Como explicaba en mi último post, estando mi padre en la UCI nos planteamos cancelar la boda. No sabíamos cómo iban a ir las cosas, y por encima de todo yo me sentía sin fuerzas para seguir con un proyecto que requería energía y estar en un momento más optimista que el que estábamos viviendo. Día a día cancelaba citas relacionadas con el casorio (la prueba de maquillaje, la despedida de soltera...) y empecé a hacerme a la idea de que no iba a poder ser. Un día se lo expliqué a mi padre. Me miró cómo si acabase de aterrizar desde Ganímedes y me advirtió que si se nos ocurría cancelar el bodorrio me las iba a tener que ver con él. Ja. Encima pretendía que le hiciese caso. Mi amigas blogueras, que me animaban vía whatsapp, me aconsejaban que esperase un poco antes de tirar la toalla. Me decían que tenía que obedecer a papi. Yo les argumentaba que si papi había sido tan cabezota como para no ver que tenía que ir a un hospital, su criterio acerca de mis nupcias no tenía lugar. Aprovecho aquí para agradecer de nuevo el cariño que me ofrecieron mis chicas. Las horas de hospital son muuuy largas, y poder compartir esos momentos y echarle unas buenas risas quitapenas se agradece un montón. Del mismo modo, leer a ratos vuestras entradas me conectaba con una realidad más alegre y llena de vitalidad. Ni que decir tiene que la familia y amigos 1.0 también estuvieron ahí apoyando, alentando y pintando un futuro mejor. A pesar de ello yo no conseguía visualizarme con una sonrisa el día de la boda, y esa imagen de novia triste aún me deprimía más.
Durante varios días Mr. X y yo pensamos en qué debíamos hacer. Anular o no anular, ese era el dilema. Finalmente, y dado que mi padre iba mejorando y me daba yuyu enfrentarme a su ira si lo contrariaba (modo irónico on) decidimos seguir adelante con el proyecto boda.
Tras once largos días en la UCI, los médicos decidieron subir a mi padre a planta. Aún tenían sus reservas, pero su condición se había estabilizado y no había motivos para seguir en cuidados intensivos. Mi padre se las prometía felices una vez allí, confiaba en salir en dos días a lo sumo, pero Mr. X y yo no lo teníamos para nada claro. De cualquier modo fue un soplo de aire fresco abandonar esa lúgubre y aséptica área del hospital y yo empecé a respirar y re-emocionarme con la boda. Ah, y mi padre tuvo su codiciada tele.
Durante esos días, por la mañana Mr. X y yo hacíamos las últimas compras y recados pendientes y por la tarde nos instalábamos en el hospital. Así como en la UCI los doctores tenían una hora concreta para dar el parte, en planta nunca coincidíamos con el equipo médico. Mi padre estaba pendiente de una última prueba. Toda la planta (enfermeras, fisios, personal de soporte...) sabía que el alemán guasón de la última habitación se quería pirar YA porque no quería faltar al enlace de su niña. Por eso y porque quería comida decente de una vez. Un martes por la mañana le hacían la última prueba. Mr. X y yo fuimos por la tarde para conocer el resultado del estudio y tras dos horas de espera no aparecía nadie. Fui a preguntar a las enfermeras y me dijeron que el médico había pasado a mediodía y que ellas no nos podían decir nada. Yo, que tiendo a ser demasiado sumisa en ese tipo de circunstancias, acepté sus explicaciones y me retiré a la habitación angustiada. Pero Mr. X... ahhh, amigo, Mr. X sacó esa mala leche que no exhibe a menudo pero que acojona hasta a una servidora y me animó a pedir explicaciones a algún responsable del servicio. Total, que volvimos a salir para hablar con las enfermeras, Mr. X alias poli malo y la menda, poli buena, suavizando a mi iracundo marido. Tras cuatro convincentes frases de Mr. X la enfermera llamó al jefe de medicina interna del hospital. Él vino enseguida y nos puso al día. Quedamos en que hablaría con sus colegas y si todo el equipo médico lo veía conveniente procederían a darle el alta a mi padre.
Aquí voy a hacer un inciso. Hay tantos tipos de médicos como de personas, claro está. No pretendo generalizar ni catalogar a los profesionales del sector, pero madre mía, que bálsamo para el alma es encontrar un médico empático, cercano, cariñoso, que te escuche y que te mire los ojos y al corazón cuando habla.... Que sepa ponerse en la piel del enfermo y de su familia. Así fue el doctor que nos atendió. Una luz en el camino (y eso que no puedo quejarme del trato recibido durante todo el proceso, pero a veces uno se topa con el muro de la burrocracia y le dan ganas de sacar la artillería pesada).
Por cierto, cuando la enfermera a la que Mr. X había reclamado información vino a hacer la cura a mi padre confesó que lo había reconocido de la tele... Se va a ganar fama de veterinario gruñón. Je.
Al día siguiente nos presentamos en el hospital a primera hora para hablar con el comité de sabios. Y esperamos, esperamos, esperamos... sin resultado. De nuevo llamamos vía enfermería a nuestro ángel de la guarda particular (AKA Dr. S) y en cinco minutos estaba con nosotros.
Hablamos con él fuera de la habitación y nos dijo que quizás había habido un pequeño malentendido, que hablaba con sus compañeros y nos decía algo. Nosotros que ya pensábamos que nos íbamos ese mismo día… Vuelta a la ansiedad. Esperamos media hora más y por fin llegó el Dr. S. Nada más entrar en la habitación miró a mi padre y le dijo:
“Wie geht's?”
Y acabó de conquistarme. ¡Ángel de la guarda y encima germanófono! Mi ídolo hecho médico…
Yo no hablo alemán, pero algo pillo. Seguí la conversación entre el doctor y mi padre con el corazón acelerado. El internista explicaba que el comité estaba de acuerdo en "liberarlo", pero no sabían si ese mismo día o al siguiente. Heute vs morgen.
Mi padre juntó las manos en un gesto de súplica enternecedor. Heute, susurraba. Y el médico sonrió y accedió, porque al margen de analíticas, patologías y libros, sabía que la mejor medicina para su paciente era estar con los suyos.
Heute, sentenció asintiendo, y una hora después estábamos en el coche camino a casa. Con un padre ojeroso, débil y delgado que no dejaba de soñar con un plato de jamón.
Faltaban tres días para la boda.
Ains nena! Qué me he emocionao!
ResponderEliminarQué mal lo tuvisteis que pasar, y qué cielo el doctor! Si me ha conquistado hasta a mi!
Desde luego que no hay mejor medicina que estar con la gente que quieres.
Muaks
Hola Traxi! Pues sí que lo pasamos mal... pero bueno, el bache se ha trampeado.
EliminarEstoy enamorada del Dr. S. Se ha convertido en el médico de referencia de mi padre. Y estoy muy contenta con el resto de doctores que lo llevan últimamente. Un gustazo...
Muas!
Lo siento en el alma, me perdí la entrada anterior y no sabían nada de lo de tu padre, de verdad siento que se me pasar. Me alegro de que estes mejor y ya he leído en algún blog que hubo bodorrio. Un beso enorme para todos.
ResponderEliminarNo te preocupes mujer, faltaría más!
EliminarSí que lo hubo, sí... :D
Besotes!
No sabía que tu papá estaba malito, lo siento en el alma. Millones de besos
ResponderEliminarMuchas gracias Suu...
EliminarMuas!
No sé qué pasa con los comentarios pero últimamente se me borran todos y luego da un coraje que pa qué... grggrgrgrgrgrgrgrgrgrg
ResponderEliminarTe decía muchas cosas, así que me salieron de forma natural y ya me mosqueé y no quieren salir...snifff
Me alegro que de momento tenga la historia un final feliz, quiero leer más!
Ahhh si si! y te decía que seguro le habíais puesto un cortador de jamón exclusivo al lado de tu papa en el bodorrio y se recuperó! a que sí!??!?! jajajajaja
Besos!
PD: Copio por si acaso...
Ohhh, sí que da coraje!!
EliminarEn realidad Mr. X le regaló un jamón nada más salir... XD
Besotes!
BUaaaaaaaaaaa regalazoooo! Joe con tu maridín...jajajajja
EliminarY cuando se acabó le regaló otro, jajajajaja!
Eliminar¿Cómo te quedas?
XD
Bueno sabiendo que todo esto promete final feliz, recojo el corazón de la mesa y me lo pongo en su sitio :/ ... Qué crónica más bien contada, llegan mucho esos ratos tan malos que debisteis de pasar. Estas piedras del camino hacen que los finales felices se saboreen mucho más. Esperamos impacientes ese desenlace ;)
ResponderEliminarUn abrazote
Muchas gracias guapetona...
EliminarProntito, prontito...
Muas!
Guapa! Todo el verano desconectada, empiezo a ponerme al día y a recuperar costumbres blogueriles :) Menudas aventuras preboda!! Menos mal que acabó todo bien! Tienes tanta razón en lo de los médicos empáticos...dan una serenidad que hace mucha falta en esos momentos. Un besazo!!
ResponderEliminarHola Paula!! Yo también estoy en pleno re-enganche, jejejejeje...
EliminarBesotes!
¡Y yo qué tampoco sabía nada ni leí tu anterior entrada! no se en qué planeta vivo, ains. Espero que tu padre esté mejor, ya os contarás, y que nos cuentes tu bodorrio, que me tienes sin uñas jajaja
ResponderEliminarEs que he estado muy desaparecida... :)
EliminarMi papi está mejor, aunque el pobrete ha quedado delicado de salud... es lo que hay.
Venga, a ver si en el próximo post puedo solucionar lo de tu salud ungueal. :D
Muas!
Joer, que bien escribes leñe!!! Me has emocionado... y yo también he caído rendida a los pies del Dr. S. Es muy importante cuando estás viviendo en un hospital la empatía y a veces falta mucho...
ResponderEliminarBesotes!
Muchas gracias Dibujos... El Dr. S se merece un monumento, te lo digo yo... ;)
EliminarBesotes!
¡Estás casada con el House de los vetes jajaja!
ResponderEliminarQué bien que el susto se fuera diluyendo...
18+2
Bueno, para House aún le falta algo de mala leche y un bastón, jejejejeje...
EliminarMuas!
PS: 18 ya!!! :D
Madre mia, que bien cuentas las cosas preciosa, me tienes toda enganchada y eso que me se el final ;)
ResponderEliminarUn besote y espero que ese super aleman siga mejorando
Mil gracias Yo misma!!
EliminarEl alemán está delicadillo, pero bueno, poquito a poco.
Besazos!
Acabo de leer los dos posts a la vez. Menos mal, porque después de leer el primero me quedé fatal...
ResponderEliminarMe alegro mucho de que le diesen el alta. Espero que siga mejorando. Y enhorabuena, señora de Mr X!!!!!!!!! :)
Muchas gracias Marián!
EliminarMuas!
Que bien que fuera heute y no morgen :-) Los alemanes otra cosa no, pero duros son un rato.
ResponderEliminarBesos sister!
Anda que no lo sabes tú bien sister... ;)
EliminarBesotes!
Madre mía que ecatombe de emociones en tan poco tiempo.
ResponderEliminarTendrás una boda distinta que contar a los nietos, y sobretodo con final feliz.
Me alegro que tu papi esté ya en casa con su tele y su jamón y me alegro de que pudierais celebrar el enlace.
Disfrutad.
Besos.
Distinta lo fue, desde luego, jejejeje...
EliminarMuchas gracias Mukali.
Muas!
En lo cabezota me recuerda a a mi tío. Jajajajaja. Me alegro de esté mejor. Si es que los alemanes son muy duros!!! Ya lo dice Claudia Schiffer... Jajajaja. Besotes.
ResponderEliminarJajajajaja! Bueno, si lo dice la Schiffer... será verdad! :P
EliminarBesotes!
Por Dios! Estoy en un sinvivir con el tema de la boda!!! JAjajajaja. Me alegro mucho por tu papi y que pudiera salir del hospi!!!!!Un besazo!
ResponderEliminarMuchas gracias Madi, seguiré contando, jejejeje...
EliminarMuas!
Dioses. Una acaba de reincorporarse al mundo informático después de casi dos meses sin acceso a ordenata y me he quedado de piedra. Ayer me puse al día con el blog de Mismellis, que dice que no escribe mucho, pero menos mal, que sino tengo lectura para una semana. Ahora entro en el tuyo para ver como iba lo de la boa ya que me quedé cuando no encontrabas ropa para los nenes y la pedistes por internet. Creí que me encontraría ochenta mil y medio (como dice Tsunami cuando algo es muy gordo) de crónicas del bodorrio y me encuentro dos entradas acojonaditas en versión hospitalaria. Por suerte veo que todo ha ido bien, ufff... que susto. Una vez comentastes que la vida de tu padre era para escribir una novela. Veo que sigue acumulando capítulos para varias entregas y que no falten las entregas, pero con final chulo.
ResponderEliminarAsí que al final el germano tuvo la boda de la nena :-) que bonito. Seguro otro día nos darás más pistas de como fue.
Así que mister X ha regalado dos jamones serranos al suegro. ¡¡¡¡Que marido!!!!. Yo cuando estaba embarazada de Tsunami le pedí a mi media costilla que me trajera un pollo al ast que creo ha sido el único antojo que he tenido en mis dos embarazos y aún lo estoy esperando. Desde entonces cada vez que paso por un puesto de pollos giratorios siento una necesidad compulsiva de entrar comprar uno y devorarlo yo solita. Me dirás porque no he comparado alguno, pues lo hice, pero sigo con el antojo... será que tengo que zamparme dos para reponerme, como los jamones.
Un besazo Mo, espero estar pronto plenamente operativa que os añoro a todas.
Pozi nena, las cosas han ido así... En esta vida nunca hay que dar nada por sentado, me temo! Pero bueno, de momento está estabilizada la cosa.
EliminarMr. X es el yerno ideal. Y no exagero ni una miaja. Palabra de Mo. :)
Besotes!
Emocionada por la historia y por la existencia de médicos como el que te has encontrado, que saben que la cura no es sólo física y no implica solo al paciente sino también a su entorno. Y como guinda en el paste lo dice en alemán... das ist gut!!!
ResponderEliminarDanke schön Remorada!!!!
EliminarMuas!
Fue Heute!!! Viva!!! Diossss. Me tienes In Albis!!!
ResponderEliminarSí!!!! Lo fue!! :)
EliminarBesotes!
ay ay ay :)
ResponderEliminarJejejeje...
EliminarBesototes corasao!
Desde luego es una bendición cuando te encuentras a un médico así , porque muchos son los contrario . ¡Qué bueno que se van solucionando las cosas!
ResponderEliminarSí que lo es Seoane... En esta vida me he encontrado de todo, y cuando das con uno como el Dr. S... qué paz.
EliminarMuas!
Bravo por Mr. X y por los médicos amables, cercanos y empáticos!!!!.. Vaya días...
ResponderEliminarEstamos pendientes de pruebas ambulatorias, no?. Se sabe algo?.
Todavía no sabemos nada definitivo, sobre la marcha...
EliminarBesotes!