A lo tonto a lo tonto fueron pasando las semanas y me encontré en medio de mi última semana en el zoo. Cada mañana, al ir hacia el hospital trataba de retener un poco de todo lo que me rodeaba: lo verde del paisaje, la fragancia de las plantas, la textura de la gravilla bajo las ruedas de mi bicicleta...Algo tan diferente a mi mediterránea vida habitual se había convertido en una exótica rutina, y me daba pena decir adiós. Pero también tenía muchísimas ganas de reencontrarme con mi familia y con Mr. X.
Una de las tareas que me tocó disfrutar esa semana fue la anestesia de un dragón de Komodo. Para variar, el Dr. B me relató las excelencias de esa especie, notificándome, como no, que era un reptil agresivo y peligroso.
Un Komodo, cortesía de Wiki
Su saliva es tan tóxica que a veces, si se le escapa una presa tras morderla, sólo se dedica a seguirla sigilosamente y a esperar que las bacterias que hay en sus babas rematen a la víctima. Pues bien, nuestro Komodito se había zampado una piedra enorme que debíamos extraer de su estómago. Teníamos dos posibles formas de sacarla: mediante un gastroscopio o con el sofisticadísimo sistema manual ingeniado por el Dr. B (es decir, meterle la mano por el gaznate y sacar el pedrusco). El Dr. B nos iba mirando a todos y mi brazo se le antojó el ideal para el trabajo...pero al final cambió de opinión y lo hizo uno de los cuidadores de los reptiles...(¡meeeenos mal!). El chico estuvo intentándolo quince minutos y justo cuando me fui a buscar la cámara de fotos lo consiguió. Un método poco ortodoxo, pero muy efectivo, sí señor.
A mitad de semana, como todavía estábamos disfrutando del Swamp Festival, quise escaparme para dar una vuelta por ahí pero nos avisaron desde una de las secciones de que había muerto un guanaco (por lo que tocaba hacer la necropsia). El Dr. B me dijo que la haría yo. Andaba yo preguntándome (como siempre) "¿Qué será un guanaco?" cuando el Dr. B me explicó que era un camélido sudamericano...¡Un camello! ¡YO SOLA! Casi me caigo al suelo del susto...Puse cara de agobio pensando por dentro: "¡¡¡¡Este hombre está loco!!!!". Y riéndose, el Dr. B me tranquilizó explicándome que un grupo de estudiantes de la Facultad de Veterinaria que habían venido de visita me echarían una mano...Me fui a la biblioteca a empollarme la anatomía del bicho y un rato después tenía a cuatro solícitos alumnos deseosos de hincarle el bisturí a la fallecida bestia.
Para que nos hagamos una idea...de la Wiki, cómo no
Fue algo estimulante. Unas semanas antes había pisado esa sala de necropsias hecha un manojo de nervios y chapurreando spanglish. Ahora estaba dirigiendo yo el procedimiento, contestando a las preguntas que me hacían y rellenando el informe. Tardamos casi tres horas en acabar. Ellos estaban emocionadísimos y yo más. Eso sí, al día siguiente las agujetas fueron del quince tras tanto menear arriba y abajo un cadáver de 120 kg. Me sentía muy orgullosa de mi hazaña. Tanto por el trabajo en si como por haber podido comunicarme sin problemas con todos los chicos. Ya sentía que me podía defender sin problemas (exceptuando a los cajeros automáticos de los supermercados -sí, estaban en los súper, con razón al principio no daba con ellos- a esos no los entendí jamás...).
Una vez finalizado el trabajo, me fui al Swamp Fest. Aunque evité por todos los medios que me pillasen otra vez para bailar, mi sex appeal fue superior a mis tácticas de escaqueo. Los atraía como moscas (véase prototipo de cincuentón, con shorts, camisa hawaiana y calcetines hasta la rodilla...si es que...un primor). Me habían dicho que había un grupo de canarios por allí, y como toda persona fuera de su tierra, andaba loca por encontrar algo que me recordase a mis raíces. En Nueva Orleans hay una colonia de canarios afincada desde 1770. Tenían una paradita, iban vestidos con trajes típicos regionales y explicaban cosas de su cultura. Pero todo en inglés, de castellano ni papa. Me quedé con las ganas de hablar en mi lengua...
Una noche antes de irme mi casera me invitó a cenar a un restaurante caribeño. Estaba todo riquísimo. Nos sirvieron patatas fritas que en realidad era "sweet potatoe", es decir, boniatos...riquísimos! (eso me recuerda que un día los tengo que cocinar así...). Yo pedí tortas de pescado con "habanero aioli" (lo que me emocioné al ver eso en la carta) y descubrí que la salsa en cuestión era como algo remotamente parecido al "allioli" pero que tenía más de habanero, sin duda alguna.
Un día más tarde, ya me encontraba empaquetando mis cosas para volver a mi casa. Me había ido despidiendo durante la semana de todos mis compañeros. El que sabía que más echaría de menos era el Dr. B, pero por suerte hemos mantenido el contacto todos estos años, y no dudaba de que así sería. Mi casera me llevó al aeropuerto y emprendí el viaje de vuelta. Otra vez los dichosos aviones, qué poquito me gustan...
Me emocioné muchísimo al reencontrarme con mis padres en el aeropuerto. Mr. X trabajaba y no pudo venir. Al llegar a mi casa descubrí su precioso regalo de bienvenida: una flamante bicicleta roja, para que no echase de menos la que dejé en Nueva Orleans. Desempaqueté mis cosas y a la hora de cenar llegó Mr. X. ¡Menudo abrazo! ¡Casi me tumba! (sí, y menudo beso también...). Fue tan bonito que casi me dan ganas de pirarme otra vez un par de meses para que me reciba así...
Y hasta aquí mis aventuras en el zoo. Gracias por seguirlas, ha sido un gustazo compartir con un público tan selecto mis andanzas animalescas.
Qué emocionante y qué genial final! Sí, habrá que pirares, jajaja
ResponderEliminarJajajaja! Es que los reencuentros son tan chulos...
EliminarBesotes!
Y ha sido un gusto leerlas... lo que aprende una contigo! Jjejejee
ResponderEliminarBesos!!!
Me alegro de que hayas disfrutado ;)
EliminarMuas!
Ohhh qué bonito todo! Me da pena que ya hayan terminado.
ResponderEliminarBesos y feliz puente
Sí, qué penica...
EliminarFeliz puente!
Qué monada de Komodo, tiene que ser total llevarlo con correa por la calle xD
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esta miniserie :)
Jajajaja! Esa imagen es total!!! ;)
EliminarBesotes!
Me han encantado tus aventuras en el zoo!!!..., ojalá te queden algunas anécdotas en el tintero..., las estaremos esperando.
ResponderEliminarLa bienvenida, espectacular!!!, así da gusta que te reciban! ;)
Un beso!
Me imagino que alguna cosa se me habrá olvidado...Si me viene a la cabeza os la cuento!
EliminarMuas!
Fan de tus historias de Nueva Orleans, ya lo sabes.
ResponderEliminarComo ya conté, como no he tenido esa experiencia me apasionan las que me cuentan, de verdad, qué suerte tener ese recuerdo TAN bonito...y útil, qué narices,
Una pena que se haya terminado esta sección, me encantaba :´(
Aix...gracias por tus palabras guapa...Sí que fue útil, y sobre todo divertido!
EliminarUn besote grande!
Me ha gustado muchísimo, especialmente ese final feliz. Me da penita que se acabe, aunque se que siempre tienes cositas geniales que contar.
ResponderEliminarUn besazo y feliz puente (si tenéis).
Jajajaja, tienes mucha fe en mí ;)
EliminarBesotes!
Qué historias más bonitas nos has contado y que final tan ecpectacular. La pena es que se acabe tan pronto, me tenías enganchada :-(
ResponderEliminarBesillos guapa
Sip, me tendría que haber quedado un añito para manteneros con historias una temporadita más larga, jejeje...
EliminarBesos!
Me han encantado tus aventuras del zoo.Y que recibimiento¡
ResponderEliminarBesitos
Gracias guapa!
EliminarMuas!
Si es que cuando uno se lo pasa bien, el tiempo pasa muy rápido.
ResponderEliminarUn beso!
Totalmente cierto!
EliminarUn besote!
Ohhh...qué penita, con lo que molaban...
ResponderEliminarMe imagino ese reencuentro súper romántico con Mr. X :))
Besitos!
Aixxx...ya te digo que hasta me piraría una temporadita para que me recibiese así otra vez, jajajaja!
EliminarUn besote guapa!
Oh, ya se ha acabado??
ResponderEliminarMe han encantado tus historias de NO!
Y qué bonito final, de película!
Muaks
Muchas gracias guapetona! Me encanta que os haya gustado ;)
EliminarMuas!
Vaya final...madre mía! :O
ResponderEliminar:)
EliminarBesotes!
Ooooohhhh!!! Lo dicho, me las releo desde el comienzo. ¡Genial!
ResponderEliminarQue lo disfrutes! Me ha gustado escribirlo, así lo tengo de recuerdo ;)
EliminarMuas!
Oh :( ya san acabao??? snif snif...que pena...me encantaban tus historias!!!
ResponderEliminarBueno...todo lo que escribes sigue siendo igual de interesante!!
Que envidia de experiencia
Alpaca se despide con:
Si los ciudadanos practicasen entre sí la amistad, no tendrían necesidad de la justicia.
Autor: Aristóteles
Mooogggaaaksrfff
Ya se ha acabado...Pero siempre se cuelan bichos en mi vida, así que... ;)
EliminarBesotes!
Qué gran final!!! Y qué detalle el de tus padres!!!
ResponderEliminarBesitos
Gracias Suu! :)
EliminarMuas!
Jo, me han encantado!!!! Me parece una experiencia alucinante, seguro que muchos compañeros te envidia :-)
ResponderEliminarGracias sister! Yo que siempre he sido un poco cagadilla, me alegro de haberme lanzado a esta aventura...Anécdotas a tutiplén para los nietos, jajajaja! Muas!
EliminarAins Mo, pues me ha encantado todo el relato, pero me da muuucha pena que se acabe :(. En fin, seguro que nos traes algo muy interesante también!!
ResponderEliminarY olé por Mr X y por tus padres!! Besazos guapa muass
Ya veremos si estoy a la altura de las expectativas, jajajaja!
EliminarUn besote!
La verdad que me han encantado tus historias, te han pasado cosas alucinantes que pocas personas puede contarlas... Mil gracias por hacernos reir asi!!!
ResponderEliminarMil gracias a vosotr@s por ser un público tan estupendo!!
EliminarMuas!
Que chulas!
ResponderEliminarMe han encantado!
Menuda profesional! (yo no le meto la mano al un Komodo ni harta de vino! y tú te libraste pero estabas dispuesta!)
Jajaja, menuda inconsciente, diría yo!!! ;)
EliminarBesotes!
Qué romántico tu Mr X!! y qué experiencias tan bonitas viviste se nota incluso en cómo las cuentas ;)
ResponderEliminarBesos
Sí, cuando se pone, es un romanticón, jejeje...
EliminarSin duda aquel viaje es una de las grandes experiencias de mi vida. Me alegro mucho de que el Dr. B se cruzase en mi camino :)
Muas!