lunes, 14 de marzo de 2016

Terapia de choque


Tengo vértigo. No es algo muy exagerado, pero los balcones bajos me dan grima, y cuando vamos al monte a hacer el cabra con Mr. X and Co, acabo en algún rincón hiperventilando mientras ellos peregrinan al pico más alto y escarpado.

Mr. X hace años que me insinuaba que le gustaría ir el globo. Yo le decía que vale, que yo le pagaba el viaje y que se fuese él solito. Pero él contestaba que no, que quería compartir la experiencia conmigo. Cabronazo.

Además de tener vértigo, me pico con facilidad. Como aquella vez en que Mr. X me arrastró a hacer submarinismo, o cuando probamos el vuelo sin motor… A ver, que hay experiencias que dudo que cate (véase el paracaidismo, por ejemplo), pero hay otras que me tientan lo suficiente como para pincharme y llevarme a pensar “¿y me lo voy a perder?”.

Así que ese fue mi regalo de cumpleaños para Mr. X, un vuelo en globo para tres personas (Peque no se lo quería perder).

Llegamos a las siete y media de la mañana al punto de encuentro, donde otras cincuenta personas se congregaban para ver como se inflaban –con sorprendente rapidez- los cinco globos que nos iban a transportar por los cielos.

Soy más de acojonarme en los días previos, una vez en el sarao, de perdidos al río, así que me puse a hacer fotos y me dejé contagiar por la excitación que se respiraban entre los asistentes. Unos cuantos saltitos histéricos para alejar el frío y los nervios me ayudaron pasar el rato (no muchos, que luego las rodillas se quejan).

En menos que nada ya estábamos dentro de la cabina, compartimentada en cinco zonas, una para el piloto, y las otras cuatro para los pasajeros. En una esquina íbamos Peque y yo, Mr. X iba con otro chico en diagonal a nosotros. Después de un buen chorro de fuego para calentar el aire del globo, soltaron las amarras y empezamos a levitar. Un metro, cinco, diez, veinte… Y ahí bajé el culo arrastrándolo hasta la pared opuesta del compartimiento buscando una cierta sensación de seguridad y me negué a ver como crecía la distancia entre el suelo y nosotros. Quien me mandaría…

El piloto iba calentando el aire y aquello subía y subía. Cuando para mí ya estábamos en la puta estratosfera, el piloto dijo: “Mil metros, a por los dos mil”. Dos mil tres cientos metros de altitud, alcanzamos. Las vistas debían ser espectaculares, pero yo prefería ver la cara de Mr. X, que estaba disfrutando de lo lindo y que cuando se giraba y veía mi jeta de sufridora se partía de risa, el muy... (¡lo que no se haga por amor!).

En ese punto el piloto sacó unas copas de cava y un pastelito, y aquello fue mi salvación. El burbujeante líquido rosado templó mi inquietud, y tras llenar mi copa dos o tres veces, empecé a asomarme al vacío. Y oye, qué pasada de vistas. Miraba unos segundos y volvía a la pared, que estaba serena, pero no borracha.

El piloto entonces le dio unos cubitos de hielo a Peque y a la otra niña que viajaba con nosotros y los animó a tirarlos por la borda y seguirlos con la mirada. Yo grabé el experimento y casi me da un soponcio al imaginar que era mi cuerpo y no un fragmento de hielo el que caía… Menudas ideas. Que por cierto, el hielo cayó en el bosque, pero Mr. X duda que se deshiciese por el camino, y me pregunté “¿habrá caído encima de un algún pobre pájaro o un zorro que campaban alegremente?”. De lo que estoy segura es de que algún móvil se habrá precipitado tras un selfie desafortunado.

Cuando empezó el descenso Peque y yo nos alegramos. Peque porque tenía los pies helados, yo porque deseaba pisar tierra firme. Después de haber estado tan altos, cien metros me pareció una altitud relativamente cómoda y disfruté mucho de esa parte del trayecto y de los numerosos intentos de aterrizaje (porque lo de aterrizar tiene su intríngulis, que si el globo acaba en un campo cultivado se arma una buena con el propietario del terreno). Después de comernos un árbol -cosa que me pareció hasta graciosa- la cabina tocó tierra suavemente y dimos por concluido el viaje.



No sé si tengo el vértigo controlado, pero por intentarlo, que nunca quede.











34 comentarios:

  1. ¡¡Q valiente!! yo no podría...de verdad, menos mal q mi marido no tiene esas inquietudes, yo vertigo mucho no tengo...pero con la facilidad que tengo para marearme, es una de las experiencias que me voy a perder, prácticamente seguro. Yo soy de las q pienso: Qué necesidad tengo yo de hacer eso?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marear no marea, la cabina del globo es muy estable. A mí me afecta más pensar que estoy a dos mil metros de altura, jajajaja! ;)
      Besos!

      Eliminar
  2. Qué guay!!! Yo también sufro un poco de vértigo pero en el fondo estas cosas me molan. No hay quien me entienda. Jajajaja. Besotes!!!

    ResponderEliminar
  3. Prueba superada!!
    Yo sufro bastante de vértigo pero también me pico con facilidad.
    Así terminé el año pasado en la caída libre de portaventura y casi muero al verme allí arriba. Y no había escapatoria!!
    El vértigo no lo superé pero no me quedé con las ganas de probarlo jaja.
    Eso sí, no repito!!
    Muaks!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todavía no he pisado Port Aventura, veo que ahí también me picaré, jajajaja! ;)
      Besotes!

      Eliminar
  4. Uinnnssss! Que vértigo y que pasada a la vez!!! Aunque yo también probaría, que un reto es un reto. Jis!

    Abrazos valiente!

    ResponderEliminar
  5. Qué valiente! yo no soy muy de emociones fuertes y también pienso qué necesidad tendré yo...pero tengo a papá Jirafa y la Jirafita (que es igual que su papi) que se apuntan a todo y ya más de una vez me han dicho lo de hacer un viaje en globo y cosas por el estilo. En fin, ya se verá. De momento, de aquí a un tiempecito nos libramos, jeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes tiempo para mentalizarte, jajajaja!
      Besotes!

      Eliminar
  6. madre mía, yo no tengo vértigo y me ha impresionado la imagen... Un beso enorme porque eres mi heroe por atreverte.

    ResponderEliminar
  7. Yo tengo mucho vértigo y lo que más me lo da es estar en alto y mirar hacia arriba xDDD

    Besos

    ResponderEliminar
  8. Guauuuu! Tiene que ser impresionante.... Felicidades por ser capaz de superar ese miedo. A mi tb me impone un poco pero no me gustaría quedarme sin probarlo, y tu entrada anima... Todo llegará
    Besotes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues anímate, que la verdad es que las vistas son alucinantes!
      Besotes!

      Eliminar
  9. Aleeeee!! Que chulada!!! Yo también hubiera acabado sentada en el suelo. Es más. Y con lo ojos tapados de vez en cuando. Que si me pierdo las vistas no me lo perdonaría. Que experiencia más chula

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay que mirar a ratitos... El cava ayuda, jajajaja!
      Muas!

      Eliminar
  10. Eres una valiente!!! Yo tambien tengo vertigo, pero está claro que una experiencia asi hay que vivirla!!! Debe ser espectacular!!! Lo que no pensaba yo es que cubiera tanta gente en la cesta del globo, no acabo de imaginarmela bien... je,je..
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay cabinas de hasta veintipico personas!! Un pasote!
      Besotes!

      Eliminar
  11. Qué pasada! yo soy como Alter, sufridora pero masoca xDDD

    Y ahora quiero cava y pastelitoooos! ><

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ya sabes Remorada! No te pilla muy lejos! ;)
      Muas!

      Eliminar
  12. Ohhhh qué pasada y qué envidia me das!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En algunas fotos mi jeta de pánico no da mucha envidia, jajajaja! XD
      Besotes!

      Eliminar
  13. hola guapaaa!! soy nueva por aqui pero vamooosss me he leido todo tu blog me encaaaaanta!! y lo del globo mis padres hace mil años montaron y cuando los vi lleeenitos de moratones ya se me quito ese gusanillo de montar en globo jajaj pero tiene que ser una experienciaaaa perdon por la palabra, acojonante!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida Be! Y gracias por tus palabras, ya son un montón de entradas para haberlas leído todas!
      Y sí, acojona, jajajaja!
      Muas!

      Eliminar
  14. Ay, que yo soy igual que tú... pero no tan valiente. Ni amor ni ocho cuartos, no me pillan a mi en globo ni loca... ya sólo de leerte me entra una cosa por el estómago... calla, calla

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajajajajaja! Supongo que en el fondo soy una aventurera ;)
      Besotes!

      Eliminar
  15. Madremiayomemuerodemiedoooooo!

    Te confieso que no soy nada valiente, jaja. Y aunque parece romántico lo del globo... Creo que no me subiría nunca jaja

    Eso sí, menudas fotos!!! Espectaculares!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando las miro apenas me creo que al final me atreviese, jajajaja! Reto conseguido! ;)
      Muas!

      Eliminar
  16. que pasada de fotos, pero tb quiero ver las de cara de acojone, jajajajaj.
    como ya te dije creo que no lograré subir a globo y papi peluchin mucho peor asi que no tengo quien me pique ;).
    besiños

    ResponderEliminar