque parece que no se va a librar del dichoso corte en sus partes pudendas. Pero para eso aún falta, creo que nos dijo la pediatra que sería cerca de los tres años…En fin, tal y como yo se lo veo dudo que el agujerillo se abra de otra manera.
Y la semana que viene lo llevaré por primera vez a la escuela! Aixxx, que me veo saliendo de allí con el moco colgando y el corazón encogido. Me he pedido unos días de fiesta para poder hacer la adaptación, es decir, llevarlo cada día un ratito para que se vaya habituando al nuevo ambiente sin que tenga la sensación de que lo dejo allí abandonado al pobre. Buff, va a ser durillo, pero es lo que tiene ser madre trabajadora. Si no necesitase mi trabajo tengo claro que lo cuidaría yo (he de decir, de todas maneras, que las profesoras de la escola bressol me parecieron de lo más profesionales y encantadoras, así que no dudo de que estará en buenas manos). Hemos tenido suerte de entrar en la escuela municipal. Económicamente la diferencia es abismal, y los medios que tienen estas escuelas son fantásticos. Espero que a Peque le parezca igual de bien…Me preocupa un poco que ha desarrollado la (mala) costumbre de morder cuando se emociona. A ver que nos dice la profesora cuando se lo comente en la entrevista que tenemos dentro de dos días. Por lo que he leído, cerca de un diez por ciento de los niños muerde a esta edad, y suele ser por diferentes razones (por experimentar, por exceso de energía, como auto-defensa, para llamar la atención e incluso para demostrar amor). Yo creo que Peque lo hace porque va pasado de vueltas a nivel energético, pero a ver cómo lo ven en la escuela.
Quince meses ya, casi no me lo creo…
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