Pues eso, he estado un poco missing (o desaparecida, como se prefiera), porque los viracos han invadido la república independiente de mi casa...
Comenzó Peque hace una semana con fiebres altas, y tras la visita de rigor al Centro de Atención Primaria, el diagnóstico pediátrico fue de faringitis vírica. Mejoró bastante a los dos días (aunque por la noche vomitaba moco...cambio de pijama y sábanas cada dos horas, ¡ni en la pasarela Gaudí, oiga!), peeero, el jueves apareció de nuevo la fiebre. A todo esto yo con un trancazo del quince. Esta semana mi jefa se ha ganado el premio a Jefa Tolerante y Comprensiva del Año, porque entre lo que he faltado porque Peque estaba pocho y lo que he faltado porque yo estaba hecha un asquito...Suerte que llovía y los clientes brillaban por su ausencia.
Pues como decía, el jueves reapareció la fiebre. Mmm...¿Y ahora qué tiene? El viernes por la mañana fue a la escuela, y por la tarde lo llevé con su abuela. En el cole estuvo bien, pero algo decaído. Al llegar a casa de los abuelos, tachán, algo de fiebre otra vez y respiración dificultosa. La madre de Mr. X me dijo que me lo llevase pitando al hospital, que cuando el hermano de Mr. X era pequeño tuvo una pulmonía y empezó así. Total, que llamé al padre de la criatura con cierto acojone en el cuerpo y nos llevamos a Peque a urgencias pediátricas. Llegamos a las seis, más o menos, y nada más llegar nos dieron una pulserita de plástico identificativa súper fashion para Peque y un montón de pegatinas para los informes. La recepcionista me dijo con una sonrisa: "Sentaos, que ahora os avisamos". Ayyy, ilusa de mí. Estuve esperando hasta las ocho y media para entrar. Mientras tanto Mr. X se fue porque tenía que atender una visita en su clínica. La verdad es que Peque se portó bastante bien (y eso que a pesar de tener fiebre iba como una moto pidiendo "alala", que es galleta en su idioma, y corriendo de una persona a otra). En dos horas y pico me dio tiempo de saberme de memoria las caras de todos los nenes y padres que estaban esperando. Con algunos era fácil deducir por qué estaban allí (resfriados, caras enrojecidas por la fiebre, brazos en cabestrillo, chichones...), pero alguno me despistó por completo (como un chaval de unos catorce años, bien vestido con su uniforme, que estaba charlando tranquilamente con su mami y haciendo los deberes de inglés...ni idea de qué podía pasarle...).
Por fin nos llamaron para pasar y la enfermera nos preguntó por el historial de Peque mientras yo lo desnudaba y le ponían un pulsioxímetro en el pie (para medir las pulsaciones y la saturación de oxígeno). Le miraron la temperatura con su cacharro supersónico que da la lectura en un microsegundo y me dijeron que ya venía la doctora. Debió tardar como media hora, porque Peque se me durmió en brazos. Cuando llegó se disculpó por el retraso. La verdad es que viendo el percal en la sala de espera entiendo que no se pueda ir más rápido. Y el trato fue excelente por parte de todo el mundo, así que por mi parte ninguna queja. La doctora fue un encanto con Peque. Le hicieron una nebulización (que no le gustó nada de nada, tuve que entretenerlo mirando fotos de su papi en el móvil, que no veas lo papiadicto que está...), pero como mejoró sólo parcialmente, decidieron hacerle una placa. Aluciné con lo bien que se portó. Lo tendí en la camilla para la radiografía y le pusieron dos pesos en los brazos para mantenerlo quieto. Salí mientras hacían la placa y allí se quedó tendido y espachurrao, flipando con las lucecitas, imagino...
Total, que volvimos con la doctora y el diagnóstico definitivo fue una bronquitis. Nada grave, por suerte. De hecho esta semana se habla del tema en el Diario de una mamá pediatra. Eso sí, del pack de medicaciones que le dieron a Peque, ¡el Ventolín le puso como una moto y no había quien lo durmiera! Hoy mi pequeñajo ya está fresco como una rosa. Ya hemos pasado por la catarsis de la primera (y ojalá última) visita a urgencias...
Pobre Peque!!! Menos mal que ya esta bien. Oye alucino lo bien que portó no? A cuidarse y a reponerse del todo!! Muchos besitos!!
ResponderEliminarNosotros hemos pasado por esto en varias ocasiones, es tremendo, por nebulizaciones, a menudo. Lo solucionamos poniéndole otra mascarilla a Pocoyo y otra a mamá. Cuando le han tenido que hacer una placa siempre me han dejado entrar, eso sí.
ResponderEliminarEn fin, Mo, paciencia y poco más. Y un christmas a tu jefa por lo menos!
Que ascazo de virus!!!!!
ResponderEliminarMe alegro que el peque ya esté mejor...y qué bien se portó!!!!!....y tú, espero que también se te haya quitado el gripazo!!!!
Mucha paciencia...que este tiempo es lo que tiene...y ójala no haya que pasar más por urgencias!!!
Un besoo
María, sí que se porto bien, la verdad es que me sorprendió mucho. Lo único con lo que berreó como un poseso fue con la exploración de la boca...Con eso sí que no puede. Besotes!
ResponderEliminarMamá de parrulín, pues sí que tienes experiencia...Me apunto tu truqui para la nebulización, aunque espero no tener que recurrir a él...Y sí, a mi jefa le caerá algún detallito las próximas fiestas, que se ha portado muy bien. ¡Un beso!
Jeza Bel, ya estamos mucho mejor los dos, menos mal! A ver si pasamos el resto del invierno más tranquilitos (¡¡cruzo los dedos!!). Muas!
Me alegro de que esteis mejor! Pues menos mal que lo de urgencias te lo tomaste con humor, pero me alegro de que se portara tan bien (que majete, no?) Lo de los pesos en los brazos me ha dejado alucinada, supongo que será menos violento que atarles, no? Besos!
ResponderEliminarDrew, la verdad es que viendo como estaba urgencias y que Peque estaba relativamente bien comparado con otros pequeñajos, no me supo mal esperar. Tengo bastante paciencia y comprensión para estas cosas (siempre que considere que me atienden correctamente, eso sí). Lo que está claro es que Peque me lo puso muy fácil...A mi también me soprendió lo de los pesos, que eran como sacos de arena, pero de alguna manera han de tenerlo quietos, pobretes...(con los bichos se ha de quedar alguien a aguantarlos, no hay más...o eso o sedación al canto). ¡Besotes!
ResponderEliminarMe alegro de que estéis ya mejor. Se comprende la ausencia. Tranquila por eso y a recuperarse bien para encarar el resto del invierno.
ResponderEliminar¡Muchos ánimos, Mo! en nuestra casa somos superespecialistas en bronquitis porque nuestro querido hijo ha cogido tropecientas desde que tiene 9 meses (aunque este invierno-toco madera-parece que la cosa ha empezado a mejorar...). La verdad es que hay que tener mucha paciencia porque ellos lo pasan muy mal (y, efectivamente, se ponen "como motos" con el ventolín...) y los papás, también.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Mama mimosa, gracias por los ánimos, a ver si pasa pronto el frío y llega la primavera (jajaja, anda que no falta, pero yo soy de temperaturas cálidas, qué le vamos a hacer...).
ResponderEliminarLaura, lo vuestro es un master en bronquitis, madre mía...Ha sido empezar el cole y vernos rodeados de viracos. En fin, poco a poco...¡Un besote!
Que bien que esté mejorando!
ResponderEliminarBien por tu jefa! (si es que los veterinarios dicen que son muy buena gente...!)
Yo ayer también tuve una larga espera en pediatría y acabé conociendo nombres y dolencias de niños y madres!
Aunque da un pooc de mal rollo, no? en plan, a ver si lo de mi nena no va a ser nada y termina cogiendo aquí cualquier cosa?
Besos
Nenica, mi jefa es un solete cuando quiere,y eso que no es veterinaria, ¡jajaja! Y sí, en pediatría había de todo...¡espero que tu nena ya esté bien! ¡Un beso!
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