miércoles, 5 de octubre de 2016

La magia del orden


Hace semanas que le tenía el ojo puesto a este libro, pero andaba yo perdida entre las páginas de El amor en los tiempos del cólera y todavía no había llegado su momento.

Por fin, la semana pasada, lo ataqué. A bote pronto, pasar de García Márquez a Marie Kondo ha sido un poco heavy metal. Todos estos libros de autoayuda (yo lo incluiría en esta categoría) tienen a menudo una retórica repetitiva que me carga bastante, pero bueno, lo importante en estos manuales es el contenido, no el continente.

Empezaré por lo que me ha gustado. En primer lugar, la Marie y yo somos unas frikis del orden. Y desde pequeñas. Ella recuerda comprar revistas sobre almacenaje con cinco años, y yo me evoco yendo a casa de mis amigos y poniéndome a ordenar antes de jugar. Así de frikis (aunque ella me gana por goleada). Por esa razón, muchas de sus consignas son las mías desde hace tiempo y hemos llegado a conclusiones y métodos similares en varias cosas.

En segundo lugar, me ha servido para convencerme de que aún tengo que tirar más cosas. Y conste que poco me cuesta, pero hay por casa algunos objetos de los que no me he desprendido no sé muy bien por qué, y ahora ya están en mi punto de mira. Un ejemplo son los apuntes de la facultad. Cuando aprobaba cada asignatura encuadernaba todo el material con esmero y lo iba clasificando por curso. Con los años me he dado cuenta de que ya no lo consulto, y más de una vez rumiaba que lo tenía que tirar, pero luego me acordaba del trabajo que me dio encuadernarlos, blablablá… Marie me ha convencido de que cada objeto tiene su momento, y ahora toca darles carpetazo agradeciéndoles, por supuesto, el servicio prestado.

También me ha gustado la reflexión que hace sobre los recuerdos. A veces no tiras algo pensando que cada vez que lo miras invocas algo bonito/divertido/emotivo que ocurrió y que si te desprendes del objeto –al que, en sí, no le tienes cariño- perderás ese recuerdo, y eso es una falacia. Según Marie, has de coger el objeto y sentir si te da felicidad, y si no, al container.

Ahora vienen las discrepancias. Por un lado, le da una “vida” a los objetos que me chirría cosa mala (no podemos doblar unos calcetines en forma de bola porque es una falta de respeto después de las fricciones que nos ha evitado entre pie y zapato…).

Por otro, me da la sensación de que vive en un universo paralelo que yo no he conocido. Explica que al llegar a casa la saluda (a la casa, sí), se descalza agradeciendo el trabajo duro a los zapatos, entra en la cocina, enciende la tetera, va a la cama, deja su bolso en un tapete, lo vacía, guarda cada cosa en su lugar, se quita el reloj y las joyas, vuelve a la cocina, se sirve el té y se relaja. He resumido, porque hay más ritual por en medio (y siempre agradeciendo a cada objeto su función).

Mmmm… Veamos. Cuando yo llego a casa cada tarde con Peque, Perra, que nos ha oído desde el portal, se pone a ladrar y Peque le chilla que no ladre más. Cuando logro dejar en el suelo las bolsas de la compra, las cartas del buzón y la bolsa de deporte de Peque, hurgo en el bolso durante tiempo infinito hasta que doy con las putas llaves mientras trato de hacer callar a niño y perro de una vez. Abro a la velocidad del rayo para que no salgan los vecinos con la escandalera y Peque se pone a saludar a Perra, Perra a saltar sobre los dos, y yo trato de franquear la puerta cargada como una mula mientras los otros dos se hacen mimitos. Peque comienza a bramar que tiene hambre y Perra me urge para que la saque a hacer pis. Tiro mi bolso en una silla, enchufo unos frutos secos a Peque y nos largamos con Perra para que se relaje. ¿Dónde está mi té?

De esto deduzco que para entrar en el mundo Marie Kondo no has de tener ni hijos ni animales. Y no solo por el momento de paz al llegar a casa. También por lo del tirar alguna cosa. Cada vez que trato de hacer limpieza y vaciar un armario, Mr. X y Peque me hacen un placaje como dos hooligans enfurecidos para inspeccionar lo que me llevo entre manos, no sea que se me ocurra tirar alguna de sus valiosas pertenencias.

Además, Marie dice que sus clientes no rebrotan jamás, que una vez han catado el orden y la paz espiritual asociada, mantienen la armonía forever and ever. Pues qué mala suerte he tenido yo que no he conseguido reconducir ni a uno solo de los seres desorganizados que pululan en mi hábitat. Pero no desisto.

Podrá parecer que no me ha gustado el libro… todo lo contrario. De hecho, la Marie y yo somos almas gemelas, estoy convencida.

A todo esto, me he enterado de que el año pasado fue madre. ¿Le habrá dado ya un parraque?






28 comentarios:

  1. Yo he oido hablar bastante de esta mujer, pero no me convence, después de tus parrafos sobre los calcetines... ya me he quedado ojiplática... en fin. Tendré que leerlo, porque en esta casa el orden brilla por su ausencia y todo ordenado dura diez minutos a lo sumo. Un beso

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    1. Tiene sus cosas buenas, pero se nota que la filosofía vital de los japoneses y los latinos es diferente (y eso que soy cada vez me orientalizo más, jajajaja!).
      Muas!

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  2. Yo no había oído hablar del libro, pero lo de los calcetines me ha llegado al alma...seguro q ahora q es madre la han cambiado casi todos sus criterios, jajajaja
    Te comprendo perfectamente, porque yo también batallo cada día con 3 seres q llevan el desorden en el ADN....los 2 peques me han salido al padre, q se le va a hacer!! Así q el otro día cuando en la reunión de principio de curso de la peque la profe nos dijo q tenían q aprender a ordenar y que para eso "un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio" a mi marido casi le da un ataque, porque eso lo repito yo en casa todo el rato :-)

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    1. Yo creo que he tenido suerte con Peque, muchas veces recoge y guarda cosas sin que yo se lo diga... Y hoy le he prometido un festival, le dejo romper todos mis apuntes mientras yo los descarto, jajajaja! XD
      Besotes!

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  3. Yo no me lo voy a leer. Mi marido lleva el desorden en los genes y me costaría el divorcio sin duda. Bastante que está aguantando mi horrible síndrome del nido...

    Besos sister!

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    1. Haces bien entonces! Mr. X no es ordenado que digamos, pero trata de no desmadrarse demasiado y yo le agradezco el esfuerzo, ese es nuestro equilibrio. XD
      Muas!

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  4. Jajaja me parto con el ritual de esta señora. Yo estoy igual que tú: de los nervios y sin té.
    En lo que no estamos iguales es que yo soy la reina del desorden. No sé como lo hago, me sale natural. Hago lo contrario que tu, los rincones ordenados los desordeno en dos segundos ainss

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    1. Yo soy de esas personas que pasa por los estante rectificando la colocación de las cosas para que estén alineadas. Pero he asumido que con niño, adolescentes y perra, hay que renunciar a ciertos estándares por salud mental. :)
      Besotes!

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  5. Coincido totalmente contigo. Y es muy friki, si, así que yo solo me quedo con lo de despedirse agradecida pero sin miramientos (por lo que mis apuntes encuadernaditos están en casa de mi madre, que le sobra sitio... y es el primer paso hacia destino basura).
    Si no le da el parraque aún, espera a que llegue a los 4 o 5 años de vida el retoño. O eso o le sale igual de friki, que es otra opción muy posible.

    ^^

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    1. Cierto, puede que el retoño sea copia de su madre... O no. Jejejejeje...
      Muas!

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  6. buaff en mi casa el orden y yo tenemos una relación abierta. Y del libro no habia oido ...

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    1. Me habían hablado varias personas de él, supongo que por el hecho de ser tan friki como la autora! XD
      Besotes!

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  7. Yo antes era un caos total pero mi marido me ha ayudado que él es muy perfeccionista jeje

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    1. A mí el mío me ha ayudado a lo contrario, jajajajaja!
      Muas!

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  8. jaja, yo no lo he leído pero este verano hice una limpieza a fondo en casa siguiendo con su filosofía (mis amigas me iban contando que ellas sí lo leyeron jaja)

    Lo de los calcetines y dar las gracias a las cosas... Lo siento pero no puedo.

    Pero sí que me sirvió para tirar muchas cosas bajo su idea. Fíjate que yo pensaba que no era muy de acumular y aún así he tirado 17 bolsas de basura!!!

    Feliz domingo

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    1. Lo mismo me ha pasado a mí, me ha animado a tirar muchas cosas. Ocho bolsas de basura este fin de semana! :)
      Besotes!

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  9. Menuda casualidad!! Yo me lo compré hará un mes! Todavía no lo he terminado de leer pero me da la misma impresión que a tí. Se me hace un tanto repetitivo... y pensé lo mismo que tú: esta chica seguro que no tiene hijos jejejeje.
    Por lo demás voy muy lenta aplicando su método, de momento sólo le he hecho con el cajon de los calcetines...

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    1. Yo no lo he aplicado sensu estricto, pero me ha ido muy bien para descartar cosas! Ya nos contarás qué tal cuando lo acabes. :)
      Muas!

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  10. yo me leí hace dos años y no he vuelto a caer. qué desintoxicación liberarse de tantas cosas.
    a mí con lo de los calcetines también me parece que se le va un poco la pinza pero lo demás me hace mucha gracia, lo de agradecer todo a todas las cosas es muy de la filosofía japonesa, muy animistas.
    ¡viva la kondo!

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    1. Sí, se nota mucho que tenemos culturas del todo diferentes. Yo puedo sentir "vida" en algún recuerdo especial, o joya, por ejemplo, pero en los calcetines, como que no. XD
      Eso sí, qué de cosas he tirado! Llevo ocho bolsas y aún me queda! :)
      Besotes!

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  11. lo compré para mi mamá, a quien le cuesta desprenderse de las cosas, y le dije algo similar: es como yo, pero japonesa xD

    ahora, tengo que decirte que yo sí saludo a mi casa cuando entro xD

    la ropa sigue colgada y los calcetines hechos bola, si uno tiene un método que funciona no tiene por qué cambiarlo ò.ó

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    1. A mí no me da tiempo de decirle hola, Perra ya se encarga de reclamar mis atenciones XD
      Yo este finde, cuatro bolsas más! :D
      Muas!

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  12. Yo tambien lo tengo en mi lista de futuros libros para leer... pero despues de leer tu entrada... no sé yo si me va a gustar, creo que yo soy mas realista que la autora.
    Mil besos!!!

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    1. Bueno, ella es realista, a su manera :)
      Yo creo que tiene cosas que están muy bien, anímate!
      Besotes!

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  13. Jajajaj...me ha hecho mucha gracia como has relatado la comparación entre lo que propone Marie y el episodio peque y perro....
    Ese libro lo estuve yo mirando el invierno pasado, tambien me pareció interesante y muy zen...pero me daba que yo tampoco iba a poder cumplir sus premisas...jajaja.

    Un abrazo guapa!

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    1. Es que su escenario y el mío no son precisamente el mismo... Y el tuyo es aún más movidito! XD
      Muas!

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  14. Ay Mo como me río contigo y tus cosas. Pero ¿Quién te manda a leer esas cosas que incitan a la locura? Porque sí, es una locura pensar en orden con niños,adolescentes y demás convivientes... Yo renuncié a eso que se llama orden desde que me casé y tuve niños, cuando era soltera era una maniática del orden, todos los fines de semana me dedica a colocar todos los cajones, calcetines, ropa, todo por colores, incluso las perchas tenían que ser del mismo color por armario, ni que decirte con los libros ,pero eso como te digo se acabó hace rato pues era asumir la imposibilidad del orden estricto o volverme loca. Ese tipo de libros no me atrae me parecen una tomadura de pelo con afån recaudatorio.
    Un abrazo!!

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    1. Estoy de acuerdo contigo en que los libros de autoayuda destilan un algo que a mí tampoco me gusta. Dicho esto, el libro de Marie me parece que tiene cosas interesantes, reflexiones con las que estoy de acuerdo y otras muchas que me parecen imposibles con mi estilo de vida. Y si no, que vea lo que es tener adolescentes en casa. Juas! ;)
      Besotes!

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