jueves, 3 de abril de 2014

Llueve


Me levanto. Es una mañana con muy poca luz (pero eso ya lo sabía yo, que para eso hago más caso al pronóstico meteorológico de mi móvil que al tío del tiempo). Ayer recogí la ropa tendida y menos mal, porque al salir al patio veo todo el suelo marrón. Ha llovido barro. Genial. Pero bueno, la ropa está salvada, así que pongamos una sonrisa al día.

Salimos de casa entre lloros porque Peque se quiere llevar un cuento al cole, pero yo voy cargada con paraguas, magdalenas (caseras y exquisitas), la bata del cole y mi bolso. Si pretendo llevar de la mano a Peque no doy para más. Rabieta al canto, pero por suerte, esconderme tras la columna del vestíbulo activa la neurona del juego de mi niño en cerocoma y salimos de casa de buen humor. Además, ahora no llueve.

Peque alucina con el color pardo del suelo. No es habitual ver así la ciudad. Me pregunto de qué sitios remotos vendrán las partículas de fango que arrastra la lluvia (leí una vez que habitualmente vienen del Sáhara). Mi mente empieza a vagar por desiertos infinitos y calores abrasadores. Pienso en Tuareg.

Un tirón del brazo me devuelve al presente y a mi churumbel, que está orgulloso de haberme avisado de que el autobús al que por inercia estaba a punto de subir no es el nuestro. Cien puntos para él.

Nos bajamos y me encuentro con mi amiga T. Coincidimos algunas veces en parte del trayecto y me alegro mucho de verla. Cómo molan las casualidades y las sorpresas matutinas.

Un tío capullo se salta un semáforo en verde para los peatones y le suelto un berrido, pero entre risas, porque no tengo ganas de estar de mal humor y porque me huelo que el tipo no ha empezado el día con buen pie. Esperemos por el bien de los conciudadanos que se relaje un poco...

Dejo a Peque en el cole y voy caminado hasta el trabajo. Chispea algo de lluvia, pero me da pereza infinita abrir el paraguas. Veo mi reflejo en un escaparate y me doy cuenta de que conservo la sonrisa que lucía al salir de casa. Raro para un día de lluvia, pero por lo menos hay dos razones para que el agua no me moleste. Primero, es poca cosa, unos toques leves aquí y allá que más bien acarician partes de mi cuerpo y las hacen sentir vivas. Segundo, porque la luz del día es mágica y evocadora, de un cobrizo algo irreal, como en una película antigua. Tercero, porque la temperatura es absolutamente perfecta. Por una vez desde que empezó la primavera llevo la cantidad exacta de ropa para no sentir ni frío ni calor. Cuarto, porque sé por el chivato del móvil que el fin de semana va a hacer un sol espectacular, y saber que este intermedio acuático será breve lo hace mucho más interesante. Al final eran más de dos razones.

Abro la puerta del trabajo. Y sigo sonriendo.



25 comentarios:

  1. pues qué maravilla de mañana y qué habilidad la tuya para sortear lo malo que te va apareciendo en el camino :) feliz día!

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    1. Bueno, tengo que decir que abril es mi mes preferido, jejejeje...Es entrar la primavera y ponerme de buen humor! :)
      Muas!

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  2. Esto, perdón, tu frase "cargada con paraguas, magdalenas (caseras y exquisitas), la bata del cole y mi bolso" me deja sin palabras. Te invito a que vengas un lunes a mi casa: 1 bebé, 2 niños, 3 mochilas, una nevera que lleva la leche materna, mi bolso y una nevera para guardar la leche materna. Canija va colgada pero los niños van de mi mano.

    En serio crees que no puedes llevar a Peque de la mano?

    Me ha costado después conseguir centrarme en tu post, pero me encantan los post con ese positivismo, así que sigue sonriendo.

    Besitos

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    1. Eso es porque no has visto la bolsa de magdalenas...:P
      Besos!

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  3. Que bonito! Me alegro de que la lluvia no ye estropeara la sonrisa. Aunque, si es por peque... a ver donde habríais acabado!

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    1. El día está acabando y la sonrisa ha aguantado bastante bien, jajajajaja! Veremos mañana! :)
      Muas!

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  4. Jiji y sonriendo he terminado de leer el post! qué bonica lectura! Aquí literalmente también ha llovido barro, Miguel iba con sudadera blanca y se le a quedado con lunares marrones jajajaja. Qué bonito libro! Toooma buenas razones para sonreir y para mí muuuuy importante que vuelve Lorenzo jajaja. Muackss

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    1. Sí, lo del barro ha tenido tela! Meeenos mal que recogí la ropa!!!! XD
      Que disfrutes del Lorenzo!
      Besotes!

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  5. Que chulo, pues mañana igual pero sin lluvia..jaja. Un beso

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    1. Eso, eso, que un día de lluvia ya es suficiente, jejeje...
      Muas!

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  6. Uno acaba mejor el día si lo vives en positivo y con una sonrisa... ;)

    Besotes!

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  7. Pues a mí también me arrancaste ayer una sonrisa cuando lo leí. Y mira por donde, hoy hace más sol... Un besote!!!

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  8. No hay nada mejor como saber tomarse esa lluvia con una sonrisa... da igual si hemos tenido que sacar de nuevo el nórdico y las botas... na... que hay que tomarse la vida con esa sonrisa que no sé por que me hace pensar que hay algo que nos nos dices!!! ;)
    petonets i bon cap de setmana

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    1. Jajajajaja! Pues no! Fue lo que me alegró, estar de buen humor sin más motivos aparentes. Creo que tan o más importante que ser feliz es saber que lo eres.
      Petonets!

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  9. Qué guay! Hay días que nada ni nadie consigue torcerlos, verdad? Un besazo y buen fin de semana!!

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    1. Pues sí, es exactamente así!
      Buen fin de semana guapetona.
      Muas!

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  10. Madre mía, menudos artistas...Buen fin de semana para vosotros también.
    Besotes!

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  11. Yo voy con retraso poniéndome al día despues de mi paradita de la semana pasada.
    Pero qué post tan bonito que te ha quedado! Cuanta positividad!
    Por cierto, me flipa lo de que llueva barro!!
    Un beso!

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    1. Muchas gracias guapetona!
      Lo del barro...ya sabes, cortesía del norte de África. :D
      Besotes!

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  12. Es que todo depende de los ojos con que se mira.
    Siempre hay motivos para sonreir, hasta cuando la lluvia es barrizosa (existe el palabro o lo acabo de inventar ...jajaja)

    Un besote.

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