jueves, 18 de enero de 2018

Chabel, Chabel, ¡qué bien!


Hace unos días leía este artículo de la Psicomami, y reviví un pequeño trauma infantil. Resulta que con doce años quise la Super Van de Chabel. La quería con todas mis fuerzas, siempre me han entusiasmado las casitas miniatura con miles de cositas microscópicas, y la Super Van era el paradigma de los enseres en miniatura. Mi madre por aquel entonces trabajaba de forma temporal en una agencia de publicidad, y por mi cumpleaños sus compañeros quisieron hacerme un regalo (mi madre solía llevarme a la agencia y me los metí a todos en el bolsillo con mi célebre savoir faire –basado primordialmente en que para ser una preadolescente no daba nada por culo-). Debo decir que adoraba aquel lugar. En una habitación guardaban muestras de todos los productos que representaban, y me dejaban entrar a menudo en la sala de juntas, donde podía ver capítulos en primicia de las series de dibujos del momento. El paraíso terrenal para una niña prepúber.

El tema es que tantearon a ver qué quería. Y yo quería la Super Van. Ignoro si mi madre no hizo llegar el mensaje de forma correcta, si decidió motu propio que ellos fuesen los que escogiesen o si pensó que con doce tacos no estaba ya para casitas de muñecas sobre ruedas (creo recordar alguna conversación al respecto, pero pudiera estar equivocada, que estamos hablando de algo que ocurrió hace tres décadas). El caso es que mi regalo fue un peluche blanco descomunal con forma de algo parecido a un hipopótamo. Muy achuchable, sí. Pero la antítesis de una miniatura y desde luego algo muy lejano a mi Super Van. O, seamos realistas de una vez, la Super Van que nunca tuve.

Peque este año tenía una lista de regalos para Navidad muy particular. Particular por dos razones. Una, que era una lista de una sola cosa y dos, que me daba tres patadas que fuese lo que más ilusión le hiciese. Me estoy refiriendo a una pistola de juguete. Que sí, que es un regalo que piden habitualmente, que no lo voy a convertir en un delincuente juvenil por comprársela, ya lo sé. Pero me daba tres patadas. Así que me vi inmersa en pleno conflicto maternal: ¿cedía a los deseos de mi vástago cumpliendo su anhelo navideño, o me regía por mis sacrosantos códigos de crianza antibelicista?

Se la compré, claro. Con disgusto, pero se la compré. O de lo contrario me lo veía dentro de treinta años escribiendo su propio blog y preguntándose en un post, qué parte de "quiero una puñetera pistola de dardos" no habían pillado sus padres la Navidad del 2017. En el fondo tengo la esperanza de que una vez conseguida la dichosa pistola acabe en el cajón de los juguetes olvidados y que la próxima vez lo que me pida sea una copia inédita de La historia interminable o un set de científico cuántico. Pero vamos mal, porque allí donde va, se lleva su pistolita y se lía a tiros con lo que quiera que se le ponga por delante.

Al menos me queda el consuelo de que con cuarenta años no soñará con la Super Van. Digo con la pistola.


PS: Si algún lector de este humilde blog tiene una Super Van, que sepa que puede hacer feliz a la niña que aún habita en mí. Gracias.







12 comentarios:

  1. Pues no tengo Super Van, lo siento (qué fuerte ese anuncio con el precio en pesetas). En cuanto a lo de la pistola, no te preocupes, yo tenía una de pequeña (de esas a las que ponías como unos cartuchitos de pólvora para que sonaran "como las de verdad") y no me he convertido en atracadora ni en asesina en serie ni nada. De hecho, soy extremadamente pacífica. Tal vez porque ya descargué toda mi agresividad con la pistolita de marras. Yo es que era una niña "rara". No me molaban las muñecas pero sí las pistolas y los coches de juguete. Pero vaya, que creo que cuando jugaba ni siquiera me imaginaba que mataba a nadie. Sólo la disparaba y ya. Besotes!!!

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    1. Cuando vi el anuncio pensé en ti, jajajajaja! Me encanta eso de que te digan que te va a costar MÁS de tantas pelas o euros. XD
      Pues mira, me tranquiliza saber que fuiste una pistolera infantil! De hecho, me decidí a comprar el juguete cuando Mr. X me explicó que también le encantaba disparar de pequeño, y ahora es un pacifista redomado.
      Muas!

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  2. No te apures, si es pistola de dardos puede ejercitar su puntería sin necesidad de jugar a hacer daño e incluso si juega a derribar/matar seres vivos, con una madre antibelicista no llegará muy lejos en la carrera de pistolero.

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    1. Espero que así sea Silvia! Si me sale soldado universal me da un parraque... XD
      Besotes!

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  3. Jis! He mirado por curiosidad en WallaPip y la tienen... Pues mi bebota de 6 pidió unas espadas para ser una auténtica guerrera china. Las tuve que comprar. Y juega a luchar. Yo también confío en que se le pase...

    Muac!

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    1. Andaaaa... miraré, jejeje.
      Esperemos que la fase belicosa no dure mucho! Fingers crossed!
      Muas!

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  4. mis primos, mi hermana y yo tuvimos unas pistolas que lanzaban tinta de colores que después se desvanecía... y luego dejaron de vender las tintas y todo se nos fue a la /%$@ xD

    Igualmente y aunque no se lo compres Peque se lo puede hacer todo con LEGO, así que para qué discutir?

    me ibas a dar pena con la Chabel, pero me ha dado tanta risa el anuncio con ese gorila que ahora solo puedo reírme xD

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    1. Tienes toda la razón, con Lego se fabrica de todo, ya lo sabes tú bien!
      Jajajajaja! Así que no te doy pena... XD
      Besotes!

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  5. Jajaja tu savoir faire no funcionó, qué mal.
    Pues mira, yo habría hecho lo mismo que tú. Es más, habría comprado la pistola y luego habría buscado la supervan y se la habría regalado al peque (la excusa, ya sabemos para quién es en realidad XD)

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    1. Jajajajajaja! Me encanta, eso sí es un plan. Voy a tener que hacerme con la Super Van cagando milks. :)
      Muas!

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  6. Jajajajaja yo no recuerdo esa Super Van!!! pero sí una granja de Pin y Pon que tampoco llegó a casa!!! Y qué rabia da que pidan pistolas, espadas... aquí de momento (que tarde o no llegue por favor)no han pedido pistolas, pero sí espadas y al final entraron cuando visitamos un castillo precioso en Olite y se compraron kit completo (espadas, escudos y yelmos). Y sigue soñando, que es gratis, con que te pide libros y juegos de investigación, a lo mejor te sorprende. Besotes.

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    1. Yo tuve la casa de Pin y Pon y me encantaba!!
      Estoy de las pistolas hasta las narices... pero como si no puedes vencer a tu enemigo te has de hacer su colega, ahora a veces me apunto a competiciones de puntería con Peque. XD
      Muas!

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