Me ha costado...vaya si me ha costado. Volver al gimnasio, digo.
Durante el verano hice un "kit kat" en mis sesiones de natación mañaneras, con la firme promesa de retomarlas una vez comenzase el curso escolar. Pero claro, empezó el curso y yo tenía que pillar el ritmo. Y luego estaba la boda de mi amiga E y la despedida, y el discurso, blablabla. No me sentía con fuerzas. Y luego...me quedé sin excusas. Así que, o volvía o me daba de baja de forma definitiva del gimnasio. Reconozco que paladeé esa opción con fruición durante unos días antes de decidir que no podía ser, que tengo que cuidar mi maltrecha espalda, que una de hacer algo de ejercicio para mantenerse vigorosa y espléndida. Que hay que ir, vaya.
Lo más doloroso del tema es que por el horario de Peque en el cole yo me veo obligada a levantarme a las siete de la mañana para estar en el gimnasio a la siete y veinte, nadar, ducharme, volver a casa y llevarme a mi niño al cole. Qué pupita. Las siete. Que yo entro a trabajar a las diez, ¿eh? Pues eso. Las siete.
Este martes, sin pensarlo demasiado, procedí a mi reincorporación a las actividades acuáticas. Sonó el despertador, me cagué en todo, y me encaminé cabizbaja al gimnasio.
Lo cierto es que nada más respirar ese olorcillo a cloro, algo se activó en mí y recordé lo a gustito que se está a remojo y lo tonificada que sale luego una para enfrentarse al día. Pensé que cambiando de franja horaria no habría ninguno de mis viejos conocidos, pero fue maravilloso descubrir que mi querida japo girl seguía al pie del cañón con su fantástico ritual de siempre. No nos dirigimos ni una palabra, pero ni falta que hacía.
Pensaba que al ir más temprano habría menos gente en la piscina. Error. Había más, ¡mucha más! Una de dos, o a los nadadores somos unos masocas redomados a los que nos mola madrugar y lanzarnos a un agua casi helada o ha habido un principio de curso lleno de buenas intenciones y muchos y muchas se han apuntado al gimnasio. Espero que sea lo segundo y vayan cayendo como moscas.
Sólo quedaba un carril libre (mi favorito, por cierto, el del extremo), y compartí espacio con un hombre que lo de "nade por su derecha" no lo ha pillado. Él nada a lo grande, expansivo, ocupando todo el lugar. El primer día me acordé de su familia cada vez que chocábamos. Al principio pasaba de mí, pero creo que por despiste, porque luego ya me pedía perdón. Y a mí con amabilidad se me conquista.
Hoy de nuevo tenía dos opciones, o compartía carril con él (al que denominaremos hombre barbudo, que lo es y mucho) o lo hacía con un desconocido en uno de los carriles centrales. Y a pesar de que tenga que hacer filigranas para evitar tropezar con él, más vale malo conocido que bueno por conocer. Y vaya, que me cae bien. Hemos nadado torpemente durante media hora y él ha salido antes que yo (como el martes). Intuyo que me lo voy a encontrar cada día. Si eso, algún día espero que haya otro carril libre, no se vaya a pensar el hombre que pretendo ligar con él, que yo sonrío tras cada topetazo y al final creerá que ando flirteando.
Dos largos antes de dar por finiquitada mi sesión, un hombre panzudo y sonriente ha invadido brevemente mi carril para poder salir por la escalerilla, y mientras lo hacía me ha mirado y me ha dicho: "Me gusta como mueves las manos, ¡lo haces poéticamente!". Toma ya. Me he descojonao viva, y le he agradecido el piropo, que me ha parecido sincero y saleroso. Luego he seguido nadando con mi (por lo visto) poético estilo y examinándolo a conciencia creo que es más bien fifi, pero si el tío lo ve poético, poético queda.
He salido de la piscina y cuando iba a entrar en el vestidor he visto que el hombre barbudo me decía adiós con la mano. Me parece que he hecho un amiguito (o dos). Así da gusto volver al redil.
¡Ole tú! Ojalá volviera yo jajaja
ResponderEliminarPues ya sabes, vale la pena hacer hacer el esfuerzo!!
EliminarMuas!
jaja, te admiro mucho, porque a mi me suena el despertador a las siete y lo apago y me doy la vuelta si es para ir al gimnasio, aunque reconozco que el tiempo que fui dos días a la piscina salía encantada de la vida, pero me pudo la pereza del pelo mojado... soy un desastre. Un beso y cuidadín con el barbudo.
ResponderEliminarYo intento concentrarme en esos momentos sublimes cuando sales del gimnasio con el cuerpo relajadísimo y la mente despejada. No tiene precio. Y lo del pelo nunca me ha molestado, jejejeje...¿Me tengo que preocupar por el barbudo? :P
EliminarBesotes!
Madre mía, triunfando por todas los carriles!! Qué gracia lo de las manos. Si es que todo lo tiene bonito mi Mo!!
ResponderEliminarFeliz finde.
Un besito.
Jajajajajajajajajaja! Yo me meaba con el comentario, me encanta la gente espontánea que te alegra el día :D
EliminarMuas!
Mo, donde va triunfa! Jaja
ResponderEliminarSi es que da mucha pereza, pero y lo bien que luego se siente una.
Besos poéticos
Muaks
Jajajajajaja! Hombre, ya será menos...Pero este tipo de cosas dan vidilla, jejejeje...
EliminarOtro beso poético para ti!
Mo, estás hecha una conquistadora¡ Y eso a las 7 de la mañana, que tiene plus¡ A mí me daría un perezón, que lo de la natación además lleva mantenimiento inmaculado depilatorio...uff¡
ResponderEliminarUn besote campeona¡¡
(somas Vaya Telita, que sale otro nombre y ya no sé ni porqué)
La depilación la llevo al día con mi amiga Gillette, jajajajaja!
EliminarDe conquistadora tengo poco, pero parece que mis manos van por libre! :D
Muas!
Oye!!! estas que te sales del carril!!! jejejej.
ResponderEliminarMira lo mismo al final de temporada acabas con ellos de cervezas y super amigos.
Hacer ejercicio cuesta solo el arranque, despues no puedes prescindir del gusanillo deportivo.
Besotes.
Pues nunca se sabe, jejejeje....
EliminarSí, es exactamente eso. Cuesta arrancar, pero luego vale la pena y engancha.
Besotes!
Jajajaja mira que me he descojonado yo con ese piropo... ocurrencia tiene eh??? siempre consigues sacarme la sonrisa al leer, me encanta pasar por aquí, es casi ya que una de mis terapias jejeje. Besicossss
ResponderEliminarSi que tiene ocurrencia, sí!
EliminarOye, eso de ser casi terapia me ha llegado al alma, y ese si es un piropo maravilloso!
Muas!
Te admiro... Yo no tendría fuerza de voluntad! Aunque reconozco que empezar el día con ejercicio tiene que ser bueno por necesidad...
ResponderEliminar¡Hola María!
EliminarBueno, creo que cuando te das cuenta de lo bien que te sientes, notas que las resistencias desaparecen y que hasta lo haces a gusto. :D
Un beso!
Hola guapa! Solo quería decirte que el comentario de antes era mío también, que había dejado logueada mi otra cuenta de gmail... #desastredemujer
ResponderEliminar;)
Ahhhh! Ya me preguntaba yo quién era, jajajajaja!
EliminarMuuuas!
Jajaja... que buen ánimo tiene la gente a esas horas de la madrugá!! ;)
ResponderEliminarDesde luego, tiene su mérito, jajajajaja!
EliminarBesotes!
¿Sigue ahí nuestra japo girl? Tenemos que averiguar más sobre ella...
ResponderEliminarYo nunca me veré en una de esas. Entre que no madrugo ni por decreto y no me muevo más que para ir a la ofi a volver a sentarme... Así voy a acabar, sí. ¡Qué orgullosa estoy de mi niña, que no sólo madruga sino que encima hace buenos amiguitos con sus movimientos poéticos! Jajaja. Besotes.
Jejeje, Álter, tengo claro que lo tuyo no es madrugar...Pero pruébalo algún día, igual le pillas el truqui y todo!
EliminarLo de ser poética me viene de nuevo, así que poco puedo decir al respecto, jajajaja!
Muas!
Cuesta mucho arrancar, pero ¡hay que ver lo bien que te lo has pasado! Te veo formando cuchipanda de nadadores con el barbudo, el galante y la japo :D
ResponderEliminarJajajajaja! Sería un panda peculiar, sin duda!! :D
EliminarBesotes!
Mo conquistando a nadadores veteranos... Bssss
ResponderEliminarJajajajajajajaja! ;)
EliminarMuas!
¡¡A las 7 de la mañana!!!
ResponderEliminarno me extraña que te cueste, a mí ni se me pasaría por la cabeza...
mira que llevo más de un mes intentando salir a correr, y creo que en total he conseguido salir como cinco días. El ejercicio no es lo mío.
Te hago la ola, y nunca más apropiadamente. Un beso!
Yo siempre he pensado que el ejercicio no es lo mío...y vale, no es que sea una deportista nata, pero al final le vas pillando vicio a eso de las endorfinas, jajajaja!
EliminarBesotes!
Te admiro, yo no podría. Me obligué a ir a natación en el segundo embarazo y me costaba lo más grande, entre que no me gustan las piscinas y el coñazo de tener que ducharme allí y todo... Ufff qué va, qué va, ni por mi maltrecha espalda que bien le vendría. m
ResponderEliminarYo es que noto una diferencia abismal entre ir a natación y no ir...Y las piscinas me encantan (aunque el agua podría estar un poco más calentita...arrrg!).
EliminarMuas!
Dios mio de mi vida y mi corasón !!! a las 7 de la mañana, eso sí es moral y amor al cuerpo sano !! Lo de las manos me ha llegao al alma , carámba con el panzudo, que buen piropo a esas horas, jeje. Con el barbudo puedes intentar como con los peques , antes de ir a nadar le pillas y le dices " tienes que nadar por tu derecha , lo has entendido guapo ? a ver... por dónde tienes que nadar, repite conmigo... por al derecha ", y luego le das una chuche, a lo super nanny, jeje
ResponderEliminarBesos
Jajajajajaja! Yo creo que el pobre hombre es incapaz! Mejor me adapto a sus peculiaridades y seguimos siendo miguitos, jajajaja!
EliminarBesotes!