Peque tiene una fascinación absoluta por “la edad tonta”, como ha bautizado a la adolescencia gracias a la mala influencia de su madre.
Creo que todo empezó cuando vimos a un grupo de chicas hablando a gritos por la calle, gesticulando exageradamente y flirteando con poco disimulo con un chico con el que se habían cruzado. Peque las miró y me preguntó enarcando las cejas qué narices era ese griterío como si lo que habíamos visto fuera un grupo de macacos con maracas en vez de un grupo de amigas. Yo le expliqué grosso modo en qué consistía la adolescencia y él lo resumió como la edad en la que te pones un poco tonto (ergo mis explicaciones debieron ser un tanto simplistas). Por supuesto, no escondí que hace la friolera de veintitantos años yo podría haber sido cualquiera de esas mozas, y que él, a su debido tiempo, también discurrirá el excitante mundo de la pubertad.
Unos días después nos cruzamos con unos chavales haciéndose los gallitos en unas escaleras mecánicas que hay cerca de casa. Iban saltando, bajando a contramarcha, desgañitándose al son del móvil de uno de ellos… Yo los fusilé con la mirada un tanto mosqueada porque iban tropezando con todos los pacíficos usuarios de las escaleras, pero Peque me miró divertido y apuntó:
-Mamá, dentro de unos años yo haré lo mismo. Ya sabes, la edad tonta.
Mi churumbel ha encontrado en el alboroto hormonal de la mocedad la excusa perfecta para dar rienda suelta a sus fantasías ocultas. Yo ya le advertí categóricamente que si lo pillaba molestando así al resto de sus congéneres iba a tener un problema o dos con su señora madre.
También le encanta el tema de tener espermatozoides. Está esperando ansioso el día en que sus gónadas se pongan en funcionamiento.
-Es que mamá, ¡así ya no estaré nunca solo! Los tendré en mis testículos, ¡y son tan monos, con su colita!
Que debe imaginarse el chaval que los podrá ver con su mirada láser o algo. Y añadió:
-Y si todos dicen ¡a la derecha! Pues los testículos se me irán a la derecha ¡y tendré que girar!
Por lo menos no le dio por soltarme semejantes perlas en medio del autobús. Algo es algo.
ja ja, me lo como, que bueno, yo tiemblo cada vez que me hace una pregunta delante de gente... En fin . Buen verano. Un besazo
ResponderEliminarSí, cuando empieza a interrogarme en el bus me entran escalofríos! XD
EliminarBuen verano Batallitas!
Muas!
Jajajajaja... ainsss! Pues si, menos mal que no fue en el autobús.
ResponderEliminarAbrazos!
:D
Exacto, jajajaja!
EliminarBesotes!
Jajajaja. Nadie escapa de la edad tonta... Y algunos nos hemos quedado ahí. Besotes!!!
ResponderEliminarJajajajajajaja! La que nos espera! XD
EliminarMuas!
Jajajajaja que conversaciones tan surrealistas. Me encantan!!
ResponderEliminarSeguro que piensa poner correa a sus espermatozoides y sacarlos a pasear jajajaja
Pues por ahí andará la cosa!! XD
EliminarBesotes!
¡Nunca se me había ocurrido que los espermatozoides acompañan a los chicos!
ResponderEliminarJajajajajaja! Pues ya ves que a Peque sí! XD
EliminarMuas!
Jajajaj! Es geniaaaaal! XDDDD
ResponderEliminarY miedo me da su edad tonta, entre lo listo, burlón y guapo que es! Combinación explosiva!
Buff, me entra un canguelo cada vez que lo pienso... a ver cómo lo llevamos!
EliminarBesotes!